Zarela Villanueva Monge Presidenta en ejercicio Corte Suprema de Justicia

Quisiera agradecer al Departamento de Planificación por la invitación que me cursara para dirigirles unas palabras de motivación para iniciar este taller sobre el “Plan Estratégico Poder Judicial 2013-2017”. Me alegra mucho ver esta mañana representantes de diversos sectores con los cuales el Poder Judicial tiene una relación a través del servicio público de justicia que brinda. Para la Institución es de gran importancia conocer el criterio sobre aspectos de interés mutuo que nos permita perfilar aún más el Plan Estratégico para el próximo quinquenio.

Por ello agradezco la presencia de representantes de la Asamblea Legislativa; del Poder Ejecutivo a través de los Ministerios de Educación, Justicia y Paz, Seguridad Pública, Planificación, y Trabajo y Seguridad Social, del Gobierno Digital; de la Dirección de Migración y Extranjería; de la Municipalidad de San José; del Patronato Nacional de la Infancia; del Patronato Nacional de Ciegos; del Instituto Nacional de la Mujer; del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor; del Consejo Nacional de Rehabilitación y Educación Especial; del Registro Nacional; del Instituto de Criminología. De instituciones como el Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica; el Estado de la Nación. La academia también se ha hecho presente con representantes de la Universidad de Costa Rica; Universidad Estatal a Distancia y Universidad Nacional. Tampoco puedo dejar de mencionar a don Elías Carranza Director General del Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la prevención del Delito quien nos honra con su presencia en este taller. A todas y todos Ustedes muchas gracias por estar hoy acá compartiendo sus ideas y visiones sobre el servicio público de justicia que brinda el Poder Judicial.

Procurar cambiar una justicia regida por valores añejos y ajenos a la democracia, por una justicia con un nuevo enfoque ideológico, más acorde con las exigencias de los tiempos y con esa forma de expresión política, ha sido uno de los grandes retos asumidos por el Poder Judicial.

Hemos realizado gran cantidad de avances al calor de una nueva actitud interna que se cristalizó con la adopción del Primer Plan Estratégico en su historia, aprobado por la Corte Plena, que permitió fijar el norte de la labor del Poder Judicial durante los años del dos mil al dos mil cinco. Desgraciadamente, durante muchos años la Institución trabajó sobre la base de iniciativas individuales y aisladas. Con la promulgación de ese Plan Estratégico se abandonó la costumbre anterior de actuar según los intereses particulares en temas concretos de quienes estaban de turno en posición de tomar las decisiones.

En su momento, se logró entonces enmarcar la acción del Poder Judicial dentro de una misión y visión modernas y democráticas, así como dotar a la institución de unos objetivos, lo que nos permitió dirigir los recursos y esfuerzos en esa dirección y ello sin duda ha permitido progresos que no pueden desdeñarse.

El Segundo Plan Estratégico, dos mil siete al dos mil once, tuvo una línea central que nos impulsó a hacer énfasis en la profundización de la reforma administrativa de nuestra institución que incluyera la redefinición de las labores de la Corte Plena; de un sistema de toma de decisiones más desconcentrado, en el cual las decisiones que afectan a los distintos sectores del Poder Judicial, se tomen del modo más cercano a ellos.

La necesidad y justificación para repensar el marco ideológico sobre el que se desenvuelve la labor del Poder Judicial, surge del convencimiento respecto del rol estratégico que tiene la justicia en la sociedad. Si anteriormente el Poder Judicial podía mantenerse al margen del devenir social, hoy en cambio, se reconoce que es parte fundamental para el desarrollo adecuado de la sociedad, ya sea mediante su labor como justo mediador en los conflictos entre los miembros de la sociedad, o bien como defensor de las personas frente a las consecuencias injustas del ejercicio del poder.

El funcionamiento de nuestras sociedades depende del sistema legal y el rol del Poder Judicial, como garante de la eficacia y respeto de ese sistema, cobra una importancia capital. Sin un Poder Judicial robustecido y eficaz, no es posible tener un Estado eficiente. Hoy en día nadie discute que la justicia juega un rol preponderante en la estabilidad política y social de una nación.

Lograr una administración de justicia de cara a la ciudadanía y no de espaldas a ella, fue la piedra angular de la nueva misión.  Se trata de una ardua tarea que incluye modificar una cultura de servicio sumamente aferrada a conceptos cerrados o esquemas anticuados para sustituirla por un sistema abierto y orientado hacia políticas de rendición de cuentas y transparencia; empresa que no es fácil ni rápida.  Además, la sustitución de un esquema de justicia-poder que ve a la jueza o al juez como eje central de actuación, por un sistema de justicia concebido como servicio público, ya no con la jueza o el juez, sino con la ciudadanía como figura central del quehacer institucional, conlleva un gran desafío, porque implica la necesidad de desplazar un mal entendido concepto de independencia.  Queremos entronizar una cultura de rendición de cuentas en el que la ciudadanía es reconocida como la dueña y destinataria del servicio; a ella se le deben las explicaciones suficientes sobre el destino y eficiencia en el gasto de los recursos que, por medio de sus impuestos,  financian la justicia, a lo que no han estado acostumbrados los jueces en el continente americano.

Ahora, con la experiencia acumulada de estos dos primeros planes, nos dedicamos con entusiasmo y más seguridad a la formulación de este tercer plan estratégico. Para lo cual nos propusimos ampliar la participación y lograr mayor provecho de las buenas ideas que muchas de las instituciones aquí presentes tienen para ofrecer.

Tengo claro, sin embargo, que llevar adelante las ideas y proyectos novedosos no será tarea fácil porque conllevan la ejecución de cambios -a veces radicales- en la forma tradicional de hacer las cosas en un institución como la nuestra que, si se caracteriza por algo es por el apego a los sistemas de trabajo que la tradición ha establecido.

Los insto una vez más a sacar el mayor provecho a este taller en el que participan instituciones relacionadas con el Poder Judicial con el fin de que este Tercer Plan Estratégico integre los objetivos de los distintos sectores. Y es que el rumbo que tome la justicia en nuestro país será el norte que fijará el destino de nuestra querida Costa Rica.