60 ANIVERSARIO | ||
DEPARTAMENTO DE TRABAJO SOCIAL Y PSICOLOGÍA | ||
Agradezco a Dios en primer lugar por estar aquí y el privilegio de poder compartir unas palabras en este evento tan importante para el Departamento de Trabajo Social y Psicología, 60 años de trayectoria en la Justicia Costarricense. Cuenta la historia que el 7 de marzo de 1955, se creó por primera vez en el Poder Judicial costarricense, el servicio de Trabajo Social, para atender a las personas menores de edad, involucradas en procesos judiciales como actoras de un ilícito o contravención. En 1963, este servicio pasó a formar parte del Juzgado Tutelar de Menores, brindando atención únicamente en la provincia de San José, ampliándose en el 74 hacia otras provincias y regiones como Cartago, Heredia, Alajuela, Limón y Pérez Zeledón. Un año mas tarde, por acuerdo de la Corte Plena, se amplió el accionar, incluyendo la valoración de asuntos de Familia así como, los requerimientos específicos del entonces denominado Departamento de Personal, hoy Gestión Humana, para otorgar becas o pensiones a los empleados y empleadas judiciales. Para el año 1996, con la aprobación de la Ley de Justicia Penal Juvenil, este servicio se transformó en el Departamento de Trabajo Social y Psicología, deja de estar adscrito al Juzgado Tutelar de Menores y pasa a formar parte del ámbito administrativo, bajo la Dirección Ejecutiva. Este cambio permitió la incorporación de profesionales en Psicología, al establecer la Ley lo referente a las valoraciones psicosociales. A partir de ese año, el Departamento experimenta un crecimiento paulatino, tanto en el personal técnico como administrativo, así como cobertura nacional, esto para dar respuesta a la normativa legal internacional y nacional, así como a las directrices y políticas institucionales de accesibilidad. Hemos incursionado en el abordaje de diversos procesos, así como la incorporación en proyectos de relevancia institucional, dando realce a la labor de las disciplinas de trabajo social y psicología. Intervenimos en procesos de familia, niñez y adolescencia, violencia doméstica, delitos sexuales, pensiones de diversa índole y violencia social en general, valorando tanto a víctimas como a personas imputadas menores de edad y adultas. Además, en el último quinquenio nos hemos integrado a proyectos institucionales como Justicia Restaurativa, Plataforma Integrada de Servicios de Atención a Víctimas (PISAV) y los Equipos de respuesta rápida a víctimas de violación y delitos sexuales. Nuestra labor se orienta a la atención y valoración psicológica, social y psicosocial de personas vinculadas en procesos judiciales y que son referidas por las diferentes instancias jurisdiccionales y administrativas de la institución. La psicología y el trabajo social son profesiones que se complementan en la comprensión del comportamiento humano y la realidad social con sus distintas manifestaciones. Trabajamos con el dolor humano, la miseria, la violencia, el abuso de poder, el maltrato, la ambición mal encaminada, el egoísmo y muchos otros males, que se encuentran en la utilización, que a menudo se hace, de las niñas y los niños en los conflictos familiares que debemos evaluar, la persona adulta mayor que está en el olvido o está siendo explotada (esto porque en muchas ocasiones se encuentra que se disputan el rol de curador o curadora porque la persona adulta mayor tiene una pensión o bienes significativos económicamente hablando), asimismo, la mujer que es cosificada y la juventud discriminada, estigmatizada o utilizada por personas adultas para cometer ilícitos, las poblaciones indígenas que deben recorrer largos trayectos para accesar a la justicia, la persona que se encuentra privada de libertad en condiciones irregulares, entre muchas otras situaciones, que reflejan lo más injusto de nuestra sociedad. Afortunadamente, también trabajamos con la esperanza, el amor, la bondad, la solidaridad, y sobre todo la justicia, cuando se reinvindican los derechos de las personas menores de edad, sea porque el criterio técnico que se rindió ante la Autoridad Judicial, permitió discriminar el mejor futuro para un niño, niña o