14 Marzo, 2016 | |
Derechos de las mujeres, la calidad de la democracia y el estado social | |
Fernando Cruz Castro | |
La evolución de los derechos de las mujeres incide, sin la menor duda, en la calidad de visión social, es la perspectiva más rica para comprender el tema de la igualdad entre hombres y mujeres. Para alcanzar el reconocimiento de la desigualdad y lograr un cambio en la acción política, se requiere una acción colectiva, como ha ocurrido con otras luchas sociales, que todavía no han terminado. No hay duda que la reducción de las discriminaciones en materia de género, si bien puede provocar un impacto al iluminar la desigualdad, al identificarla, planteando una solución transitoria, esa evaluación, quizás traumática, desemboca, finalmente, en una convivencia más justa, reduciendo espacios de injusticia, o peor, espacios invisibles a la justicia, a la equidad y visión estrictamente individualista, antiestatista, no es el mejor entorno para lograr la equidad de género. Un observatorio es un instrumento para construir un escenario esclarecedor de lo que es invisible, parece obvio, pero aunque lo sea, tantas veces lo que es obvio, permanece invisible. Un observatorio para iluminar la realidad y vencer los mitos, los prejuicios y las visiones que parecen inmutables y no son más que construcciones que ignoran observatorio para observar una realidad que se acostumbra a las discriminaciones de todo tipo, la pobreza, la desigualdad por razones de género. Las acciones estrictamente individuales no cambian la estructura de la desigualdad, se requiere instrumentos como la discriminación positiva. La acción afirmativa, es la llave de bóveda para la construcción de una sociedad más democrática, asumiendo, desde un observatorio agudo y contestatario, las desigualdades, que si no se identifican, que si no conmueven, convierten la igualdad en una fuente de inequidad y asimetría. No tengo la menor duda que el tema del Estado Solidario, tan venido a menos, tan postergado, está en la ruta del desarrollo de una sociedad democrática con equidad de género. Si no se asume este objetivo, como corresponde, los logros y efectos, son limitados. Buen ejemplo de esto es la discusión sobre quién debe asumir el costo de las licencias por maternidad. En el fondo, tiene relación con el tema del estado del bienestar y de la solidaridad. La forma en que los medios de comunicación visualizan la imagen de la mujer, tiene una incidencia decisiva en la socialización y que los medios y la publicidad tienen efectos tan profundos como la educación, situación que plantea el tema de los controles o las normas de conducta de los medios. Definiciones de lo que es políticamente correcto. Al fin y al cabo la educación es la clave de realidad social de la desigualdad y la inequidad de género, es construida, en parte, por la acción de los medios de comunicación social. El Observatorio tendrá una línea interesante sobre la equidad de género, identificando las discriminaciones arraigadas que convierten en natural lo que es constitucionalmente inadmisible. Hay muchos cambios que exigen una visión política de mayor profundidad, en este sentido creo que el inevitable fortalecimiento del estado del bienestar, la incorporación del sector privado en los temas de género, es un reto indudable. Hay en las reivindicaciones de la mujer una indudable raíz democrática, solidaria, de transformación estructural que superan los cambios normativos, que son importantes, pero son el primer paso. En la sociedad que se empobrece, que exporta personas, del empleo informal, las mujeres son las que ocupan el espacio más amplio en esta galería deshumanizada. Son muchas mujeres que por los excesos del sistema económico, deben someterse a leyes de mercado, como la migración o este tema, el Observatorio puede dar una perspectiva alternativa, iluminando lo que pasa desapercibido, lo que es rutina inhumana que adquiere un rostro “normal”. Un foro de observación para desentrañar los valores culturales que sustentan una visión que discrimina, con sutileza o que invisibiliza. Hace poco, quizás cuarenta años, todos estos temas eran exóticos, todo parecía tan justo, tan angelical, ahora viene un incómodo observatorio que nos deja sin esos cielos terrenales que ocultan sendas ocultas, el disimulo, el silencio y la omisión, mantiene vigente la discriminación, esos valores solapados, silenciosos, pero reales, naturalizados por la rutina, sobre estos mitos incidirá la visión aguda del observatorio que rompe mitos y oscuridades. No hay duda que la democratización exige la supresión de los prejuicios y las limitaciones impuestas a las mujeres. Cuando hablamos de igualdad, en todos los ámbitos, hablamos de democracia, participación, estado social y equidad de género. |
Lic. Sergio Bonilla Bastos
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