CONSEJO GENERAL ESPAÑOL

DONA BIBLIOTECA VIRTUAL

 

Discurso del
Dr. Luis Paulino Mora Mora

en ocasión de la visita del
señor
José Merino Jiménez
Vocal del Consejo General del
Poder Judicial Español

28 de marzo de 2005

                          

 

En nombre del Poder Judicial costarricense quiero agradecer a don José Merino Jiménez su amabilidad de visitarnos y expresarle nuestros mejores deseos de que su estadía sea fructífera, tanto desde el punto de vista de su misión oficial, como también en lo que respecta a su disfrute personal de las buenas cosas que podamos ofrecerle como país.

 Este es un acto bastante sencillo pero a la vez muy cargado de simbolismo, en tanto se trata de la continuación de una provechosa relación que nuestros amigos españoles han querido establecer y cultivar con nosotros.

Es evidente para cualquiera la estrecha relación y vínculos que nos unen con España en el campo del derecho, y la verdad es que eso ha resultado ser un evento afortunado porque nos ha permitido aprovechar las experiencias y condiciones de desarrollo del ordenamiento jurídico español y de su sistema de administración de justicia,  a lo cual ha contribuido también la buena disposición y voluntad de los propios españoles,  con los excelentes resultados que hoy disfrutamos.

En particular, esta vez el foco de atención lo constituyen los aspectos informáticos relacionados con la administración de justicia y con la puesta a disposición de una enorme cantidad de conocimiento atesorado en las publicaciones patrocinadas por el Consejo General del Poder Judicial Español.  El señor Merino Jiménez viene a oficializar y concretar la donación de 750  juegos de discos compactos que componen la llamada Biblioteca Virtual De Derecho Judicial;  un proyecto que  -bajo el amparo del Proyecto Iberius para una Red Iberoamericana de Documentación Judicial-   recoge en versión electrónica el texto completo de los Cuadernos de Derecho Judicial, los Estudios de Derecho Judicial, Manuales de Formación Continuada y la Revista del Poder Judicial; pero además con un enorme valor agregado por medio de índices y clasificación, así como herramientas de búsqueda sumamente ágiles y sencillas incluso para aquellos a quienes la revolución informática nos tomó ya bastante crecidos y con una capacidad de adaptación más lenta.

Pero debo agregar además que esta donación con acento informático, nos llega en un momento muy apropiado, cuando el Poder Judicial costarricense ha autoinducido un proceso de cambio y reforma en el que la tecnología informática juega un papel instrumental de primera línea.  Ello nos ha obligado a ser creativos en el empleo de las tecnologías, con nuevas fórmulas, herramientas e innovación en los procedimientos.

Sin lugar a dudas, el Poder Judicial costarricense ha optado por la tecnología y la informatización como un instrumento adecuado y útil para llevarnos a un mejoramiento sustantivo en la calidad del servicio. Hemos llegado a la conclusión de que una modernización de las formas de trabajo debe incluir el empleo tan inteligente como amplio de la tecnología disponible, para poder suplir con mayor calidad el servicio requerido y en ese sentido tenemos la fortuna de encontrar consenso.

Aparte de ello, el apoyo que sobre este tema hemos recibido por parte de los organismos internacionales -con el Banco Interamericano de Desarrollo a la cabeza-  así como de diferentes entidades del Reino de España, ha sido clave para desarrollar proyectos que involucren ese empleo intensivo de tecnología, que en algunos casos conlleva una verdadera revolución en la forma de hacer las cosas en nuestra institución.

Hemos querido avanzar desde el uso de computadores como simples sustitutos de las máquinas de escribir, pasando por su empleo intensivo en la creación, mantenimiento y aprovechamiento de bases de datos, hasta el punto donde nos hallamos ahora, donde se quieren hacen funcionar verdaderos sistemas integrados de gestión de las labores judiciales, con los que se pretende mejorar cualitativamente todos los aspectos relevantes del trabajo en el despacho judicial, incluido por supuesto el relativo a la comunicación y acceso y fiscalización por parte de los litigantes y partes.

En esa línea tenemos ya avances importantes, como la tramitación de expedientes de manera informatizada por parte de los funcionarios judiciales; también las notificaciones electrónicas que han venido a agilizar enormemente esa labor, así como el logro de una mayor y más rica comunicación entre funcionarios judiciales y entre éstos y las partes a través de redes internas e Internet, esto último, con base en el concepto de firma digital que nos servirá para ser más ágiles sin perder seguridad jurídica.  También de manera más focalizada hemos realizado desarrollos particulares pero igualmente innovadores, como el programa de giro automático de dinero por medio de bancos para procesos tales como pensiones alimentarias, alquileres;  o la conexión directa con grandes usuarios a los servidores del Poder Judicial, así como terminales en los edificios judiciales para un autoservicio, todo con el fin primordial de mejorar cualitativamente el acceso del público a una mejor información, con lo cual se brindan diversas alternativas para conocer el estado de los procesos judiciales. 

Recién hemos dado una pequeña muestra de nuestra línea de acción al aprovechar la visita de nuestro ilustre visitante para inaugurar la Sala de lectura virtual de la Biblioteca Judicial,  sitio en el que los usuarios pueden acceder a la información recogida electrónicamente no solo a nivel local sino a través del acceso a Internet.  Lo que pretendemos con esta Sala es facilitar el acceso a toda la documentación y datos que actualmente provea la red mundial.  Queremos que entrar a esta Sala de lectura virtual signifique entrar a las cualquier Sala de lectura de las Bibliotecas más modernas del mundo.

Esta donación que hoy nos entrega el Consejo General del Poder Judicial español,  constituye un magnífico aprovechamiento de nuestro actual estadio en materia informática y a la vez un importante estímulo para continuar por ese camino,  pero indudablemente constituye también el producto de uno de los constantes esfuerzos por compartir nuestro destino como pueblos. Hace unas semanas tuvimos ocasión de reunirnos con diferentes autoridades españolas, en aquel momento para concretar ayuda en materia policial,  y antes de ello el gobierno español ha dado muestras continuas de su simpatía y buena disposición para estrechar en muy diferentes aspectos, las relaciones que ya nos unen.  Por mi parte y en nombre del Poder Judicial, quiero entonces reiterar las gracias a Usted señor Merino y por su medio al pueblo y gobierno españoles, en especial al Consejo General del Poder Judicial del que usted es uno de sus vocales, por esta y todas las demás muestras de confianza aprecio y amistad, las cuales –tenga la seguridad– sabremos reciprocar como corresponde.