SÁBADO 08 DE SEPTIEMBRE DEL 2012
Violencia doméstica y medios de comunicación
Los medios tienen una gran responsabilidad al informar sobre casos de violencia doméstica

SANDRA PEREIRA RETANA www.poder-judicial.go.cr@nacion.com 12:00 A.M. 08/09/2012

Sandra Pereira Retana.Máster en Violencia Intrafamiliar y de Género, jueza de Violencia Doméstica

La violencia doméstica se presenta con mucha frecuencia en la cotidianidad de los hogares costarricenses. Por ello, en reiteradas ocasiones, los titulares de los medios de comunicación y en especial de las notas de sucesos se refieren a situaciones extremas relacionadas con este fenómeno social.

Sin embargo, no en todos los casos, su abordaje se lleva a cabo de la mejor manera. En una reciente noticia, se señaló equivocadamente que las medidas de protección fueron el detonante para que un hombre agrediera a su expareja. A partir de la información contenida en esa nota periodística, es importante plantearse la gran responsabilidad que tienen los medios de comunicación en la labor de contribuir en la lucha a favor de las personas que sufren agresión intrafamiliar.

La violencia intrafamiliar se produce cuando existen relaciones de poder asimétricas, donde el agresor mantiene la relación abusiva agrediendo a las personas que percibe más débiles, en la mayoría de los casos las mujeres, niños y niñas, personas adultas mayores, personas en condición de discapacidad. Los ofensores cosifican a sus víctimas y las consideran objeto de su propiedad; por lo tanto, asumen que tienen el poder de disponer de su vida según su voluntad.

Los medios de comunicación escritos, televisivos y radiales deben asumir un papel protagónico para educar, promover y luchar en contra de la violencia intrafamiliar. Como cualquier profesional que atiende casos de agresión, el periodista que atienda estas noticias debe estar sensibilizado y libre de prejuicios y mitos sociales, de manera que se evite la revictimización de la persona agredida.

Si, por el contrario, al brindar una noticia sobre violencia doméstica, el abordaje se realiza desde la perspectiva y el pensamiento de una persona que se ha educado en una sociedad patriarcal y androcéntrica, lo que sucede es que se justifica el proceder del hombre agresor y se deposita en la mujer víctima la culpa de su agresión, y con ello se retrocede en el fin primordial que como sociedad debemos buscar todos y todas, que es la erradicación de la violencia al interior del núcleo familiar.

A partir del último cuarto del siglo anterior, producto de las luchas de los grupos de mujeres a nivel internacional, la violencia intrafamiliar salió de la esfera privada y se convirtió en un asunto a regular en el ámbito público. Así nacen conferencias y convenciones internacionales, y las leyes y decretos a nivel interno de cada Estado. Para la divulgación y el cumplimiento de estas normas, los medios de comunicación son agentes básicos que deben promover estas prácticas de equidad entre sexos y erradicar los prejuicios personales que tengan las personas que atiendan las noticias específicas, de manera que el resultado final de una nota esté libre de ellos y no promuevan los patrones socioculturales discriminatorios.

Las mujeres, al estar inmersas en relaciones abusivas y en muchos casos naturalizadas socialmente, no saben cómo salir del círculo de agresión, no encuentran una respuesta a su problema, no pueden vislumbrar recursos de apoyo y el sentimiento que predomina es de frustración, tristeza y soledad.

El leer, mirar o escuchar una nota periodística relacionada con la violencia intrafamiliar abordada desde el concepto androcéntrico, puede ser que produzca en las víctimas mayor temor a su victimario, o la sensación de que no podrán encontrar una salida a su problemática y entonces continúen siendo objeto de humillaciones, insultos, golpes, violaciones y despojos econó- micos, antes que acudir a denunciar su caso y obtener medidas de protección, cuyo objetivo siempre es proteger de manera inmediata la integridad de las víctimas.

Por otro lado, puede suceder también que muchos agresores se empoderen con este tipo de noticias e incrementen su escalada de violencia, la cual de por sí siempre va en aumento. Durante el año 2009, murieron a manos de sus parejas o exparejas 37 mujeres, y en el 2010 hubo 36 femicidios; en el 2011 ocurrieron 40 femicidios. Como se observa, el número de mujeres asesinadas en situaciones de violencia doméstica no disminuye, más bien ha ido en aumento en los últimos años. De igual manera, las solicitudes de medidas de protección también se incrementan sustancialmente cada período, actualmente se interponen más de cincuenta mil anuales.

Evitar la revictimización. A partir de la Convención de Viena se estableció que la violencia contra las mujeres siempre es una violación a los derechos humanos, con repercusiones negativas para las personas agredidas en cuanto a su desarrollo físico, mental y emocional, y para el entorno social al que pertenecen. El combatirla nos atañe a todas las personas que conformamos el conglomerado social, por lo que al redactar notas que conlleven situaciones de agresión se debe tener en cuenta todo lo señalado, de lo contrario se estaría aceptando, naturalizando y perpetuando la agresión.

Día a día muchas personas trabajamos en aras de proteger a las víctimas de violencia doméstica. Desde el Poder Judicial se realizan esfuerzos para dotar a estas personas de herramientas que les permitan protegerse y cerrar el círculo de violencia en que han vivido. Nunca se puede afirmar que las medidas de protección producen la agresión, estas son un medio legal eficaz para detener de manera inmediata la violación a la integridad de la víctima.

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