Discurso del Presidente de la Corte Suprema de Justicia |
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Una edificación para la justicia de Puntarenas. Un primer paso en un largo camino hacia una justicia célere y una democracia auténtica |
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Es para mí un honor dirigirme a ustedes en un día muy especial para la provincia de Puntarenas y para todo el Poder Judicial, donde en un acto simbólico, al colocar esa pequeña “cápsula del tiempo”, no solo narramos los actos previos a esta obra, sino también el punto de partida para lo que será la construcción de un edificio de gran relevancia para la provincia y que permitirá brindar un mejor servicio a la población de Puntarenas, como parte del derecho al acceso a la justicia. Mejor servicio, con celeridad y accesibilidad, un gran reto. La edificación tiene un gran significado, es el punto de encuentro de muchas aspiraciones y frustraciones. Justicia célere, un problema complejo, multicausal. El servicio de justicia, tan ambicioso, tanto que fácilmente quedamos a medio camino. La accesibilidad, objetivo fundamental, pero se requiere el contexto de una sociedad con desarrollo humano. La justicia se deteriora en medio de comunidades empobrecidas, sin oportunidades de estudio, de trabajo de calidad y con derechos individuales y sociales, debidamente garantizados. Qué maravilla que podamos recibir el aporte de las y los costarricenses para que la justicia de la ciudadanía tenga una casa decente, de calidad, como corresponde a ese selecto club al que pertenecemos, la OCDE. Construir para que haya un escenario de justicia en una sociedad que aspira a una democracia más allá de los derechos individuales. Este acto tan alegre, tan venturoso, no hubiera sido posible sin el apoyo y la buena intención de la Municipalidad de Puntarenas, que donó el terreno donde se construirá esta nueva edificación, la cual será posible gracias a un contrato de Fideicomiso con el Banco de Costa Rica. Recibir el apoyo del gobierno local, el espacio democrático más cercano a la ciudadanía. Un edificio que será construido conforme a todas las normas de seguridad y accesibilidad, pero también en consonancia con el cumplimiento de los estándares de ecoeficiencia y sostenibilidad, donde se destaca, por ejemplo, la utilización de paneles solares o los sistemas de reutilización de aguas de lluvia, como una forma de construir obra de bien público con una mayor armonía con la naturaleza. Este proyecto generará un ahorro significativo para la institución, en el gasto de alquileres, al unir bajo una misma edificación a todos los despachos del Poder Judicial que brindan sus servicios en la zona de Puntarenas, donde un total de 368 personas servidoras judiciales podrán brindar un servicio bajo mejores condiciones de infraestructura, a una población aproximada de 207. 316 mil personas, en una zona con más de 3000 kilómetros cuadrados que representan el 7.67% del territorio nacional. La construcción de este nuevo edificio supone una gran inversión mediante la figura del fideicomiso; este proyecto coadyuvará a que las personas usuarias cuenten con espacios más adecuados para ser atendidas. La justicia merece edificaciones dignas. Este es un esfuerzo en el que la Comisión de Construcciones institucional ha jugado un papel fundamental. Con el fideicomiso se ha logrado atenuar la incertidumbre de la dotación presupuestaria. En este contexto, la Comisión de Construcciones administra con un horizonte lejano, que es el que interesa en el desarrollo de la justicia. La tutela efectiva de los derechos y libertades de las personas, dependen de una acción estatal vigorosa en la cual, las diversas instituciones que conforman los poderes del Estado, tienen el deber de realizar las acciones pertinentes bajo un principio de coordinación, para dar un servicio público de calidad y sin denegación para las y los habitantes. Como lo dije, tenemos un gran reto, accesibilidad, celeridad y justicia con rostro humano. Coordinación entre Poderes se aprecia en este proyecto, el terreno donado por el gobierno local, la estructura financiera y económica corre a cargo de un banco estatal. En este escenario convergente de voluntades e instituciones el Poder Judicial materializa el proyecto. Lástima que la banca estatal perdió su vocación original al servicio de un desarrollo integral. Ahora son otros tiempos, no sé si mejores. La generación de espacios como este contribuye una nueva forma de brindar los