PALABRAS EN ENTREGA DE LIBRO-HOMENAJE A ELÍAS CARRANZA EN SU 73° ANIVERSARIO
Mag. José Manuel Arroyo Gutiérrez
Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia
21 de mayo de 2015
Mag. José Manuel Arroyo Gutiérrez
Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia

Agradezco a los organizadores de este hermoso evento la invitación que se me ha hecho para sumarme al homenaje a Elías Carranza Lucero a propósito de su 73° aniversario, homenaje que, como no podría ser de otra manera, se concreta en los dos volúmenes que conforman la obra colectiva que finalmente hemos visto publicada. Celebro también la oportunidad que como Vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica y sobre todo como amigo de Elías, podamos compartir esta ceremonia y brindar a la salud y larga vida de quien es ciudadano latinoamericano y destacado científico social de nivel mundial. Hemos tenido la oportunidad de comprobar esto último en el marco del 13° Congreso de Naciones Unidas para la Prevención y Justicia Penal, cuando la figura de Elías Carranza no sólo era conocida y reconocida por autoridades y científicos sociales de todas partes del mundo, sino que su voz y su pensamiento destacaban y eran escuchados con especial atención.

De entre todo lo que se ha dicho y dirá a propósito de este homenaje, quisiera recatar, por el valor simbólico profundo que tiene, la anécdota del joven activista de derechos humanos, allá en los primeros años setentas del siglo pasado, preso en una cárcel argentina que, a viva voz, dictaba de memoria a sus compañeros de infortunio lecciones de filosofía clásica, en parte sí, para aliviar el rigor del presidio injustificado, pero en parte también como afirmación de lo más sublime de la vida: el conocimiento frente a la ignorancia, la razón frente a la fuerza bruta, la esperanza frente al desaliento y en fin, la luminosa vida en vez de la muerte. Sin duda, aquél joven pensador y activista tuvo su acta de nacimiento cuando participa en la Comisión especial que integró la Asamblea Legislativa de la Provincia de Santa Fe para investigar los Apremios Ilegales y Torturas (1973-1976) a consecuencia de lo cual, poco tiempo después, padeció la persecución y cárcel de que damos cuenta. No puede uno menos que evocar los ecos de la canción de Juan Manuel Serrat cuando dice: “entre esos tipos y yo, hay algo personal…”, no porque Elías guarde sentimientos de rencor o venganza, que nunca han tenido cabida en la nobleza de su espíritu superior, sino porque “esos tipos” encarnan todo lo opuesto al humanismo antiautoritario y democrático que ha cultivado nuestro buen amigo.

He querido rescatar con esta anécdota a un Elías del que se habla poco, el que se aparta del los estudios de derecho en sentido estricto y abraza la Filosofía y, por esa vía, termina también en brazos de la Criminología y la Política Criminal. Esto es importante porque, quizá sin proponérselo, se inscribe en una tradición del pensamiento occidental cuya profeta fundacional se llama Cesare Beccaria, y algunos de sus representantes contemporáneos más destacados son Norberto Bobbio, Alessandro Baratta, Eugenio Raúl Zaffaroni, y Elías Carranza. Son pensadores que parten del derecho, la mayoría del derecho penal pero la fuerza de sus ideas y sus ideales los remontan, como navegando en luminosos veleros, a nuevas tierras donde se encuentran, precisamente, con lo que está más allá del derecho penal de adultos: el derecho penal de menores, el derecho penitenciario, la Criminología, la Política Criminal y, ¡como no!, los Derechos Humanos.

A estas alturas, el pobrecito de don Carlos Tiffer estará rezando para que hable de lo que me había pedido y voy a intentar no defraudarlo. Por supuesto que no voy a plagiar aquí la excelente reseña esbozada por el Dr. Tiffer en el artículo introductorio de la obra que hoy entregamos bajo el título: “Elías Carranza en su setenta y tres natalicio”, y a esa reseña los remito, tanto para un recuento de los y las articulistas, como para una idea general del contenido de los artículos. Bástenos, eso sí, decir por nuestra cuenta, que se trata de un total de 52 contribuciones, ordenadas en dos tomos y siete materias: 5 artículos de Derecho Penal Juvenil; 9 artículos de Derecho Penal de adultos; 9 artículos de Política Criminal; 3 artículos de Derecho Procesal Penal; 14 artículos de Derecho Penitenciario; 7 artículos sobre Criminología; y 4 artículos de Derecho Constitucional. Se trata también de 45 hombres y 11 mujeres, que concurren a conformar esta magna obra, con fuerte presencia de representantes de las dos patrias de Elías, autores argentinos y costarricenses con numerosa representación; también destacan la intervención de autores mexicanos, brasileños, ecuatorianos y cubanos, así como en general, está representado todo el continente americano desde los Estados Unidos de América, Venezuela, Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay y Perú. De igual manera hay representación europea, especialmente de España, pero también de Austria, Gran Bretaña y Alemania.

