INAUGURACIÓN DEL DIPLOMADO INTERNACIONAL
EL NUEVO DERECHO PÚBLICO DEL SIGLO XXI Y LA PROTECCIÓN MULTINIVEL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Mag. Zarela Villanueva Monge
Presidenta Corte Suprema
Universidad para la paz, 23 de agosto de 2014

Me siento honrada de tener la oportunidad de dirigirles estas palabras, con motivo de la inauguración del Diplomado internacional El nuevo derecho público del Siglo XXI y la protección multinivel de los derechos humanos, que con acierto es ofrecido por la Universidad para la Paz y la Universidad de Heidelberg, a través de su sede en Chile, el Centro Heidelberg para América Latina, con el apoyo del Instituto Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional.

Las dos grandes conflagraciones armadas del siglo pasado constituyeron la cimiente para la abundante y prolífera adopción de normas destinadas a la protección de los derechos humanos. La capacidad de autodestrucción demostrada en esos acontecimientos dejó patente el inminente riesgo de exterminio que enfrenta la humanidad; y evidenció la necesaria protección que debe garantizarse a las personas, de toda condición. Esto ha quedado plasmado en los preámbulos de los instrumentos normativos internacionales, de derechos humanos, aprobados. A pesar del considerable desarrollo de esa normativa, la situación en el mundo actual no es la deseable.

Los cruentos conflictos internos e internacionales; la pobreza; la trata y violación sexual de mujeres, niñas, niños y adolescentes, en ciertas regiones del mundo; los desastres climáticos; la exclusión económica de poblaciones enteras; la inseguridad ciudadana; el crimen organizado, entre otras muchas situaciones, evidencian que el vertiginoso desarrollo normativo y científico, no ha impactado en las condiciones de vida de grandes sectores de la población del planeta. Tampoco ha incrementado la capacidad de resolución pacífica de los conflictos humanos. Las posibilidades de comunicación que nos ofrece la tecnología evidencia esta incapacidad.

Los Objetivos del Milenio aún no se cumplen. Los ciudadanos y ciudadanas del mundo, que estamos en posición de alzar voces, de actuar, estamos en deuda con el resto de la humanidad, sobre todo, con los segmentos de la población para quienes fueron pensados esos objetivos. Atravesamos “Tiempos inciertos” tal y como lo afirma George Soros en el título de su libro dedicado a la Democracia, la libertad y los derechos humanos en el siglo XXI.

Por esa razón, un programa como este es un escenario apropiado para analizar el estado actual de desarrollo del Derecho Público en la región latinoamericana, donde nuestros países comparten realidades comunes: un limitado nivel de desarrollo económico nacional y en el acceso de las personas a ese desarrollo; la intromisión de redes de narcotráfico y el cúmulo de delincuencias que se generan a su alrededor; un escaso desarrollo de los niveles de acceso al reclamo de los derechos; violencia contra determinadas poblaciones en condición vulnerable; solo para mencionar algunas de las condiciones compartidas. Significativo será entonces, frente a estas realidades, poder analizar el impacto que tiene en la región, el Sistema Interamericano de Derechos y el conjunto de normas del Derecho Público relacionados con los derechos humanos.

Retos del derecho público del Siglo XXI

Y en este punto debe reconocerse que nunca antes como ahora, ha cobrado vigencia e importancia, el conocimiento y la especialización del Derecho Público, rama del Derecho que en la época actual está presente y rige casi todas las acciones de la vida de las personas. El gran avance en esta rama del Derecho ha obedecido, en mucho, al reconocimiento y desarrollo que poco a poco han ido obteniendo los derechos humanos.

De singular importancia en nuestro medio ha sido contar con la sede de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; con reconocidos especialistas formados en este campo; y, no cabe duda, la creación de la Sala Constitucional en 1989, a partir de la cual, la Constitución Política y los instrumentos internacionales de derechos humanos aprobados por nuestro país, comenzaron a adquirir vida, significado, existencia, para la población.

El desarrollo de los derechos humanos tiene en nuestra realidad nacional, un antes y un después, con la creación de la Sala Constitucional. Expresiones tan sencillas como “un salacuartazo” proferidas por las personas más humildes que ven en este tribunal un mecanismo para la tutela de sus derechos fundamentales, es una evidencia del acceso a la tutela de los derechos y del conocimiento a ese acceso, que tiene ahora la población.

Pero la Sala Constitucional es apenas un órgano jurisdiccional para el restrablecimiento de derechos, es decir, cuando estos han sido violados o se vislumbra su amenaza. La sociedad debe avanzar en el reconocimiento, es decir, en el respeto, y en este campo, los Estados y la sociedad en general, todavía debemos avanzar.

Para garantizar el fundamental derecho de acceso a la justicia, en el Poder Judicial hemos adoptado una política clara y firme, para facilitar que las personas puedan demandar sin dificultad, el reclamo de sus derechos. Con esta idea hemos ampliado el servicio de la defensa pública a otras materias distinta de la penal; ofrecemos acompañamiento psicológico y jurídico a víctimas de delitos, adoptamos protocolos para la atención de víctimas de violencia doméstica, y una política de sensibilidad en la atención a las personas usuarias, solo para mencionar algunas de las acciones adoptadas.

Por eso me complace que un tercio (1/3) de las personas inscritas en este programa sean juezas y jueces. El Derecho Internacional y Nacional de los Derechos Humanos urge ser plasmado en las resoluciones jurisdiccionales. Esto solo es posible a través de personas conocedor de estos instrumentos, que además esté decidido a su aplicación.

El Poder Judicial ha dado su apoyo a esta iniciativa de capacitación debido a que su enfoque no solo es teórico, sino que pretende dotar de elementos prácticos, útiles para enfrentar los retos actuales.

No me cabe la menor duda de que las personas de distintas áreas de estudio, que se beneficiarán con su participación en el Diplomado, obtendrán una visión integral de los problemas de derechos humanos que se enfrentan en este momento y estarán mejor preparados para contribuir a la edificación de una sociedad de respeto a esos derechos.

Agradecimiento

Agradezco a quienes han contribuido a la generación de este importante espacio de estudio y análisis; e insto a quienes participan a obtener el máximo provecho a esta experiencia. Las expectativas de esta actividad académica son muy elevadas, no solo por las distinguidas organizaciones, docentes y participantes involucrados, sino por la calidad del conocimiento que se obtendrá y los resultados concretos que esperamos produzca para la mejora en la protección de los derechos humanos.

Concluyo parafraseando la excitativa formulada por el señor Kofi Annan, exsecretario de la ONU:
“Los derechos humanos son nuestros derechos. Tomémoslos. Defendámoslos. Promovámoslos. Entendámoslos e insistamos en ellos. Nutrámoslos y enriquezcámoslos. Son lo mejor de nosotros. Démoles vida.

Licda. Ana Lucía Vásquez Rivera
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
Montaje: Licda. Karen Quirós Fumero
Diseño Gráfico: Iván Pacheco León

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