INAUGURACIÓN TRIBUNALES DE JUSTICIA DE LIMÓN
Magistrado Luis Guillermo Rivas Loaiciga
Coordinador Comisión de Construcciones
Poder Judicial


Magistrado Luis Guillermo Rivas Loaiciga
Coordinador Comisión de Construcciones
Poder Judicial

Saludos al Presidente, magistrados, magistradas, miembros del Consejo, juezas y jueces, fiscales, fiscalas, defensores, defensoras, policías, trabajadores sociales, psicólogos, médicos, técnicos judiciales: este es un Poder Judicial complejo, con muchas áreas, con muchas tareas, que son complementarias, pero todos los 11.000 que trabajamos aquí, tenemos una misión, un destino común resolver los problemas de quienes habitan este país, Todas las jurisdicciones la civil, mercantil, contenciosa, laboral, familia, violencia doméstica, penal, penal juvenil, todos tenemos que resolver los pleitos de todos, en esas áreas del saber jurídico. Todo lo que hagamos, todo lo que realicemos es para un lograr un fin, resolver las diferencias, y nosotros los hacemos dictando la sentencia, entonces deberíamos estar enfocados a llegar a ese destino, resolver el desencuentro jurídico, con la sentencia. La Constitución Política nos ordena que hagamos justicia pronta y cumplida, es decir, que resolvamos los conflictos jurídicos con prontitud y con calidad. Los costarricenses nos han estado diciendo que les resolvamos con rapidez. Hemos enlentecido el proceso, los procedimientos, los trámites, nos hemos engolosinado con las florituras del procedimiento haciéndolo complejo, y las partes obstaculizándolo y sintiéndonos orondos y satisfechos con nuestras chicanas y zancadillas procesales, cuando eso no nos debería provocar satisfacción, sino que, la alegría y la satisfacción, debería estar en lograr la solución. Sin embargo, los jueces tenemos armas y potestades de ordenación, que no usamos, para evitar esas dilaciones y para llevarlo al destino final, que es el logro de la resolución del conflicto.

Un edificio nuevo, es para dar un mejor alojamiento de sus habitantes usuales y nuestros visitantes, se logra que todas las unidades están en un solo lugar y eso nos hace más eficientes. Mejores condiciones nos dan más confort, más salud, más ganas y todo deberá traducirse en un mejor trabajo, más eficiente, más rápido, con más cantidad y más calidad de asuntos resueltos. Las tres exdiputadas, presentes en la mañana, nos hablaron de la satisfacción por esta construcción, de la seguridad en Limón y de la información que se publica de sus delitos, a pesar de ello, indicaron que era seguro caminar por las calles de Limón. Esas ideas, esas sensaciones de inseguridad, son reales, son reflejo de la realidad, tanto que se tradujeron en la arquitectura de esta región. Estas paredes, estos muros en el frente de esta construcción, a diferencia de los ventanales de vidrio hasta el piso de las construcciones en otros lugares, fueron pedidos por quienes se alojan en este edificio, los policías los fiscales, los jueces penales, nos pedían mayor protección. Y, eso refleja, entonces, el sentir de los vecinos y los de más allá. Sin embargo, sí caminamos seguros, por estas calles al salir a almorzar y buscar un rice and beans y conocer los stew beans. Nos enseñaron, los que diseñaron el Estado, los que dibujaron su estructura y escribieron los libros y siguen haciendo la doctrina, que somos tres poderes y que a nosotros no nos corresponde la seguridad, pero la realidad podría estar indicando que aquel diseño ya no encaja en esta nueva sociedad y que nuestras decisiones sí afectan la seguridad y así se nos percibe y sí creamos esa sensación con nuestras decisiones. Cuando el juez pone en libertad a un sospechoso y éste días después comete otro delito, nos llega la idea de que si se hubiera retenido, no se hubiera cometido ese segundo hecho; entonces cómo no vamos a pensar, o cómo no se va a pensar que esa decisión nuestra afectó o influyó, o tiene algún grado de incidencia en la segunda afectación a los derechos de otros. Entonces parecería prudente, parecería razonable, que los que diseñan las organizaciones, el Estado, tomen en cuenta esa realidad nueva, y debería dar pie a un nuevo dibujo del Estado y a la asunción de nuevas tareas por nuestra parte, y a no ignorar que nuestras decisiones si afectan la seguridad y que ahora debemos ser parte de la solución, y debería dar pie para que los que piensan y escriben sobre estos temas no repitan lo que dicen los libros y la doctrina, sino que redefinan las estructuras y piensen diferente basados en una nueva realidad que dejó de ser como la escribieron los libros, porque nuestro quehacer es de realidades, para resolver relaciones jurídicas que se asientan en un hecho social y ese hecho cambió, y los libros y doctrina no cambiaron su escritura y entonces hay que reescribirlos o decirlos de nuevo.

Temprano, don Luis Paulino los instaba a atreverse a hacer las cosas de diferente manera, a pedir perdón en vez de pedir permiso, para lograr mejoras en la administración de estos bienes y de las tramitaciones y nuestras relaciones con las otras instituciones con los que nos tenemos que contactar para hacer nuestra tarea. Pues, sí atrévanse, arriésguense, a hacer diferente las cosas más eficientemente, más rápido, en beneficio de los usuarios. En estos días la Comisión de Buenas Prácticas escuchó un montón de nuevas ideas puestas en práctica en muchas oficinas de todo el país, nuevas formas de tramitar, nuevas formas de organizar, nuevas formas de relacionarse con otras instituciones, de comunicarse, de usar los nuevos aparatos tecnológicos de comunicación que se adaptan en un todo a los que hacemos, que es hablar. Lo presenciamos en San Carlos y lo vimos y oimos desde San José, por video conferencia desde Pérez Zeledón, Puntarenas y Guanacaste. El jurado entusiasmado por los propuestas y las ideas que pusieron en práctica en todas esas oficinas les preguntaban quien los impulsó o si lo usaban en otras oficinas y contestaban sí lo propusimos, se lo dijimos a fulano, se lo dijimos a zutano y nos dijeron que no, no había presupuesto, no había personal, no había condiciones, pero ellos no hicieron caso del no y lo hicieron con sus propios recursos, con sus propias posibilidades y se replicaron en otras oficinas semejantes a quienes se las comunicaron por ser amigos y conocidos entre ellos. Les dijeron que no y lo lograron a pesar de esos obstáculos. Es posible que este rechazo a la innovación a lo nuevo a lo diferente nos venga de ser abogados y procesalistas que hemos tenido un camino milenario para hacer los trámites jurisdiccionales siempre hemos hecho las cosas como lo dicen los códigos, las leyes, que no han cambiado por siglos. Y, cuando algún juez de menor jerarquía ha hecho las cosas diferentes en los procedimientos o aplicado diferente la ley los jueces superiores se las han anulado. Si es diferente a lo que se ha decido se anula Tal vez, es hora entonces, de ser irrespetuosos con esas normas y darles una interpretación diferente para que no nos encorseten y nos permitan la agilidad requerida para cumplir la máxima constitucional de hacer justicia pronta y cumplida, entonces debe ser la hora para cambiar las cosas y hacerlas mejores y usando los nuevos instrumentos con que contamos.

Licda. María Isabel Hernández Guzmán
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Diseño Gráfico: Iván Pacheco Leon

Poder Judicial de la República de Costa Rica, ® Derechos reservados 2011