PRIMERA RONDA DE TALLERES PARA LA
XV CUMBRE JUDICIAL IBEROAMERICANA
Dr. Luis Paulino Mora Mora
Presidente
Corte suprema de Justicia
En nombre del Poder Judicial costarricense, reciban Ustedes la más cordial bienvenida a nuestro país que tiene cifradas sus esperanzas en la construcción de una sociedad más justa y respetuosa de los derechos humanos a través de la administración de justicia.
Les prometo que haremos el mayor de los esfuerzos para el éxito de esta actividad que servirá como preparación para la décimo quinta cumbre judicial iberoamericana; espero que ello permita que las discusiones resulten fructíferas en ideas y compromisos.
Nunca está de sobra poner el acento en la comunidad de valores y principios que nos unen como iberoamericanos y que toman cuerpo cuando se concretan encuentros como estos talleres, o bien las Cumbres propiamente dichas. En tales actividades queda clara no únicamente la similitud de los problemas, sino también y principalmente la validez de muchas de las ingeniosas soluciones intentadas por los distintos países.
En Costa Rica hemos tenido ya la oportunidad de atender a los delegados encargados de la preparación de cumbres judiciales y la verdad es que somos los primeros interesados en recibirlos y escucharlos porque de sus ideas y experiencias siempre existe para nosotros la posibilidad de sacar provecho para mejorar nuestro propio sistema de administración de justicia.
En esta ocasión se trata de la preparación de la décimo quinta cumbre, que versará sobre una serie de temas, entre lo que destaco los relacionados con la imagen del Poder Judicial y el mejoramiento de la calidad de sus capacidades de comunicación con la sociedad y por otra parte los relacionados con la gestión de despachos y la oralidad.
Se trata de una agenda amplia y ambiciosa, por lo que deberíamos tener el cuidado de tratar los temas con la profundidad que ameritan porque -al menos en el caso de Costa Rica- las cuestiones relacionadas con la oralidad y la gestión de despachos pasan en este preciso momento por un punto de inflexión, en el que deberán probar no que solamente se justifican desde la perspectiva doctrinaria y teórica, sino que también son capaces de proveer -al ser puestas en práctica- una mejor justicia para el ciudadano. El mejoramiento de las capacidades de comunicaciones con la sociedad es también otro motivo de nuestras preocupaciones, pues la justicia en Costa rica, al igual que en el resto de nuestro círculo de cultura iberoamericana, debe comprender que su sitio no es el confortable ostracismo en el que ha estado, con jueces enclaustrados en sus oficinas, sino en el que se pueda encontrar con la comunidad, comunicarse con ella, comprender sus necesidades y dar respuestas a sus requerimientos, pues sólo de esa forma podrá cumplir con los requerimientos que el sistema democrático por el que hemos optado le impone.
Todos Ustedes conocen -puesto que están interesados en el mejoramiento y avance de sus Poderes Judiciales- lo que significa la resistencia al cambio y el daño que éste puede producir en el mejor y más logrado de los proyectos. Nuestros razonamientos y argumentaciones para el diseño de proyectos de mejoramiento de la justicia por la vía de una moderna gestión de despachos o a través de la evolución hacia la oralidad como forma de actuación democrática de los Tribunales, y a la apertura frente a la ciudadanía, puede ser racional y lógicamente impecable, pero existe una altísima probabilidad de que nos encontremos con acciones y reacciones que no se sustentan en la razón sino en el interés, ya sea grupal, corporativo o individual e incluso con el político e ideológico.
Todo ello implicará resistencias, temor al cambio y a perder poder y esto a su vez confabula para que las cosas no resulten como se planearon. De allí, que una buena estrategia de comunicación e información es clave para transmitir no simple propaganda a favor de un tema sino algo más importante que es tratar de comunicar cuales son las razones y la lógica sobre la que se han hecho los cambios y muy principalmente, deberíamos preocuparnos de expresarle a la sociedad cómo pensamos nosotros que ella se va a comportar cuando accede a la administración de justicia, para que se tenga una idea de cuál es la razón de ser de las distintas políticas.
Sin embargo, no quiero que concluyan de lo que acabo de decir que la dinámica de mejoramiento de nuestra función, solo puede ir en una sola dirección es decir del Poder Judicial hacia la sociedad. Esto sería claramente insuficiente porque una apropiada estrategia de imagen y comunicación del Poder Judicial debe abrir y mantener en funcionamiento canales funcionales para escuchar a los usuarios, atender sus observaciones y poner en operación sus sugerencias cuando resulten en ideas que pueden ponerse en práctica.
Lo que propongo es esencialmente, un mayor acercamiento del Poder Judicial como un todo a la sociedad, tanto para explicar cómo concebimos nosotros la administración de justicia y el rol de los distintos protagonistas, como para escuchar lo que buena parte de estos protagonistas, los usuarios, nos tienen que decir ya sea corrigiendo o reforzando nuestras ideas.
Tengo claro que esta es una situación ideal a la que hay que tender pero que su puesta en práctica debe conllevar un profundo proceso de educación para la participación.
Al respecto tenemos en Costa Rica experiencias mixtas en este sentido pues en algunos casos hemos logrado que la comunidad comprenda y se interese en las cuestiones de la administración de justicia, pero en la mayor parte de las ocasiones, el intercambio se ve ensombrecido por la falta de conocimiento de las personas, respecto de lo que hace y no puede hacer el Poder Judicial y de lo que le compete hacer como una entidad más dentro de un sistema marcado por la teoría de la división del poder.
También nos ha pasado que las instancias de participación son aprovechadas por grupos y cuerpos interesados en defender sus particulares intereses, lo cual en sí mismo no es malo, sin embargo, tales grupos copan y acaparan las instancias alejando al resto de quienes –teniendo algo que decir- se ven relegados y pierden interés.
Como ven se trata de una dinámica muy compleja en medio de la cual debemos además cumplir con nuestro principal deber que es el de administrar justicia, de modo que deben creerme cuando les digo que conozco perfectamente el grado de sacrificio que involucran este tipo de esfuerzos de mejoramiento, para la mayoría de nosotros, que somos peritos en derecho con muy buena voluntad, pero muchas veces con muy poco más que eso para colaborar.
De allí la importancia de escuchar todas las voces y conocer la mayor cantidad de experiencias para extraer lo que nos pueda servir en nuestro contexto específico y para esa tarea, estas reuniones y experiencias son invaluables.
Concluyo y agradezco de nuevo a los participantes su interés y les aconsejo aprovechar el espacio que este encuentro brinda para el mejoramiento de la calidad de nuestras instituciones judiciales y para avanzar a una administración de justicia que llegue a ser ejemplar por su calidad y su cercanía con las personas.