Sra. Alba Gutiérrez Villalobos Jefa del Departamento de Trabajo Social y Psicología

Muy buenos días, señor Fernando Cruz Castro, presidente de la Corte Suprema de Justicia, señores magistrados y señoras magistradas, señores y señoras integrantes del Consejo Superior, personal del Departamento de Trabajo Social y Psicología, personas invitadas de otras dependencias del Poder Judicial y de otras instituciones, público en general.

Hoy celebramos una trayectoria de 65 años, celebramos una historia que se ha construido de experiencias, de anécdotas y vivencias especiales, encuentros y desencuentros, teorías y metodologías, enfoques y paradigmas. Es un cúmulo de procesos que han permitido a este Departamento consolidar el equipo de trabajo existente, que hoy brindamos un servicio especializado y comprometido con los derechos humanos y con la justicia social.

Hubo personas pioneras y visionarias que a mediados de los años 50 iniciaron con las valoraciones de trabajo social en procesos de familia y penal juvenil, entonces llamada materia tutelar de menores. Estas personas abrieron camino en la institución para aportar a la justicia un enfoque psicosocial que se complementó más adelante con la disciplina de Psicología.

Ambas profesiones se sustentan en principios de respeto a la vida humana, de escucha y empatía; bajo estos principios la intervención pericial forense se centra en un acercamiento a la realidad y dinámica de vida de las personas usuarias, así como de sus habilidades y competencias individuales, sus derechos y sus responsabilidades. Nuestra labora está orientada a emitir un criterio técnico que coadyuve en la toma de decisiones de las distintas autoridades judiciales y administrativas. Hoy día abordamos una amplia gama de procesos y diversidad de poblaciones.

Aparejada a la labor pericial se destaca también el quehacer del personal profesional de Justicia Restaurativa, siendo la atención de Psicología y Trabajo Social un pilar fundamental para la implementación de esta forma alternativa de impartir justicia, mediante la reparación del daño causado. Los equipos psicosociales cumplen una función integradora durante todo el proceso, aportan criterio técnico para determinar si la persona cumple con el perfil de ingreso, participan en las reuniones restaurativas, identifican personas de apoyo, que son fundamentales para el logro de los objetivos, de igual forma aportan insumos mediante la red interinstitucional para el cumplimiento de los planes reparadores, además brindan el seguimiento, que representa uno de los pilares de este programa en relación con la retribución tanto a las personas víctimas, como a la sociedad.

En el ejercicio del quehacer profesional sea en el ámbito pericial o en el Programa de Justicia Restaurativa, también se ven confrontadas nuestras propias historias de vida, nuestros valores y principios, pues cada persona atendida es única, su historia, su percepción de la realidad, su visión de justicia y de los hechos que mediaron su ingreso al sistema. Sus relatos se transversan con nuestras propias subjetividades y de ahí que se requiera vocación, ética y un bagaje teórico- metodológico para la intervención objetiva y ética, para superar estereotipos y mitos en torno a las personas ofensoras como a las víctimas y a las familias que son sujetos de valoración.

Lo anterior nos enfrenta a retos cada vez mayores, con la complejización de la realidad social, política y económica de nuestro país y recientemente también del mundo, con la actual pandemia que todas las personas hemos tenido que enfrentar, pero pese a ello me enorgullece reconocer la calidad humana y ética de cada compañera y compañero, que han permanecido con el compromiso de ofrecer un servicio de calidad a las personas usuarias pese a los temores, incertidumbre y riesgos para su salud. Es así como en lo que va del año se han atendido alrededor de 1500 personas por parte de los equipos psicosociales de Justicia Restaurativa y 18,375 por parte del personal de las 30 oficinas en el ámbito pericial.