Destaca una importante mayoría de autores cuya formación inicial básica es la del derecho, aunque hay una significativa representación de psicólogos y sociólogos, claramente derivadas, estas formaciones iniciales, en muchas y muchos de ellos, hacia la criminología, los derechos humanos y el derecho penal juvenil y el penitenciario; así como, en casi la totalidad de las y los autores, hay una mezcla profesional donde prevalecen el ejercicio de la docencia universitaria, la investigación científico-social, la asesoría y consultoría internacionales y, en algunos casos, también el ejercicio de la función pública, nacional o internacional, incluida por supuesto la judicatura.

En fin, un conglomerado de lo más selecto en las áreas en las que nuestro homenajeado ha dedicado su propio talento y dedicación, incursionando con las investigaciones, artículos, ponencias, conferencias y libros, a los que hoy les rendimos nuestro reconocimiento. Los articulistas de esta obra es toda gente de estudio e investigación científica, volcada hacia la producción intelectual para la acción e impacto social; gente de alta criticidad con una visión del derecho y el fenómeno criminal, no para la simple respuesta represiva, sino para la visión integral y científica en orden al cambio.

Es aquí donde está precisamente el hilo conductor que une y enlaza las contribuciones que rinden homenaje a Elías Carranza. Se trata de una perspectiva de la violencia social que busca descender a las causas últimas que la explican, ahí donde se encuentran los factores estructurales que deben ser señalados y desnudados para una comprensión científica de este fenómeno; se trata de apostar por la razón del derecho y no por el instinto de la fuerza, razón jurídica que se decanta por reconocer los límites mismos del derecho punitivo, sea en la concepción general del derecho penal, del proceso, de las medidas cautelares, de la función de la pena y de la disyuntiva entre más prisión o sanciones alternativas; se trata de apostar, en palabras del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, por una seguridad humana, integral, que dé acceso a los derechos y servicios básicos a las grandes mayorías, antes que seguir alentando una mera seguridad ciudadana anclada en la reacción represiva frente al fenómeno delictivo, y comprender así la ecuación que Elías se ha encargado de difundir: “a mayor equidad menor inseguridad y, a contrario, a menor equidad, mayor inseguridad y violencia”; se trata, de superar un simple igualitarismo formal, para construir la verdadera justicia sobre bases de equidad y distribución adecuada de la riqueza y, de paso, aliviar la violencia social y delictiva.

Para ir concluyendo, no quisiera dejar de reconocer el mérito que en este homenaje tiene el Doctor Carlos Tiffer, como inspirador y compilador de la obra que hoy entregamos. Me parece de justicia también mencionar que muy probablemente la historia sería muy distinta, sin la compañía, el amor, las lealtad, y colaboración que Elías ha recibido, a lo largo de toda su biografía, de Rita Maxera, a quien agradecemos asimismo los sublimes trazos, personalísimos, que se rescatan en la presentación inicial de este libro.

Nos hemos unidos pues, esta tarde, para decirle a Elías que admiramos y agradecemos el empeño de toda una vida; la dedicación disciplinada a una pasión intelectual, pero fundamentalmente a una pasión moral, al estudio y a la praxis en la forja de un mundo mejor. Nuestra gratitud, Elías, por transformar, como solo lo saben hacer las almas grandes, la desgracia y tragedia personales en un testimonio de valentía y esperanza, por transformar la agresión personalmente sufrida, en reflexión y trabajo, y por señalarnos un rumbo que las nuevas generaciones deben asumir con el mismo empeño y responsabilidad.

Y como hoy estoy por oír ecos de poesía popular, quisiera terminar con los versos de Jairo, otro compatriota argentino- latinoamericano cuando nos dice: “Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida…” y vos Elías no solo has perdurado sino que también has sabido honrar tus días.

Muchas gracias.

Lic. Eduardo Castellón Ruiz
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
Licda. Mónica Chavarría Bianchini
Montaje: Licda. Karen Quirós Fumero
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