Internet revolucionará la manera en que conducimos
  • Vehículos cada vez más autónomos nos permitirán convertir el auto en un centro social, una experiencia imaginada por muy pocos.

Lic. César González Granados
Periodista y gestor de redes sociales

El concepto de autos conectados no es nuevo. Ya en el 2009 en Barcelona se mostraban prototipos de autos con tecnología 3 g que permitían entre otras cosas, detectar otros vehículos conectados y así avisar al conductor sobre por ejemplo, el peligro de adelantar en determinado momento.

Desde entonces, las tecnologías han avanzado muchísimo. Los titulares de las revistas especializadas comienzan a informarnos sobre automóviles que se conducen solos, prototipos de camiones sin conductor, sistemas de detección en carretera, posicionamiento global, etc.

Todas las grandes firmas han dado pasos importantes hacia una conducción menos dependiente de la acción humana: sensores de proximidad, cámaras traseras, lásers que avisan cuando otro vehículo se encuentra muy cerca, sensores que nos informan sobre condiciones de la ruta, realidad amentada que reflejada en el parabrisas nos permite ver información como a qué velocidad se desplaza el vehículo de enfrente, cual ruta alterna tomar en caso de atasco, o a qué velocidad se debe circular por determinada vía, etc.

Pero la revolución se acelerará cuando todas esas tecnologías interaccionen con una conexión de banda ancha móvil, capaz de acceder a bases de datos de diferentes aplicaciones, he interactuar con los teléfonos celulares de manera automática.

Imagine por ejemplo que maneja en una zona desconocida. Al pasar cerca de un negocio, en el parabrisas le aparece una notificación que le indica que el negocio es un restaurante, y con la clasificación de Trip Advisor. Además, le indica que su amigo Jorge está ahí y le muestra su foto, y le pregunta si desea enviarle un mensaje. Usted desacelera mientras le dicta un mensaje a la computadora de su vehículo. Èsta se lo envía a Jorge quien responde invitándolo a comer. Usted le ordena a la computadora de abordo que encuentre un parqueo con espacio disponible y la computadora le señala el más cercano. Usted entra y antes de pasar por la aguja automática, ya el cobrador tiene los datos de su vehículo, pues los ha comunicado a través del chip de radiofrecuencia de su celular. Al parquear los sensores de abordo le indican hasta dónde retroceder. Usted se baja, deja las llaves dentro del vehículo sin querer. El carro cierra sus puertas, pero usted tiene su teléfono en la bolsa. Con una aplicación con biometría usted abre las puertas de su carro, que reconoce a su dueño mediante las huellas digitales, y usted recupera sus llaves. Usted cena con su amigo Jorge, se toma algunas fotografías, conversan hora y media. De regreso a su vehículo usted puede escuchar los mensajes de voz en su teléfono, pedirle a la computadora que le lea sus correos, videollamar a casa. Mientras sale del parqueo, no es necesario que se baje a pagar. Ya el dinero ha sido retirado de su cuenta y usted lo ha autorizado mediante un click en una notificación. Mientras maneja, decide activar los sensores de manejo automático para poder seleccionar las fotos que desea subir a Instagram. Al terminar de subir , usted le ordena a la computadora que toque música jazz y que abra la puerta de su cochera cuando el auto esté a 50 metros. La computadora le advierte que más adelante hay neblina y que eso puede causarle una demora de 20 minutos, y aunque la neblina es densa, usted recibe toda la asistencia de realidad aumentada: la carretera aparece en su parabrisas resaltada con luces led, para que no invada carril involuntariamente ni se salga de la carretera.

Un sensor en el dash del vehículo monitorea su mirada. Si por sueño, usted cerrara los ojos un momento, un sonido de alarma, la vibración del volante y de su celular lo despertarían antes de perder el control del auto. Y si eso le pasa más de un par de veces, probablemente el auto se parquee y se detenga para realizarle un test rápido de su estado de salud, y le aconseje un buen servicio cercano de grúa, un chofer por contrato, o el hotel más cercano.

Puede sonarle a ciencia ficción en este momento, pero todo esto lo veremos con normalidad a la vuelta de 5 años. O menos. La innovación no se detiene.

Lic. Eduardo Castellón Ruiz
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