Mag. José Manuel Arroyo Gutiérrez Coordinador de la Comisión de Ética y Valores

Simbólicamente hablando, las cadenas han sido utilizadas de las más diversas formas. Proponiéndolas como un elemento negativo, nos referimos a la necesidad de romper las cadenas que nos atan con el pasado, con ciertas formas de pensar, con la esclavitud o la represión en cualquiera de sus formas.

Pero las cadenas también pueden tener un significado positivo, como el que se le ha dado en la campaña que hoy culminamos. Así, las cadenas representan fortaleza, continuidad, unión, trabajo en equipo y, específicamente en este caso, personas que, entrelazadas por sus valores compartidos, hacen del Poder Judicial una institución que fortalece la democracia.

Durante los últimos meses hemos visto los seis valores del Poder Judicial adornando diversos espacios como pasillos, oficinas y ascensores. Recibimos mensajes que nos hacen reflexionar sobre su importancia y estuvimos pendientes de las fotografías que reseñaban la entrega de cada eslabón de la cadena.

Pero el elemento esencial de la campaña lo han aportado las personas servidoras judiciales quienes, sin un interés distinto al de reconocer las mejores cualidades de sus compañeras y compañeros, se han sumado a la iniciativa de entregarles un pequeño agradecimiento por poner en práctica los valores en su quehacer diario. Es decir, reconocer lo extraordinario en lo cotidiano.

Cada eslabón entregado motivó la entrega de otro más, visibilizando de esta manera una cadena que ya existía en las relaciones personales y de trabajo que nos unen en esta institución. Más de mil eslabones entregados son muestra suficiente de que en el Poder Judicial abunda la excelencia, la iniciativa, la integridad, la responsabilidad, el compromiso y la honradez, y que estos, nuestros valores compartidos, no son palabras vacías, sino que se traducen en la conducta de las personas servidoras judiciales, en acciones específicas, en rostros concretos que podemos reconocer y con los que nos sentimos agradecidos.

Nuestros valores fueron identificados por el personal de la institución como herramientas indispensables para alcanzar los fines organizacionales, para servirle de la mejor forma al país y como una forma de relacionarnos entre nosotros y con nuestras personas usuarias, por lo que no nos es extraño reconocerlos en la práctica, pero también debemos aceptar esa necesidad inextinguible de seguirlos reforzando cada vez más.

Para esto son los valores, no para adornar paredes, sino para vigorizar –desde adentro– a las personas que los ponen en práctica, para que cada vez más servidores y servidoras, como eslabones de una cadena que abarca todo el país, fortalezcamos una institución tan necesaria para el país.