Oficina de Comunicaciones Judiciales de Golfito
HISTORIAS QUE MARCAN SU LABOR
Melania Chacón Chaves
Periodista

Personal de la Oficina de Comunicaciones Judiciales de Golfito.

Cada mañana salen de sus oficinas sin saber la hora de regreso y si los alcanzará el anochecer, mientras cumplen con su labor judicial… Caminan por trillos, pasan por zonas montañosas y si llueve deberán intentar cruzar por ríos crecidos o zonas inundadas.

Este es el panorama que viven muchos de los servidores y servidoras que se desempeñan en algunas Oficinas de Comunicaciones Judiciales (OCJ) del Poder Judicial.

En este caso, conoceremos sobre la labor diaria de las personas que laboran en la zona de Golfito.

Son seis las personas encargadas de llevar documentos sobre citaciones, notificaciones, presentaciones y comunicaciones, a todo este cantón de la zona sur del país.

Algunos de sus puntos más cercanos son las zonas costeras como Playa Zancudo- Río Esquinas, Guaycará.

Estas personas cumplen con su función abarcando comunidades alejadas y que en muchas ocasiones sus viajes les genera anécdotas que contar, mientras cumplen con su trabajo.

La zona de Pavones, es una de ellas, con una distancia de aproximadamente 75 kilómetros desde los Tribunales de Justicia de Golfito. Este grupo de servidores judiciales también llevan las notificaciones hasta Puerto Jiménez, con una distancia de 140 kilómetros, así como Punta Burica que se ubica en la frontera con Panamá, cuyo acceso requiere de tres días para llegar, en el que deben de tomar una lancha rápida por tres horas y caminar por montaña aproximadamente 12 horas.

Según indicó el Jefe de Comunicaciones Judiciales de Golfito, Max Alfaro Chaves, la función de esta oficina representa una pieza fundamental para el cumplimiento del servicio que presta la institución.

“A pesar de la distancia de los lugares a los que tenemos que llegar, siempre cumplimos con la labor encomendada de manera eficiente, sin importar las horas que nos tomará un viaje. Lo importante es entregar ese documento que para impartir justicia es fundamental”, expresó Alfaro Chaves.
Es de esta forma y sin importar la lluvia o los kilómetros por caminar que Jesús Atencio Atencio, Freddy Chajud Torres, Carlos Solano Pérez, Mayrrand Mora Santamaría, Jason Jiménez Prendas y Max Alfaro Chaves cumplen con una labor fundamental que permite que esta institución cumpla con su servicio a la sociedad.

Historias que marcan la vida de los notificadores

Freddy Chajud Torres

Freddy Chajud Torres, notificador.
Freddy, es un compañero judicial que hace todo lo posible para que los documentos lleguen hasta su destino.

Una de sus muchas historias, demuestra que si este servidor debe nadar “contracorriente”, lo intentará con el fin de realizar su trabajo.

Y es que hace 23 años, este hombre salió de su lugar de trabajo con destino a Puerto Jimenez, sin saber que la lluvia sería el principal obstáculo para lograr su responsabilidad laboral.

Cuenta que al cruzar el río Terrones ubicado en la comunidad de Puerto Jiménez, la moto derrapó y todas las citas que llevaba dentro de su maletín cayeron al río.

“Fue un momento de angustia ver como las citaciones iban río abajo, no lo pensé dos veces, dejé la moto y corrí hasta lograr rescatarlas todas; una vez que las logre recuperar, sentí un gran alivio, sin embargo al llegar hasta donde estaba la moto había otra mala noticia y es que no arrancó. Gracias a unos funcionarios del Ministerio de Ambiente y Energía que me ayudaron, pude continuar y regresar.”

Mayrrand Mora Santamaría

Mayrrand Mora Santamaría, notificador.
Vecino de Golfito y con cinco años de laborar en el Poder Judicial sale de su casa todos los días, sin saber el trayecto que le tocará recorrer para dejar una citación, notificación, presentación o comunicación.

Relata que una de las tantas anécdotas le ocurrió cuando trató de ingresar a la comunidad indígena de Alto Río Claro, en Pavones.

“Íbamos tres compañeros, nos bajamos del carro y empezamos a caminar por la montaña por más de cuatro horas, hasta llegar a un punto en que se terminaba el "trillo", después de sentarnos a comer unas naranjas que encontramos en ese lugar, apareció un indígena que nos dijo que todavía faltaba una hora de camino, por lo cual no pudimos continuar, ya que empezó a oscurecer y era muy arriesgado caminar de noche en la montaña, empezamos a descender se crecieron los ríos debido a la lluvia que caía, llegamos embarrialados al carro y mojados, al llegar a la ubicación del carro, teníamos aún que hacer un recorrido de dos horas de viaje.”

Mora cuenta que en este viaje inesperado tuvieron la oportunidad de observar una boa, un tigre y hasta una terciopelo.

Jason Jiménez Prendas

Jason Jiménez Prendas, notificador.
“Eran las cinco de la mañana cuando salimos del edificio de los Tribunales de Justicia de Golfito, con una citación para una persona indígena en Alto Río Claro de Pavones. Iniciamos el recorrido caminando por ríos, montañas y senderos, donde ni tan siquiera a caballo se podía ir. Al final fueron nueve horas caminando hasta el punto donde se podía dejar el carro”.

Esta es una de las anécdotas del servidor judicial, Jason Jiménez Prendas quien tiene cuatro años de laborar para el Poder Judicial y que para él, su trabajo le ha enseñado a valorar las facilidades que muchas personas tienen en su vida.

“Cada viaje a esa zona de extrema pobreza nos demuestra que somos muy afortunados de lo que tenemos, de nuestro trabajo y de las ventajas que tenemos para trasladarnos y realizar nuestras distintas diligencias personales. Hay personas que deben de caminar por horas y sin nada que comer” aseguró.

Licda. Ana Lucía Vásquez Rivera
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
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