CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE CRIMINALIDAD ORGANIZADA TRANSNACIONAL
Dr. José Manuel
Arroyo Gutiérrez
Vicepresidente, Corte Suprema de Justicia

Agradezco a las personas y entidades organizadoras de este evento, así como a todos y todas ustedes, la oportunidad dada a la Presidencia de la Corte para participar en este acto de inauguración del Congreso Internacional sobre Criminalidad Organizada Transnacional, cuya realización no puede haber llegado en mejor momento cuando las autoridades de varios países informan haber realizado una enorme actividad conjunta para desarticular una organización para el lavado de dinero a través de la red.-

Ese caso, como muchos que periódicamente salen a la luz pública, enseñan que la lucha de nuestras sociedades lo es contra gigantescas y muy organizadas empresas delictuales y ese esfuerzo se ve adversamente afectado por una variedad de factores sociales, económicos y estructurales que hacen que la institucionalidad vaya continuamente perdiendo el paso frente a la delincuencia y en particular frente al fenómeno de la delincuencia organizada que parece haber encontrado su hábitat más propicio en el mundo globalizado de principios del siglo 21.-

Resulta iluso pensar que en épocas históricas anteriores no hayan existido en diferentes países organizaciones criminales bien estructuradas y con gran capacidad de operación. Sin embargo, lo que resulta novedoso es precisamente lo que nos tiene reunidos hoy aquí, es decir ese carácter transnacional de algunas organizaciones criminales, las cuales sacan buen provecho de ese estrechamiento virtual del mundo que vivimos actualmente.

Ni siquiera a los países económica y tecnológicamente más avanzados les resulta sencillo luchar efectivamente contra este tipo de organizaciones delictivas que medran aprovechando todas las debilidades de los sistemas, pero lo cierto es que sus capacidades y organización les permiten defenderse mejor frente a las operaciones de estos grupos y eso lo saben bien los delincuentes que entonces se instalan en otras naciones menos desarrolladas a las que no les resulta nada fácil acumular los recursos humanos y económicos suficientes para lograr combatirlos con eficacia a pesar de los ingentes esfuerzos que –tal y como ocurre en nuestro país- se intentan para remediar la situación.-

Por ello es que se ha insistido mucho en que solamente una extensiva acción conjunta y coordinada entre los países para construir un marco normativo y conjuntar los recursos materiales necesarios puede rendir frutos efectivos contra las organizaciones criminales.

Y es justamente en el primero de estos aspectos -el normativo- en donde buscamos ahora dar pasos importantes con actividades como la que hoy estamos realizando.

Como hombre de leyes, este aspecto normativo es esencial para mí porque no creo que quienes nos encontramos reunidos aquí, estemos dispuestos a renunciar al Estado de Derecho y al imperio de la ley a cambio del logro de un objetivo, aún cuando sea tan loable como el de reducir al mínimo las expresiones de organización criminal transnacional.

De ese modo, la lucha debe darse imperativamente, pero con respeto de las reglas y principios políticos básicos que rigen nuestras sociedades y por esa razón el acuerdo sobre una base ética y política común es un prerrequisito no visible pero fundamental para avanzar en el este esfuerzo de armonización entre ordenamientos jurídicos.-

No pierdo de vista que -en este tema- estamos en desventaja frente a los criminales transnacionales que son difíciles de combatir precisamente porque no tienen ningún límite ético o ideológico y además -hoy en día- pocos límites en cuanto a lo económico, con todo lo cual pueden fácilmente pagar conciencias y comprar los bienes que ocupen en un gran mercado mundial que los vende al mejor postor.

Pero la solución a ello debe ser un reforzamiento de nuestros principios y creencias humanistas y nunca la fácil respuesta del abuso de la fuerza estatal o el logro de unos fines a cualquier precio.- Este último punto es algo que nosotros no podemos dejar nunca de lado porque corremos el riesgo de perder la correcta perspectiva de las cosas.-

Como agentes el Estado, no podemos renunciar a todas nuestras creencias y obligaciones, solo porque nos parece que le estorban al ejercicio de un particular y primitivo concepto de justicia que solo sirve para exacerbar los ánimos de las personas.-

Podemos hacer el esfuerzo adecuado y actuar con inteligencia en esta lucha contra el crimen organizado sin necesidad de acudir a medios jurídica o moralmente incorrectos como el maltrato, o la fuerza innecesaria o peor aún, la vulneración de derechos que hemos reconocido y declarado como fundamentales de ser humano. Nunca sobra -en este punto- recordar que el negarle la condición de persona a un ser humano, nos lesiona tanto o más a nosotros, pues con ese acto nos degradamos.-

Naturalmente esa actuación inteligente que he mencionado pasa por la construcción de un marco normativo que nos permita como países, armonizar potestades y competencias y coordinar más ágilmente nuestras acciones contra la delincuencia transnacional. Debemos disponer de medios institucionales, bien razonados y diseñados, que nos sirvan para atacar a este tipo de delincuencia y lograr su desestímulo.-

Y justo en este punto es donde encuentra su valor un intercambio de ideas como el que busca lograr en este encuentro donde junto con la exposición de expertos en estos temas, se abren oportunidades para analizar y mejorar las propuestas que se han planteado para montar esa coordinación e intercambio de información y recursos que debe dar lugar a que los transgresores de la ley sientan que tienen en frente una institucionalidad motivada, ágil y que no da tregua respecto de lograr sociedades e individuos más sanos y más libres.

Concluyo estas breves ideas de motivación con la reiteración de mi agradecimiento con los organizadores de este acto, que nos compromete aún más con el loable empeño de librar a nuestro país, de la erosión y daño que este tipo de delincuencia causa a nuestros más valiosos recursos que son las personas.-

Licda. Ana Lucía Vásquez Rivera
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
Montaje: Licda. Karen Quirós Fumero
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