Sr. Román Solís Zelaya Exmagistrado Corte Suprema de Justicia

Hablar de don Román, es hablar de uno de los juristas más queridos y respetados de nuestro país.

Una persona directa, sin poses, con un estilo muy propio y un carisma innato para ejercer la magistratura con una vocación humanista y de servicio, enfocada en la persona ciudadana como eje central.

Don Román fue una persona con mucha calidad humana, creyente de la importancia del respeto al Estado Social de Derecho, en los diferentes puestos que ocupó a lo largo de su notable carrera; ya sea como Procurador General de la República, como docente universitario o en su rol de Magistrado de la Sala Primera y presidente de la CONAMAJ.

Sus aportes siempre reflejaron un alto compromiso por buscar la mejora continua del sector justicia a través de una mayor apertura y transparencia institucional, acompañada de acciones tendientes a generar mayores espacios de participación ciudadana y colaboración interinstitucional.

Es así, como su liderazgo resalta como una pieza trascendental para materializar la Política de Participación Ciudadana y la Política de Justicia Abierta, así como la implementación del servicio de Facilitadores judiciales, el cual hoy día es toda una realidad para llevar la justicia a cada rincón del país.

La partida de don Román constituye una gran pérdida, no sólo para el Poder Judicial, sino también para el sector justicia, la academia, el país en general y el ámbito internacional, donde a nivel internacional siempre será recordado por su forma de ser, su compromiso con la institución y su voluntad de colaborar con los diferentes Poderes Judiciales de la región, ya sea desde la Cumbre Judicial Iberoamericana o desde el Consejo Judicial Centroamericano, demostrando siempre su carisma y sus dotes diplomáticos.

Aunque su ausencia nos entristece, son aún mayores los recuerdos gratos que permanecen.

Su legado nos demuestra que las personas nos pueden dejar desde un plano físico, pero sus ideas y sus aportes sociales trascienden las barreras del tiempo y el espacio.

Así que hoy y siempre será un buen momento para decir: Gracias don Román, gracias por su entrega y su dedicación. Su legado permanecerá siempre latente en la mente y los corazones de su familia, sus amigos y todas aquellas personas que lograron compartir en el ámbito académico y laboral.

Quiero concluir mi intervención agradeciendo a CONAMAJ por generar este espacio, para rendir honores a quien honor merece.

Me despido recordando que a nosotros nos queda un claro compromiso de continuar con todos aquellos proyectos, que contribuyan a generar un mejor Poder Judicial, más abierto, participativo y colaborativo, todo lo anterior, en memoria de un gran jurista, un gran ser humano: Don Román Solís Zelaya.

Muchas Gracias.