servicios propios del sector justicia, mediante instalaciones adecuadas según las necesidades de cada instancia judicial, pero principalmente, bajo un enfoque basado en las necesidades de las personas usuarias. Diversas funciones tiene el sistema de Justicia, equilibrio de poderes, encargado de una persecución que venza las desigualdades originales, autoridad encargada de definir los conflictos entre particulares, entre poderes fácticos y ciudadanos. Esta construcción tiene un gran simbolismo: construir la democracia, la igualdad, identificar las injusticias y resolver, en plazos razonables. En medio de la crisis, levantar este edificio para la justicia nos permite sonreír, a mi edad pienso que quienes me seguirán quizás tengan un mundo mejor por ello no hay que quitar el dedo del renglón. El servicio de justicia, lo justifica. Tenemos tantas competencias, no sólo la justicia del caso concreto. Seguir brindando un servicio de calidad a todas las personas, hacerlo en plazos razonables, sin olvidar que si bien el poder jurisdiccional no es un actor político electoral, requiere el reconocimiento como actor del desarrollo social y político del país. En esta vivencia tan agradable, rememoro a don Rodrigo Facio, de esas mentes luminosas cuya sapiencia necesitamos en estos momentos. Él se preguntaba: “… Cuál será el régimen que salga de esa política, cuál será su denominación, podrá ser preocupación de los dogmáticos y doctrinarios, pero no mía. A mí no me desvela cómo se llamará el régimen que resulte de esa política, si dentro de él se respeta la dignidad del hombre y se le reconocen sus libertades espirituales y políticas esenciales, y se le garantiza un elevado y creciente nivel material de la vida”. Este horizonte de justicia y democracia en paz, coincide con el contexto político que requiere la justicia, la que ahora debemos hacer con limitaciones y no siempre con celeridad. Ahora sólo hablamos de balances contables, supresión de derechos sociales, limitaciones de salarios, estamos confundidos, pero nuestro ideario lo señaló este gran costarricense, la justicia debe asegurar la dignidad de la persona, sus libertades, garantizando lo que ahora ocupa la segunda fila: asegurar un elevado y creciente nivel material de las y los ciudadanos. Qué reto, parecía tan fácil para aquellos jóvenes de la década del cuarenta del siglo pasado. En medio de esos ideales, está la justicia, que requiere un contexto social y político de igualdad y dignidad. El partido social demócrata, al que pertenecía don Rodrigo Facio, tenía una consigna que coincide con esta reflexión: “Ni pan sin libertad, ni libertad sin pan”. Ahora esta pretensión luce incendiaria, pero en las aspiraciones de jóvenes que no eran marxistas, sólo pretendían la democracia en serio. Esa libertad es amplia, no sólo es la individual, porque para los grupos ajenos al poder económico, las libertades incluyen las garantías sociales. Ese compromiso, es el de la justicia, la nuestra, con las limitaciones que nos impone la división de poderes. Hoy, un día alegre, muy alegre, colocamos los cimientos de la justicia, que son los de Facio, como él las define en las aspiraciones de la Constitución: “Vamos a darle una nueva Constitución que responda a aquellos anhelos, para que a la par de la libertad y la democracia política, se garantice a su vez, medidas que sirvan de fundamento material para que el pueblo pueda ejercer sus derechos políticos, sin la carga de condiciones sociales y económicas que violen su capacidad de vivir y su necesidad de vivir dignamente...”. Este mensaje no ha perdido vigencia, es el de la Constitución, cuando este pacto se toma en serio. Don Rodrigo Facio, un buen referente, porque la justicia requiere democracias efectivas, no hay justicia en un contexto de desigualdad y de pobreza. El respeto de los derechos, las controversias resueltas sin violencia, los jueces y juezas resolviendo sin temores, sin cálculos. Que los fiscales, fiscalas, jueces y juezas resuelvan con independencia, sin esperar nada a cambio, ni ascensos silenciosos, que ejerzan esa independencia como se debe, sin voces alentando compromisos desde el silencio y el secreto. Espero que esta edificación fortalezca la esperanza del pueblo puntarenense, es una muestra de nuestro compromiso con la ciudadanía y con el país, en este proceso de construir una mejor Costa Rica, una mejor democracia, un Poder Judicial que ejerza, con independencia, sus elevadas aspiraciones. Presidente Corte Suprema de Justicia |