Dr. Fernando Cruz Castro, Presidente de la Corte Suprema de Justicia

Primero de diciembre, abolición del ejército. No lo valoramos suficiente, porque parece algo tan natural, como respirar, pues no es así, este logro requiere conciencia de su trascendencia.

Un país que se desarma, abraza una vocación pacifista y de justicia. Deja atrás la grave amenaza de convertir el ejército en un opresor de la propia ciudadanía que lo financia, esa es la ruta de Costa Rica al superar un conflicto bélico.

No hay duda que fue la Junta Fundadora de la Segunda República, presidida por José Figueres Ferrer, la que decidió, el 25 de noviembre de 1948, suprimir el ejército. Decisión trascendental que se anunció en un acto público el primero de diciembre de 1948. Este pacifismo opta por la civilidad, la justicia y la Democracia.

La abolición del ejército y la neutralidad, es una apuesta a la Democracia, a la igualdad y a la construcción de una sociedad con equidad y desarrollo humano. La decisión del pueblo costarricense, que respaldó Figueres, es una muestra que evidencia que no debemos aprobar todo lo que se nos ponga por delante, porque la mayoría de las sociedades, especialmente, los imperios, no renuncian al ejército, como disuasión o como instrumento de dominación.

Somos una honrosa excepción, cruzamos la línea de la represión militar para abrazar la legitimidad de la justicia individual y social. Un camino prometedor, pero que requiere una auténtica vivencia democrática.

Fernando Cruz Castro
Presidente Corte Suprema de Justicia