ESCUELA JUDICIAL
Acto de Clausura del Año Académico 2015
Mag. José Manuel Arroyo
Presidente en ejercicio
Corte Suprema de Justicia
21 de octubre de 2015

Es un motivo de gran satisfacción para mí participar en este acto de clausura del año académico 2015 de la Escuela Judicial, en el que presenciamos la graduación de quienes han participado en los cursos que a continuación mencionaré.

  • II Programa de Formación Básica para el Personal de Localización y Presentación del OIJ.
  • LXV Programa de Formación Básica en Investigación Criminal.

Este importante acto permite apreciar que el 2015 ha sido un año fructífero, tanto para quienes han participado en los cursos, como para la Escuela Judicial y las unidades de capacitación sectoriales, para la institución e indirectamente, para las personas usuarias que se benefician de la mejor preparación que recibe nuestro personal, lo cual contribuye a la mejora continua de los servicios.

La capacitación ofrece nuestra Escuela contribuye no sólo al desarrollo académico de las graduandas y graduandos, sino también a su crecimiento personal, en la medida en que les asegura una mayor capacidad para enfrentar los grandes retos que se ciernen sobre la administración de justicia en este siglo XXI.

Todos los esfuerzos que realiza el Poder Judicial para el fortalecimiento de las competencias de su personal se traducen en la posibilidad de brindar un servicio de mayor calidad.

El desarrollo exitoso de estas actividades académicas es posible gracias al esfuerzo conjunto de un sinnúmero de personas: desde quienes deciden el destino de los recursos institucionales, aprueban los programas, realizan el diseño curricular e imparten los cursos, hasta quienes los matriculan. También existe un importante soporte administrativo para toda esta labor, que involucra a muchas servidoras y servidores.

La inversión que hace nuestra institución en la capacitación de su personal demuestra el interés de desarrollar las competencias que hoy son requeridas para el desempeño óptimo de las labores que nos son encomendadas.

La labor de la Escuela Judicial

El esfuerzo es de todas y todos, pero ha sido posible por la voluntad institucional que permitió la creación de la Escuela Judicial “Edgar Cervantes Villalta, cuyo funcionamiento contribuye –sin lugar a dudas- al mejoramiento de la calidad de la justicia costarricense.

A partir de 1980, año en que se le asignan a la Escuela instalaciones propias en el quinto piso del edificio del OIJ y más adelante, en 2007, cuando se traslada a las hermosas instalaciones en las que hoy nos encontramos, ha contado con las condiciones necesarias para dar mayor realce a su labor.

En la actualidad la Escuela desarrolla con éxito el Programa de Formación Inicial a aspirantes de la judicatura, el programa de especialización para juezas y jueces, el programa de formación general básica, el programa de actualización, el programa de formación a distancia para personas técnicas judiciales y el programa de extensión, a través del cual se realiza la capacitación del personal del OIJ mediante la Unidad de Capacitación de ese Organismo, fundada en 1978 y adscrita a la Escuela.

Además, en coordinación con las demás escuelas judiciales de la región, la nuestra contribuye a la capacitación de juezas y jueces de varios países, incluido el nuestro, en temas que se identifican como prioritarios, a través del Centro de Capacitación Judicial para Centroamérica y el Caribe.

Resulta relevante destacar que nuestra Escuela Judicial impulsa una cultura que promueve una justicia humanista, democrática, accesible, eficaz, eficiente, transparente, confiable, accesible y equitativa.

Los logros de esta Escuela son resultado conjunto de aportes de muchas personas que hicieron grandes esfuerzos para su consolidación, así como de quienes la han dirigido desde su creación hasta la fecha.

Según los datos disponibles, la cantidad de personas que han recibido capacitación de la Escuela ha venido en constante aumento: 2.512 en el 2012, 2.774; en el 2013 y 3.165 en el 2014, lo que se traduce en un promedio anual de 2,817 personas.

Para ofrecer la capacitación se aprovechan los recursos tecnológicos modernos, que cumplen altos estándares. Se cuenta con una moderna plataforma de cursos virtuales, se realizan videoconferencias, se pueden efectuar consultas en línea a la biblioteca, entre otros.

Necesario es destacar la reestructuración administrativa llevada a cabo en 2006 y aplicada a partir de 2007, con la que la Escuela se afirma como el ente rector de capacitación institucional, respecto de las otras unidades de capacitación: Defensa Pública, del Ministerio Público y de Gestión Humana, que hizo posible dar capacitación no solo a la judicatura, sino a técnicos Judiciales y al personal policial OIJ, mediante programas específicamente diseñados para atender a cada población.

A pesar de las limitaciones presupuestarias que enfrenta el Poder Judicial, la labor de la Escuela no decae; al contrario, sigue dando muchos frutos y satisfacciones. No me extralimito al indicar que tenemos una Escuela Judicial de la cual podemos enorgullecernos!

