Costa Rica, Sábado 16 de agosto de 2008
Álvaro Murillo | alvaromurillo@nacion.com
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Luis Paulino Mora, planteó a esa instancia crear un grupo de trabajo que analice propuestas para enmendar el mecanismo de escogencia de los magistrados suplentes para los cuatro altos tribunales del Poder Judicial.
“Es justo reconocer que este es un momento propicio para mejorarlo (el sistema) hacia uno que tenga reglas más claras y exigentes sobre aspectos como el tiempo de permanencia, el sorteo y la regulación de los llamados ‘conflictos de intereses’”, expresó Mora mediante un boletín de prensa.
El grupo estaría formado por académicos, miembros del Colegio de Abogados y de otros actores involucrados en temas de administración de la justicia.
“Como órgano de política judicial nos corresponde escuchar las críticas”, agregó el magistrado.
Mora y otros miembros de la Corte Plena insisten en que el caso del suplente Federico Sosto volvió a poner en evidencia las carencias de las reglas actuales.
Ellos aducen que Sosto, suplente en la Sala Constitucional, no cometió ninguna irregularidad al dar consejería legal al Gobierno, pues como profesional puede escoger sus clientes, no ha votado en temas relacionados con sus servicios privados y no ha estado nombrado en plazos superiores a los que la ley fija para un suplente que ejerce de abogado.
A Sosto lo nombró Mora en la Sala IV en plazos discontinuos y por eso no violó el artículo 63 de la Ley del Poder Judicial, argumentó la Corte cuando decidió archivar solicitudes de investigación.
Ese día, 21 de julio, la discusión sobre las actuaciones de Sosto se mezcló con consideraciones sobre el sistema de nombramiento y el régimen legal vigente para los magistrados suplentes.
“Es dificilísimo buscar suplentes y ustedes lo saben. La gente no acepta venir aquí, primero que nada que el pago es ridículo y segundo con la ley de anticorrupción nadie quiere tampoco venir a ser Magistrado.
“Nosotros en la Sala Constitucional tenemos tres plazas vacantes. La Sala me dio una lista de nombres (...) y varias, por no decir casi todas, no aceptaron venir a la Sala a trabajar”, expresó la magistrada Ana Virginia Calzada.