La singularidad tecnológica: preocupación real. | |
César González Granados En unos 20 0 30 años, las inteligencias artificiales que ya están creadas podrían superar la capacidad intelectual del ser humano,y liberarse de las barreras de control que se han impuesto. El escritor Isaac Asimov fue uno de los primeros en plantear al público la posibilidad de que el ser humano llegase a crear una inteligencia artificial tan completa, que incluso emulara las funciones del cerebro humano, pero con una potencia de cómputo de datos muy superior. A este momento en que las inteligencias artificiales lleguen a superar las capacidades de la mente humana, se le ha llamado la “singularidad tecnológica”. Suena a ciencia ficción, a película de Terminator o a episodio de Star Trek. Sin embargo, es algo que está a la vuelta de la esquina y que muy probablemente será experimentado en el tiempo de vida de nuestra generación. ¿Dónde estamos actualmente? Diferentes experimentos intentan emular las capacidades de la mente humana mediante el uso de las inteligencias artificiales actualmente, con resultados sorprendentes. Microsoft tiene una inteligencia artificial llamada Deep Coder, que escribe sus propios programas informáticos. Facebook está desarrollando una inteligencia artificial llamada DeepText, que es capaz de comprender los textos de los usuarios de la red social tan bien como lo hace un humano. Pero el campeón en materia de inteligencias artificiales es Google. Esta empresa tiene una inteligencia artificial denominada Deep Mind, de la cual se afirma que es tan parecida en interacción a la mente humana que incluso es capaz de soñar, de entender las implicaciones y beneficios de conceptos tan complejos como la traición, e incluso recientemente se anunció que Deep Mind estaba creando sus propias capas de código de una manera tan eficiente que superaba lo que los técnicos humanos son capaces de hacer. Leyó bien: es una inteligencia artificial que se está creando a sí misma. Según google, en una primera etapa esto permitiría que el software del futuro “aprenda” de mejor manera cuáles son los requerimientos y necesidades del usuario, desarrolle mejoras en los procesos, y se convierta a sí mismo en el tipo de programa que el usuario requiere, en la medida exacta de sus necesidades. Sin embargo, el mismo Google reconoce que su inteligencia artificial funciona cada vez mejor debido a su capacidad de programarse sola, y que los humanos que trabajan en ella en realidad no terminan de comprender por qué funciona tan bien. Deep Mind es capaz de hablar, razonar, tomar decisiones lógicas e incluso tener conversaciones de índole filosófica, dando respuestas que muchas veces han sido consideradas como inquietantes. Por otro lado, en la Universidad de Princeton, un equipo especializado en inteligencias artificiales realizó un descubrimiento importante respecto al lenguaje en el que se programa la inteligencia artificial: los cerebros virtuales reproducen los estereotipos y sesgos humanos que están incluidos en los idiomas que aprenden. En el caso del inglés, la inteligencia artificial que participó en el experimento se comenzó a expresar de manera racista y machista. Todo esto genera una acalorada discusión sobre la moral de las máquinas, sobre si ellas mismas serán capaces de desarrollar sus propios códigos deontológicos y si llegarán a tomar decisiones basados en ellos, o si los sesgos morales que el ser humano tiene abrirán peligrosas puertas para la interpretación de la realidad en el cerebro electrónico. ¿Qué pasará cuando dos inteligencias artificiales compitan por un objetivo? ¿Qué pasará cuando dos de estos cerebros, con interpretaciones diferentes de la realidad, tengan un desacuerdo sobre algún punto? ¿Hasta dónde llegarán para demostrar que tienen razón? ¿Cómo afectará la computación cuántica y su acelerada capacidad de análisis de datos a estos proyectos? La velocidad del desarrollo de las tecnologías avanza tan aceleradamente, que algunos especialistas opinan que la singularidad tecnológica será alcanzada en poco más de 20 años, y que cuando eso suceda, o la civilización enfrentará un salto cualitativo brusco, o dejaremos de existir. Esto ha sido puntualizado por personalidades empresariales y científicas tan importantes como el científico Stephen Hawkin y el empresario Elon Musk. Al parecer, tendremos que esperar muy poco para saberlo. |
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