Intervención en el XVIII Aniversario del Consejo Superior del Poder Judicial.

Luis Paulino Mora Mora
1 de diciembre de 2011

Nos reúne hoy la satisfacción de celebrar el 18 aniversario de la creación del Consejo Superior del Poder Judicial costarricense.-

Muchos cambios se han dado en el país y en nuestra organización desde el momento en que se puso en marcha esta iniciativa pero lo cierto es que este órgano ha demostrado con empeño y trabajo su valor e importancia dentro de la estructura actual la administración de justicia costarricense.- Me complace volver a ver y saludar a muchas personas que durante los años de existencia del Consejo formaron parte de él y con dedicación y esfuerzo aportaron acción para la construcción de un órgano que hoy se muestra bien consolidado.

Desde mi particular punto de vista, nuestro país y en particular el Poder Judicial costarricense tuvo mucha suerte cuando en los primeros años de la década de los noventa abordó con decisión un rediseño de su Ley Orgánica y dentro de ella, un remozamiento de la estructura administrativa que culminó con la creación de un Consejo Superior.- No creo que alguien en aquella época tuviera una visión siquiera aproximada de los cambios tan rápidos y radicales que, en el breve lapso de 20 años, habrían de presentarse en la sociedad costarricense y en las exigencias hacia el Poder Judicial.-

Debemos reconocer que la administración de justicia hoy se enfrenta a retos que nunca antes había confrontado tan claramente y por eso me parece tan providencial que dentro del arsenal para responderle a la sociedad costarricense hayamos podido contar con un órgano como el Consejo Superior.-

En la actualidad vemos una comunidad que toma cada día mayor conciencia de su condición de sujeto de derechos y desde ese punto de vista plantea sus necesidades al Estado, es decir, a quienes hemos sido designados para cumplirlas; y desde ese punto de mira, está claro que no se puede mantener al Poder Judicial, escondido y alejado de esa cambio con la esperanza de que los distintos acontecimientos, reclamos y problemas se alcen y luego pasen de largo sin tocarnos. Al contrario, tal y como lo he venido sosteniendo, nuestra única posibilidad de no ser arrollados por la marejada del cambio, y nuestra única vía para tener éxito como institución es asumir el peso de la situación actual con todas sus ventajas y desventajas para el Poder Judicial.

No deja de llamar la atención que -contrario a otros países- en Costa Rica la toma de conciencia de lo anterior y por tanto el movimiento de modernización y cambio en el Poder Judicial se origina predominantemente desde lo interno de la institución, y no es hasta fecha reciente que otros actores políticos han comenzado a interesarse por lo que sucede en la administración de justicia.- Es también importante señalar que fue la llamada cúpula del Poder Judicial, la Corte Suprema, la que toma conciencia de la necesidad de redistribuir el poder, de separarse de funciones propiamente administrativas para dedicarse más a las jurisdiccionales. Lo logrado podrá ser valorado como poco, muchos quisiéramos que se hubiera avanzado más en ese sentido, pero la realidad es que marca un gran paso por el sendero correcto. A este momento en el continente muchos de los Poderes Judiciales aún se encuentran en la étapa previa, sin delegación de funciones administrativas y con Tribunales Supremos atascados en esa función, con demérito de la primordial de administrar justicia.

Dichosamente el Poder Judicial costarricense ha tenido conciencia sobre lo que le imponen los cambios del tiempo. Para muestra un botón: para nosotros en el Poder Judicial parece inexplicable que aún frente a la situación actual de nuestra sociedad, el Poder Judicial esté aparatosamente ausente de los planes nacionales de desarrollo que se elaboran por parte de las autoridades políticas, como si el quehacer y destino de la administración de justicia no fuera de la incumbencia de todo el país y en particular de todos los actores políticos.- Tal situación es sin duda una clara muestra del desfase entre una visión tradicional pero rezagada del Estado frente a las nuevas exigencias de las ciudadanía que espera una mejora sensible en los servicios públicos incluidos por supuesto el de administración de justicia.-

Gracias entonces principalmente a iniciativas de sus propios servidores, es que el Poder Judicial ha intentado y logrado introducir mejoras en los diferentes aspectos de su labor y desde tal perspectiva uno de los mejores ejemplos es la creación y funcionamiento del Consejo Superior del Poder Judicial que ha venido a convertirse en una pieza clave para el mejor manejo de los asuntos administrativos de nuestra institución.- Es por ello que debemos aprovechar esta oportunidad para expresar nuestro agradecimiento frente a quienes concibieron y lograron poner en funcionamiento este órgano, pues estuvieron sin duda alguna a la altura de las circunstancias.-

Sin embargo, hoy en día nosotros tenemos la obligación de conservar la misma apertura de ideas y el mismo coraje para valorar lo que hemos hecho y para rectificar rumbos si así fuera el caso.- Nuestra actitud debe ser siempre de atención y alerta; en estos temas debemos establecer unas líneas ideológicas fundamentales pero dejar que la manera de instrumentarlas pueda ser siempre objeto de crítica y mejora.-

En particular, y como lo he expresado en otras ocasiones, pienso que la administración del Poder Judicial debe evolucionar cuidadosa pero constantemente, hacia una mayor democratización respecto del manejo de recursos y la toma de decisiones administrativas por parte de los servidores más directamente interesados o afectados con las decisiones.- Creo que debemos buscar cada vez más que las decisiones y las tareas que alcance estrictamente local se dejen en manos de los órganos administrativos más locales con el fin de acercar la decisión a quienes tienen mayor y mejor información para tomarla.-

Lo anterior tendría además la ventaja de que puede permitirle al Consejo Superior abordar con mayor profundidad y tiempo cuestiones de política administrativa general que por afectar al Poder Judicial en general deben ser bien estudiadas y valoradas.

Esta merecida celebración debe entonces apuntar hacia dos objetivos bien claros: tenemos por una parte muy buenos motivos para sentirnos satisfechos de la tarea que hemos realizado todos los que en algún momento hemos formado parte del Consejo Superior, porque verdaderamente hemos logrado que este órgano deje una buena y profunda huella en el Poder Judicial.-

Pero además, por otra parte, debemos emplear este momento para tratar de reflexionar sobre nuestro trabajo, sobre cómo hacerlo más eficiente y sobre todo cómo adaptarlo a los nuevas exigencias de la sociedad respecto del servicio que prestamos y cuyas inquietudes debemos escuchar tal y como lo hemos venido haciendo al visitar las distintas comunidades y tratar de atender sus inquietudes.-

El Consejo Superior del Poder Judicial costarricense ha cumplido a cabalidad con las expectativas que en su momento se forjaron sobre su funcionamiento y ello habla muy bien de la calidad y entrega que han tenido sus diferentes integrantes lo cual nos permite esperar muchas y muy buenas cosas de este órgano para el futuro.-

Muchas Gracias a todos.-

Licda. María Isabel Hernández Guzmán
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
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