adolescente que está siendo violentado, o porque se le brindó contención y apoyo profesional durante un proceso, como suele suceder con la población que es víctima de algún delito sexual y otras formas de agresión. Asimismo, encontramos la esencia del ser humano cuando se le da voz a las víctimas y su opinión cuenta, como cuando se le pregunta en un proceso de justicia restaurativa, cómo le ha impactado en su vida el ilícito del que fue objeto y de qué manera visualiza una resolución del conflicto, más allá de encontrar un o una culpable, cómo considera que se podría resarcir el daño. También cuando hay participación de la comunidad, mediante la conformación de redes de apoyo, con instituciones y organizaciones que ofrecen a las personas imputadas la oportunidad de resocialización y de reparar el daño causado a la víctima. Por otra parte, rememorando el pasado, cuando salimos de la universidad, con el título bajo el brazo, creíamos que íbamos a transformar el mundo, ingresamos a una u otra institución u organización, con la firme voluntad de hacer justicia a las personas cuyos derechos han sido avasallados y que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad, sin embargo, con el pasar del tiempo, esa realidad nos golpeó, nos hizo abrir los ojos de manera abrupta y darnos cuenta que la tarea era más grande y compleja de lo que creíamos, que no siempre estaría en nuestras manos, influir en la realidad de otras personas, por más buenas intenciones u objetivos técnicos que se tuvieran, que en la vida de las personas, lamentablemente, casi siempre el daño ya fue causado cuando llegan a nuestra oficina. Con cada caso al que nos enfrentamos hemos aprendido y hemos adquirido cada vez más pericia y luego con la experiencia de los años, nos vamos dando cuenta que sí tenemos poder para promover cambios, no de la manera tan imperiosa como osábamos al principio, pero sí podemos cuando se hace la diferencia al brindar un servicio de calidad, cuando por más que se repita un hecho o un proceso, no dejamos de asombrarnos y por qué no?, de sentir cómo detrás de cada expediente hay una persona, tan humana como nosotros y nosotras, de ponernos en sus zapatos, de que en cada acción que realizamos se hace el mejor esfuerzo para terminar el día con la satisfacción de haber cumplido nuestro trabajo como se debía, sin importar las circunstancias que acontecen. Como cuando una profesional en una oficina de zona rural, para llegar hasta el domicilio de la persona usuaria y garantizar así el acceso a la justicia, debió alquilar un caballo que la llevara dos horas montaña adentro, pero el rejego animal no se dejó montar y terminó la compañera a pie y halando el caballo. O cuando en acompañamiento en un juicio, se le consultó a la niña implicada si alguien le había dicho qué debía decir y esta dijo que sí, y señaló con toda firmeza a una de nuestras profesionales que estaba realizando el acompañamiento, quien permaneció a la expectativa, al igual que el Tribunal, cuando le preguntaron a la infante qué le había indicado esta profesional que debía decir, y la niña exclamó: “solo la verdad, que dijera la verdad”, logrando con seguridad brindar su relato, acerca de una lamentable experiencia de abuso sexual. Otra de muchas experiencias, es la de una compañera de Golfito, quien contó que un día la Fiscalía solicitó un acompañamiento para la toma de denuncias en la comunidad de Punta Burica, a fin de garantizar la accesibilidad para esta población. En coordinación con la Fuerza Pública se trasladaron en helicóptero hasta esa comunidad, este aterrizó en la plaza frente a la escuela de la zona, y de ahí debían caminar casi dos horas por la montaña hasta donde residían las personas usuarias. Una vez que terminaron la jornada, regresaron cansados y cansadas después de caminar horas a esperar el helicóptero, sin embargo, este nunca llegó. No tenían señal de teléfono para comunicarse con sus familias ni con la Fuerza Pública, así que un señor de la comunidad indígena les dio albergue y hasta mató una gallina para darles de comer, porque al ser la gira programada para un día, no llevaban alimentos. Fue hasta al día siguiente que