Discurso al asumir la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia
Zarela Villanueva Monge
Presidenta de la
Corte Suprema de Justicia

Estimadas compañeras y compañeros! Estoy sumamente conmovida y agradecida por el honor que me han brindado al confiarme la Presidencia de esta Corte, ocupada desde siempre por los más insignes juristas de esta nación.

Acepto la responsabilidad de ser la primera mujer en ocupar esta silla luego de casi dos siglos de existencia de esta institución, así como el peso que significa suceder a uno de los más grandes reformadores de la justicia y uno de sus Presidentes más queridos, el Dr. Luis Paulino Mora Mora.

Fue hace 34 años que ingresé al Poder Judicial, en lo que llegaría a ser una carrera llena de enseñanzas que me permitió ocupar todos los puestos de la judicatura, desde alcaldesa, jueza, jueza superior y magistrada. Aquí descubrí mi verdadera vocación de servicio público y mi pasión por la defensa de la justicia, de los derechos humanos y en especial de quienes no habían tenido voz por mucho tiempo: las mujeres y las víctimas.

Me correspondió ir contra corriente, abrir camino. En ese proceso descubrí que las luchas que valen la pena tienen un costo personal muy alto, pero también, que son estas las que le dan un sentido especial a la vida. En ese recorrer me di cuenta también, que no estaba sola y que esta Institución está llena de personas valiosas y capacitadas que sin duda representan el activo más importante de este Poder de la República; personas que hacen la diferencia todos los días en sus trabajos, desde el puesto más sencillo hasta el más complejo. Me enorgullece el hecho de que esta Institución está mayoritariamente compuesta por personas que se sienten orgullosas de servirle al país y que lo hacen más allá del deber. Son esas personas, funcionarios y funcionarias de los distintos ámbitos que integran el Poder Judicial, las que me inspiran y obligan a tratar de marcar la diferencia, todos los días, en el manejo de esta compleja Institución.

Sin duda el país vive tiempos difíciles que exigen grandes cambios. Nosotros enfrentamos a la vez grandes decisiones que deberemos acordar en los meses por venir y que determinaran el rumbo y la calidad de justicia que brindaremos en las próximas décadas. Estoy confiada que la solidez de 187 años y el gran liderazgo existente entre las compañeras magistradas y compañeros magistrados permitirá que la Corte salga fortalecida, como me parece ha salido de este espacio de reflexión y debate que se ha abierto en torno a la elección de la Presidencia.

Con la madurez y sensatez de todas y todos, a partir de hoy debemos trabajar unidos por cumplir nuestro deber con el pueblo costarricense. Debemos estar a la altura de nuestras responsabilidades y exigencias; y ser capaces de superar nuestras diferencias para construir juntos y juntas un sistema de justicia acorde con la realidad de los tiempos y del nivel de desarrollo que deseamos alcanzar como nación.

A partir de hoy, las puertas de mi oficina están abiertas para el diálogo sincero así como para impulsar cualquier proyecto o idea que nos ayude en el proceso de fortalecimiento democrático de la Institución. Pueden tener seguridad que como “primus inter pares” de esta Corte, mi compromiso es ser el canal de coordinación y de impulso de todas aquellas ideas y de los múltiples liderazgos existentes, que son el verdadero motor de esta Corte. Igualmente mi oficina estará siempre abierta para la ciudadanía, las organizaciones de la sociedad civil, cámaras, sindicatos y personas que deseen acercarse a proponernos soluciones o a ayudarnos a mantener un diálogo abierto, permanente y transparente que nos ayude a escuchar y rectificar si ello fuera necesario.

Quiero reconocer que esta página de la historia que hoy se escribe es posible por la grandeza y madurez política del Magistrado José Manuel Arroyo, señor jurista, de reconocida trayectoria y solvencia moral, que ha antepuesto el bienestar de la Institución a sus aspiraciones personales. Es gracias a él que se han generado los consensos necesarios para que yo haya sido electa. Un gesto de esa grandeza sólo puede provenir de un verdadero demócrata, de un hombre noble que tiene claro que la Patria se ha construido por muchas personas que también como él, pensaron primero en el interés general.

Usted don José Manuel, es para mi un referente de los más altos valores que un ser humano es capaz de lograr, es una muestra de talante y señorío.

Considero un honor integrar Corte con personas de su valía. La patria y la historia le sabrán reconocer su desprendimiento en favor de la unidad y los más altos valores de esta Corte.

Me embarga el anhelo de que, las 22 personas que integramos esta Corte sabremos trabajar unidas por el deber de entregar a las futuras generaciones una administración de justicia fortalecida que realmente contribuya al desarrollo humano y democrático de nuestra nación.

Finalmente agradezco a mi familia, en especial a mis hijos, Julio y Zarela que son mi fortaleza e inspiración más grande, con ellos a Noelia y a Federico, y a mis dos queridas y adoradas nietas, Isabella y Jimena.

Muchas Gracias.

Licda. Ana Lucía Vásquez Rivera
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
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