Msc. Alba Gutiérrez Villalobos, Jefa del Departamento de Trabajo Social y Psicología del Poder Judicial.

El Departamento de Trabajo Social y Psicología celebró el pasado mes de noviembre su 65 aniversario, cifra que demuestra el compromiso de ofrecer un servicio de calidad a las personas usuarias, basado en la calidad humana y la ética de cada una de las personas que conforman este departamento.

Para esta edición de la sección “La Entrevista”, conversamos con la Jefa de dicha oficina, la Msc. Alba Gutiérrez Villalobos, quien nos habla de los principales retos y la importancia de su trabajo como un servicio especializado y comprometido con los derechos humanos y la justicia social.

¿Cómo evalúa el trabajo durante todos estos años y cuáles han sido los principales logros?

A lo largo de los años desde su creación, el Departamento ha logrado posicionarse como un servicio público indispensable en la administración de la justicia. Ha tenido un crecimiento cuantitativo y cualitativo vinculado a la promulgación de diversas leyes y reglamentos, asociados a la tutela de derechos de poblaciones en condición de vulnerabilidad social.

Entre los principales logros se puede resaltar la prestación del servicio en el ámbito nacional, contando actualmente con 30 oficinas para realizar la labor pericial en diferentes procesos judiciales, tales como familia, violencia, pensiones, penal juvenil y penal población adulta. Aparejado a este aspecto se puede mencionar la capacitación constante del personal mediante coordinaciones con otras instituciones nacionales e internacionales, también a lo interno del Poder Judicial en general, así como capacitaciones con personal del propio Departamento, con el fin de actualizar conocimientos y el aprendizaje de nuevas teorías y enfoques de relevancia, aunado a la mejora permanente de los procedimientos e instrumentos de trabajo.

Otro logro ha sido la integración desde el 2015 al Programa de Justicia Restaurativa, mediante la conformación de equipos psicosociales que cumplen una labor medular en el funcionamiento de esta forma alterna de justicia, orientada hacia la reparación del daño, con una participación activa de la persona víctima, la persona ofensora y la comunidad. Actualmente contamos con 14 sedes en todo el país para el desarrollo de este Programa.

¿En su gestión, cuáles han sido los principales retos que ha enfrentado el Departamento?

Como consecuencia de la complejización de las condiciones políticas y económicas de nuestro país en la última década, el impacto en el deterioro social se ha reflejado en los procesos objeto de valoración, de modo que, esto ha incrementado el tipo y cantidad de procesos a intervenir, así como condiciones cada vez más adversas del contexto. En este sentido, uno de los principales retos como Departamento se encuentra en la necesidad de fortalecer cada vez más la capacidad de respuesta como servicio público, manteniendo los estándares y rigurosidad de los procesos de análisis e intervención. Fomentar el desarrollo de las competencias técnicas, la motivación para el trabajo, así como la maximización en el uso de herramientas tecnológicas, como de nuevas y más eficientes metodologías pertinentes a la labor.

Esto se logra no solo con el proceso de capacitación que potencia el Departamento, sino con el compromiso de todo el personal para la implementación de nuevos procedimientos y protocolos de actuación acorde a las necesidades emergentes, así como capacidad para adaptarse al cambio, en aras de un desempeño óptimo y que nuestro servicio siga siendo de relevancia institucional.

¿Cuál es la importancia del trabajo en equipo y cómo esto contribuye al alcance de los objetivos?

Es fundamental para el logro de cualquier meta u objetivo que exista un sentido de pertenencia, una identidad grupal, que las personas del equipo se sienten valoradas, que su trabajo es importante, así como su compromiso, estos elementos permiten que todas las acciones se encaminen hacia un mismo fin, que se comprenda que los resultados son producto del esfuerzo conjunto. Sin trabajo en equipo no se avanzaría, sería solamente una suma de partes sin sentido.

¿En los dos ámbitos en los que se desarrolla su labor, materia pericial y Justicia Restaurativa, cuáles aspectos determinan el éxito en dicha labor y cómo contribuye su trabajo al buen servicio de Administración de Justicia?

Considero que el éxito inicia con el compromiso personal con la labor, con el servicio, que la persona “se identifique con la causa”, comprender las necesidades humanas en este contexto y de ahí la sensibilización para brindar una atención de calidad, en procesos tan sensibles como los que se peritan y los que se abordan en Justicia Restaurativa, tanto para las personas víctimas como ofensoras.

Ese compromiso es lo que marca la diferencia para el buen servicio en la administración de la justicia; que los procesos se atiendan de manera eficiente y eficaz acorde a la capacidad de respuesta, haciendo lo mejor posible.

¿Cómo ha impactado a su labor el tema de la pandemia por el COVID-19?

Debido a que nuestro trabajo se realiza de manera directa con las personas usuarias y su contexto, la pandemia ha venido a generar una serie de restricciones para el contacto y atención personal de la población meta. Asimismo, para el desplazamiento para realizar el trabajo de campo en las investigaciones sociales, como para brindar el servicio in situ cuando por condiciones de accesibilidad de la persona usuaria o por el riesgo en que se encuentra, se hace necesario atenderle en su domicilio o lo más cerca posible de este.

De esta manera, debido al COVID-19 se ha tenido que reorganizar el servicio, considerando además las medidas sanitarias de distanciamiento y aforo en las oficinas, dado que no todas cuentan con las condiciones de espacio necesarias. Ha sido un reto constante.

¿Cuáles son los principales desafíos del Departamento de cara al futuro?

Mantener un servicio de calidad, centrado en la persona usuaria, es decir, implementar las estrategias y mecanismos necesarios para mantener la atención sin desmejorar la rigurosidad técnica, así como brindar una respuesta oportuna a las solicitudes de valoraciones periciales como de los procesos de Justicia Restaurativa.

Lo anterior implica la revisión y adaptación de nuestro trabajo a la realidad del momento, para continuar laborando de manera presencial, para atender a la población usuaria en aquellos procesos que no puedan llevarse a cabo de otra forma, así como hacer uso de las herramientas tecnológicas de la virtualidad, hasta donde sea posible, sin perder la esencia de la intervención psicológica y social.