llegó el helicóptero y les trasladó de dos en dos hacia la comunidad de Laurel, de Ciudad Neilly. Otro caso que recuerdo es el de una mujer en estado de gestación avanzada, que fue víctima de violencia física por parte de su cónyuge, quien era un profesional de la medicina, por lo que tenía fácil acceso al centro hospitalario donde ella debió ser internada producto de la golpiza que había recibido. Se atendió la llamada del hospital porque no sabían como proceder para que a esta mujer se le otorgara protección mediante la Ley. En respuesta se hizo el enlace directo con la PISAV y de manera casi inmediata un equipo interdisciplinario se trasladó al hospital, en cuenta una de nuestras compañeras, quien brindó la contención y acompañamiento necesario a esta víctima, mientras la jueza y el fiscal realizaban su labor. Como verán ese día, como el de los casos anteriores y muchos otros, el compromiso fue lo primordial para cumplir a cabalidad la misión de este Poder Judicial. Por otro lado, en nuestro quehacer desarrollamos diversos tipos de intervención, a los que me referiré de manera concreta. La primera es el acompañamiento técnico en atenciones inmediatas, sea ante la toma de denuncia, reconocimiento, entrevista, audiencia o declaración en debate, de una persona usuaria. El abordaje está orientado a brindar apoyo a la persona, además de darle contención en caso de que se descompense emocionalmente o presente una situación de crisis, que le dificulte o limite para participar de la gestión judicial. A las personas adultas el acompañamiento se les brinda en casos de violencia doméstica, y a las personas menores de edad en cualquiera de los procesos judiciales. El segundo tipo de intervención es la Valoración pericial, que consiste en un proceso de investigación rigurosa e imparcial, mediante diversas técnicas validadas metodológicamente. Esta labor comprende la evaluación de una o varias personas, así como de grupos familiares y sus entornos, con el fin de emitir criterio técnico acerca de una situación en particular, que puede ser una dinámica de violencia por ejemplo, la custodia de una persona menor de edad o las implicaciones psicosociales ante la presunta comisión de un delito, entre otras. El tercero son los Seguimientos y la atención socioeducativa, que se brinda a una persona que se encuentra en un proceso judicial, en el que se debe cumplir ciertas medidas de protección o de resocialización, y durante ese proceso se le brinda atención socioeducativa en pro de su desarrollo personal. Con las personas menores de edad, víctimas de alguna forma de violencian social, siendo la mayoría que atendemos delitos sexuales, se desarrolla un plan con el fin de facilitar su participación en el proceso judicial. Se aborda temáticas como derechos, prevención de la violencia, redes de apoyo y familiarización con el proceso judicial (etapas, sala de juicio y dinámica del debate). En Penal Juvenil se brinda seguimiento a las órdenes y medidas impuestas mediante la Suspensión del Proceso a Prueba, lo cual implica la atención de la población y el abordaje de temas afines a su situación particular, por ejemplo proyecto de vida, comunicación, sexualidad, prevención del consumo de drogas y del delito, etc. Además, implica la coordinación interinstitucional. En materia de Violencia Doméstica, que incluye a la Plataforma Integrada de Servicios de Atención a Víctimas (PISAV), se da seguimiento a las medidas de protección, con el fin evaluar el cumplimento o no de estas. En esta labor se puede determinar riesgo e informar a la Autoridad Judicial para que tome las medidas necesarias. También se hacen referencias para que la persona beneficiaria reciba el tratamiento requerido, si es del caso, mediante las redes locales contra la violencia, de las cuales también participamos. Se elabora un Plan de Seguridad que se revisa a lo largo del seguimiento, se le brinda a la persona información acerca de la violencia doméstica, que le permita comprender la dinámica en la que ha estado inmersa, posibles causas, consecuencias y acciones de protección y prevención. También, como he mencionado, la Justicia Restaurativa, es otro de