Los retos y desafíos

Sé que el estudio representa un gran esfuerzo, especialmente cuando se realiza en etapas de la vida en que ya se han contraído numerosas obligaciones laborales y familiares que no pueden ni deben ser desatendidas.

Pero también conozco la gran satisfacción que se siente cuando se ha concluido el proceso y se ha llegado a la meta anhelada, que en este caso está representada por este acto de graduación.

No obstante, como todo en la vida, el principal reto no es el que ya ha sido superado, sino el que sigue. En este caso, los reto a poner en práctica sus conocimientos, a realizar su trabajo con integridad, rigurosidad y esmero, única forma en que podemos demostrarle al país que los recursos que invierte el Estado en la administración de justicia están plenamente justificados.

A la ciudadanía debemos ofrecerle siempre un servicio óptimo, buen trato y pleno respeto a sus derechos. Con la capacitación que se ha recibido, a la cual se le debe sumar una actitud de respeto, honestidad, eficiencia y compromiso hacia nuestro trabajo y hacia las personas usuarias a las que servimos, podemos con valentía defender la gestión judicial frente a cualquier cuestionamiento o ataque.

Debemos fortalecer el sentido de pertenencia a una institución que es un pilar de nuestra democracia. Solo reflexionando sobre la importancia de lo que hacemos, podremos reavivar las energías para hacerlo cada día mejor y con el mismo entusiasmo que cuando iniciamos.

A cada una de las personas presentes le hago un llamado a que contribuyamos positivamente a que la gestión judicial cumpla las expectativas de la ciudadanía y se desarrolle al amparo de los nobles ideales que la inspiran.

Es frecuente que me refiera al tema de los valores, por mi firme compromiso de promoverlos e instar a que vivamos conforme a ellos. Creo que no existe amenaza ni reto que nuestro pueblo no pueda superar, pero el más grande, en esta época en que la Patria enfrenta problemas de desigualdad, pobreza, violencia, delincuencia organizada, violación de los derechos, corrupción y serios cuestionamientos al aparato estatal, es mantener la credibilidad en el sistema democrático, en las instituciones públicas y en la integridad de los seres humanos.

Debemos, todas y todos juntos, dar evidencia de que hay, en medio de los problemas que aquejan a nuestra Nación, una firme esperanza. Esa esperanza requiere del funcionamiento de un Poder Judicial incorruptible, en el que las personas no solo tengan conocimientos académicos, sino que tengan la fuerza moral para combatir todo acto, provenga de quien provenga, que no sea compatible con el cumplimiento fiel de nuestros deberes.

A la par de la necesaria humanización de los servicios, que debe reflejarse en un trato adecuado a los demás, debemos fortalecer nuestras capacidades para la defensa de los derechos de todas las personas, sin discriminación.
Todos estos son grandes retos y desafíos!

Agradecimientos

Agradezco a la Escuela por su arduo trabajo en esa dirección: capacitar, sensibilizar y promover la ética en el desempeño de las labores.

Destaca la labor de dirección del Consejo Directivo de la Escuela y, en especial, el liderazgo que le impregna la Magistrada Arias Madrigal, quien lo preside.

Deseo expresar mi reconocimiento a todo el personal de la Escuela que apoya, tanto en lo académico como en lo administrativo, para que todo se desarrolle de la manera deseada. Estoy convencido de que cuando las actividades se desarrollan con fluidez y muy pocos contratiempos, ha existido un trabajo enorme de coordinación y desvelo para que todo salga bien.

A las personas que hoy se gradúan, agradezco su respuesta positiva a la convocatoria efectuada por la Escuela. Su interés, arduo trabajo y buen rendimiento son el fundamento del éxito de la formación académica.

Esperamos de ustedes que se fortalezca su amor a nuestra institución y su compromiso con la función pública. Les deseo que aspiren siempre a la excelencia y que sus aliados en el desempeño de sus labores sean los valores éticos, que son los únicos que conducen a la plenitud humana.

Tengo la esperanza de que las competencias que han adquirido generen un efecto multiplicador que redundará en la mejora de la calidad de los servicios, que serán ejemplos dignos de emular para el resto de sus compañeras y compañeros y que, con su ayuda, daremos evidencia de que la administración de justicia merece la confianza de la ciudadanía.

Es también necesario agradecer a todas las demás personas, instituciones, organizaciones y gobiernos amigos que nos han dado apoyo para la culminación exitosa y el cumplimiento de los objetivos planteados.
Sigamos adelante, haciendo todo lo que resulte necesario, para que la justicia costarricense siga siendo un ejemplo para el mundo.

Agradezco a todas y a todos por su amable presencia.

Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
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