EN LOS 150 AÑOS DEL NACIMIENTO DE DON

ALBERTO BRENES CÓRDOBA

 

 

Dr. Luis Paulino Mora Mora                  

Presidente de la Corte Suprema

de Justicia

13 de febrero, 2008

 

 

Con mucho orgullo celebramos hoy en el Poder Judicial Costarricense el ciento cincuenta aniversario del natalicio del Maestro Don Alberto Brenes Córdoba,  quien supo en su tiempo dar brillo a nuestra profesión.

Ya los oradores y las oradoras que me precedieron, han dicho bastante en merecido elogio de Don Alberto, de quien hoy quiero destacar su vocación para el Derecho, pues ello me sirve para enviar un mensaje a quienes hoy nos dedicamos al derecho y a los que también mañana lo harán.

Tal cualidad, la vocación de Don Alberto por el derecho   -por demás perceptible a simple vista en sus escritos y actos-   me parece imprescindible de rescatar en esta época en que, tal y como ha sido noticia recientemente, la sociedad soporta prácticamente una avalancha de abogados.  

            Es naturalmente una utopía pensar en que habita en todos ellos el amor y la vocación por la ciencia jurídica que adornó al Maestro Brenes Córdoba, pero ello no debe impedirnos de asumir,  en la medida de nuestro alcance y posibilidades,  la tarea de separar el grano de la paja y         buscar   –entre quienes diariamente se enrolan en el estudio del Derecho o incluso quienes se muestran inclinados por el servicio de la judicatura– aquellos para quienes el Derecho resulta ser una real vocación y no simplemente  un   medio  -aparentemente sencillo- de ganarse la vida.

Yo en lo personal no veo en estos momentos ninguna posibilidad de que como gremio, podamos influir de alguna forma relevante para modificar las condiciones y reglas del mercado universitario de profesiones, de modo que desde las aulas se establezcan mayores exigencias y se gradúen mejores abogados.  Pero sí creo que estamos en capacidad desde nuestras respectivas trincheras de enviar un mensaje claro respecto del modelo de abogado que queremos y consideramos más valioso.

Desde ese punto de vista, pienso que no tenemos que esforzarnos mucho, para llegar a concluir que buena parte de ese modelo lo podemos encontrar en la vida y obra jurídicas de Don Alberto quien supo ser un excelente y dedicado jurista y demostró a través de su obra un sentimiento de amor por el derecho, que resulta ser digno de imitar por nosotros y las generaciones de Derecho que hoy comienzan a levantarse.

El foro nacional requiere hoy juristas de la talla de don Alberto, para volver los abogados por nuestros fueros y que la profesión del abogado se califique como una de las más dignas del país, de esa forma, parafraseando a Coutoure cuando un hijo nos pregunte qué quisiéramos que fuera su profesión, le diremos sin ninguna duda que se haga abogado.

Se trata de un trabajo de paciencia y esfuerzo continuos, en el que debemos participar todos, profesores, abogados, jueces y usuarios del sistema de administración de justicia, pero no dudo que si logramos ese cometido, tendremos un mejor Poder Judicial y un más perfecto país de derecho.