los tipos de intervención de nuestro Departamento. Este Programa, bajo la dirección del despacho de la magistrada Doris Arias Madrigal, resulta fundamental por las competencias y formación de nuestros y nuestras profesionales, ya que la Justicia Restaurativa involucra a los diferentes actores: la víctima, la persona imputada y la sociedad o la comunidad. El o la profesional del área psicosocial entrevista a la persona imputada y víctima en momentos distintos, para valorar la procedencia de que el caso sea tramitado mediante esa modalidad de justicia. Además, entrevistan a las personas de apoyo y coordinan con las instituciones y representantes de la comunidad, para su involucramiento en el proceso. Fungen como personas facilitadoras o cofacilitadoras de la reunión restaurativa y una vez homologado el acuerdo, brindan el seguimiento. Por lo anterior, se considera que, a través de este seguimiento y las valoraciones preliminares que realiza el DTSP se contribuye a brindar un abordaje integral al conflicto que se está enfrentando, lo que responde a una visión humanista del proceso. Consecuentemente, el incremento en las solicitudes de intervención del Departamento de Trabajo Social y Psicología en cada una de estas formas de intervención, es reflejo de la relevancia y necesidad de los procesos que se desarrollan en este; en lo que ha transcurrido de este año 2015, se han realizado 4,269 acompañamientos técnicos en atenciones inmediatas a personas menores de edad, de los cuales 103 se atendieron en disponibilidad fuera de horas hábiles, 571 acompañamientos a personas adultas en procesos violencia doméstica, se han llevado a cabo 9,158 valoraciones periciales, se ha brindado atención socioeducativa a 1,117 personas menores de edad víctimas de alguna forma de violencia social y a 2,244 jóvenes con Suspensiones del Proceso a Prueba, así como se han ejecutado 2,819 seguimientos a medidas de protección por violencia doméstica. En Justicia Restaurativa se han entrevistado desde el área psicosocial a 675 personas imputadas, 303 víctimas y 217 personas de apoyo, además se han contactado 366 nuevas instituciones para la red de apoyo y se ha participado en 695 reuniones restaurativas. En total, hemos intervenimos en 20,280 valoraciones o atenciones de personas. Hoy día somos más de 200 personas entre profesionales y personal administrativo, en 34 oficinas alrededor del país, tenemos dentro de nuestra población meta un alto porcentaje en condiciones de vulnerabilidad, por lo que su atención debe ser prioritaria, sean estas personas menores de edad, personas adultas mayores, personas con discapacidad, personas en estado de necesidad económica, personas indígenas, personas privadas de libertad, personas migrantes y mujeres víctimas de violencia doméstica. Como reto nos enfrentamos a la tarea de brindar un servicio cada vez más efectivo, a la luz de los nuevos modelos tecnológicos y de las transformaciones de la sociedad y de la institución, con los recursos humanos y materiales con que contamos, los cuales a pesar de lo que ha crecido el Departamento, a veces resultan insuficientes, ante un aparato jurisdiccional que crece mucho más rápido en cantidad y acceso a herramientas que nosotros. Por último, he de rescatar también la mayor fortaleza, que es sin duda todo el talento humano que ha asumido responsablemente el trabajo, que se identifica con la causa y lleva por enblema un servicio público de calidad y ha hecho suya la frase "Compromiso en beneficio de la justicia". Gracias al equipo de trabajo técnico y administrativo que me acompaña en esta ardua labor, por su mística y amor por el trabajo, a los compañeros y compañeras auxiliares, a los y las profesionales que se entregan día a día en su quehacer, y a quienes hoy ya gozan de su jubilación y en su momento dieron también sus granos de arena. Por lo tanto, muchas felicidades compañeros y compañeras por llegar hasta aquí con la frente en alto y la satisfacción del deber cumplido. |
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
Montaje: Licda. Karen Quirós Fumero
Diseño Gráfico: Iván Pacheco León
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