El pasar de los años nos ha fortalecido y nos conduce al desafío de ser cada vez mejores y más especializados (as) en nuestro trabajo, a no ser indiferentes ante las necesidades de las personas con las que trabajamos. Recordar por ejemplo la expresión de una adulta mayor de 71 años que tras 51 años de convivencia en una relación de violencia de pareja, indicara que agradecía el trato respetuoso y digno que recibió por parte del personal de nuestro Departamento, que se desplazó hasta su casa para valorar su situación cuando solicitó medidas de protección, todo lo cual la empoderó para decir a su ofensor: “este cuerpo sagrado no lo va a volver a ultrajar más…”, y así poner un límite por primera vez a tantos años de maltrato. Este tipo de experiencias nos impulsa a mantener el compromiso y enfrentar los obstáculos con fortaleza.

También quisiera rememorar la historia de un niño de tan solo 8 años, de un origen socioeconómico muy humilde y en condiciones diversas de vulnerabilidad, quien había sido víctima de abuso sexual por parte de un adulto en el seno del hogar. Este niño recibió atención mediante la cual fue fortalecido para participar en el proceso penal y además contó con el debido acompañamiento para su declaración en juicio; siendo que tras la condena de su ofensor, regresó a los días a la oficina de Trabajo Social y Psicología cargando a la espalda con gran esfuerzo, pero con un gesto de alegría, un saco de mangos, con el fin de dar gracias por la atención recibida.

¡Que dilema!, cómo decirle que no tenía que agradecer, porque solo estábamos cumpliendo con nuestro deber, que estábamos para servir y que no podíamos aceptar su ofrecimiento, esto sin herir su corazón agradecido, sin menospreciar el esfuerzo que le implicó en medio de sus carencias materiales, dar lo que tenía a su alcance … Lo resolvimos diciéndole que era un gesto muy especial de su parte, que no era necesario, pero que también le agradecíamos y que compartiríamos con otras personas, que, como él en su momento, estaban ahí para ser atendidas. Así lo hicimos, ese día todas las personas usuarias que llegaron comieron mangos.

Son muchas las experiencias que se podrían relatar que nos reflejan la naturaleza humana y la importancia de un servicio centrado en las personas.

Para un Departamento que por más de 50 años ha brindado un servicio posicionado en el enfoque de justicia retributiva, de pronto no fue tan fácil adaptarnos al enfoque de justicia restaurativa, pero en este Programa han sido también los logros y testimonios de las personas atendidas lo que nos ha comprometido de lleno con el servicio. Les comparto este breve discurso de un joven involucrado en un proceso penal juvenil: “estoy muy orgulloso, me siento contento, apoyado por la gente de Justicia Restaurativa porque me ayudaron cuando andaba por un mal camino, y quiero decirles que ojalá sigan ayudando a muchas personas, gracias a todos logré salir del mal en que andaba y tengo un trabajito. Estas palabras genuinas nos generan gran satisfacción por el deber cumplido.

En este aniversario no puedo más que agradecer por tanto aprendizaje que nuestra labor nos brinda cada día, como personas y como servidores y servidoras públicas, que podamos aportar a la sociedad y al reconocimiento de los derechos de nuestras poblaciones, todas en condición de vulnerabilidad, prioritarias en su mayoría a nivel institucional.

En ocasión a esta celebración se presenta el día de hoy la página Web del Departamento de Trabajo Social y Psicología, herramienta que nos permite utilizar la tecnología para dar a conocer nuestros servicios y trascender fronteras. En este contexto ofrezco un agradecimiento a doña Vanessa Villalobos y don Michael García, por el trabajo que realizamos en equipo para el logro de este producto; asimismo, extiendo el agradecimiento a los señores Luis Quesada Méndez y Everth Díaz Oviedo de Tecnología de la Información por todo el apoyo y colaboración que nos brindaron para el diseño de la página. Invito a todas las personas que nos acompañan para que terminado el evento ingresen y conozcan esta herramienta.

Finalmente, quisiera expresar mi más sincero reconocimiento el equipo de trabajo que me acompaña diariamente para hacer posible la marcha del Departamento, al personal administrativo y profesional que brindan un servicio de calidad, que recorren distancias y enfrentan riesgos, pero que no se detienen para el logro de nuestro eslogan: “compromiso en beneficio de la justicia”.

¡Muchas gracias!!