Fernando
Cruz pide a diputados su reelecci—n por ocho a–os m‡s y clama por independencia
judicial
La Comisi—n de
Nombramientos del Congreso corre para definir si recomienda el refrendo a la
petici—n del presidente de la Corte, pues su nombramiento se vence en medio del
receso por el traslado al nuevo edificio
Aar—n Sequeira. Hace 13
horas
El presidente de la Corte Suprema, Fernando Cruz,
acudi— este lunes a la Comisi—n de Nombramientos de la Asamblea Legislativa
para solicitar su reelecci—n. Foto: Aar—n Sequeira.
El presidente de la Corte Suprema de Justicia,
Fernando Cruz Castro, les solicit— a los diputados y diputadas que lo reelijan
por un tercer plazo de ocho a–os como magistrado de la Sala Constitucional.
A Cruz, de 71 a–os,
se le vence este segundo periodo en la magistratura el pr—ximo 18 de octubre,
fecha en que la Asamblea Legislativa estar‡ en receso para el traslado al nuevo
edificio, por lo que la Comisi—n de Nombramientos aceler— la discusi—n sobre la
reelecci—n o no de Cruz.
Si los congresistas
quieren evitar que el magistrado presidente continœe en el cargo, tendr’an que
juntarse 38 votos negativos, lo que complica llegar a esa decisi—n, pues as’ lo
establece la Constituci—n.
Cuando se postul—
para la reelecci—n, hace ocho a–os, Cruz no logr— respaldo en el Congreso. El
15 de noviembre del 2012, 38 diputados unieron votos y rechazaron que
prosiguiera. Lo hicieron ver como una Òllamada de atenci—nÓ a los magistrados.
Fue un hecho hist—rico pues era la primera vez que la Asamblea Legislativa
vetaba la relecci—n de un magistrado.
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Sin embargo, la Sala
Constitucional lo restituy— en el cargo el 9 de mayo del 2013 al resolver con
lugar un recurso del entonces diputado Luis Fishman, quien aleg— que la
votaci—n de rechazo se dio a destiempo.
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Cruz como magistrado hasta el 2020
En audiencia ante la
Comisi—n de Nombramientos, este lunes, Cruz hizo algunas referencias sobre lo
que Žl considera debe ser el Poder Judicial en un Estado Social de Derecho Òen
construcci—nÓ, como el costarricense.
En una intervenci—n
de 15 minutos, el presidente de la Corte Suprema de Justicia aprovech— para
clamar, una vez m‡s, por la independencia judicial, que ya en ocasiones
anteriores ha dicho que se ve amenazada por proyectos como el de la Ley Marco
de Empleo Pœblico.
Fernando Cruz adujo
que, antes de la proclamaci—n de la Constituci—n Pol’tica de 1949, esa
independencia estaba vac’a de contenido, cuando los periodos para el ejercicio
de la magistratura eran cortos y los salarios eran aumentados o disminuidos por
la Asamblea Legislativa, Òa su arbitrioÓ.
Eso cambi—
precisamente con el texto constitucional fijado por la Asamblea Constituyente
del 49, a instancias del entonces presidente de la Corte Suprema, Gerardo
Guzm‡n Quir—s, destac— Cruz.
La intervenci—n de
Cruz para defender su permanencia en el cargo se pase— por citas de personajes
como el emperador y fil—sofo romano Marco Aurelio o el propio Cicer—n.
A la vez, el
magistrado ech— mano de la visi—n de los expresidentes Rafael çngel Calder—n
Guardia sobre las garant’as sociales y de JosŽ Figueres Ferrer en cuando a la
necesidad de procurar el mayor bienestar al mayor nœmero de costarricenses.
Transformar la sociedad
Segœn Fernando Cruz,
su visi—n como magistrado es la de mantener la defensa de los derechos
individuales y la protecci—n del Estado Social, pero a la vez buscar espacio
para las Òtransformaciones que requiere la sociedadÓ.
Luego de citar al
expresidente Ricardo JimŽnez, sobre la necesidad de abrir m‡s escuelas y cerrar
m‡s cuarteles, el liberacionista Luis Fernando Chac—n le cuestion— a Cruz cu‡les
son esas ÒescuelasÓ que hoy tienen que abrir m‡s y m‡s el Estado.
En respuesta, el
magistrado presidente del Poder Judicial se refiri— a las altas cifras de
marginaci—n y pobreza, as’ como una gran cantidad de subempleo que asola al
pa’s, pues lo calific— como Òpobreza no muy bien registradaÓ.
ÒEs un asunto que
corresponde al sistema pol’tico y a reformas a las que el Poder Judicial puede
dar una respuesta acorde. La relaci—n entre ambiente y producci—n, la
informalidad del empleo y el debilitamiento de las garant’as laboralesÓ,
enumer— Cruz.
Consultado por el
jefe de la fracci—n del Partido Acci—n Ciudadana (PAC), Enrique S‡nchez, sobre
los desaf’os estatales para cerrar brechas sociales, el magistrado mencion— que
la Constituci—n Pol’tica prevŽ un seguro de desempleo que Ònunca se ha puesto
en vigenciaÓ.
ÒPorque el Estado
Social, por una serie de factores de tipo tributario, no tiene la capacidad
para hacerlo. Lo mismo en vivienda: c—mo desarrollar m‡s vivienda y mejores
derechos laborales, en un estado con una serie de variaciones y matices
distintosÓ, explic—.
Los mayores
cuestionamientos a la intenci—n que tiene Cruz para quedarse por ocho a–os m‡s
en la magistratura llegaron de parte del jefe del Partido Unidad Social
Cristiana (PUSC), Rodolfo Pe–a.
El guanacasteco le
pregunt— al presidente de la Corte Plena si los funcionarios que manifestaron
apoyo a su reelecci—n deben ser sancionados, tomando en cuenta que tienen
prohibido impulsar a un funcionario pœblico para una candidatura.
ÒEso est‡ en el Reglamento,
pero hay muchas dudas en relaci—n con el estatus legal de eso. En todo caso, si
procede la sanci—n, no tengo yo por quŽ decir que no se les apliqueÓ,
respondi—.
Cuando Pe–a le
cuestion— por quŽ los jueces no tienen un horario de entrada y salida, como
todo el personal, Fernando Cruz aleg— que si lo tuviesen, los derechos
laborales cambiar’an, al punto de que el Poder Judicial tendr’a que pagarles
horas extra por juicios excesivamente extensos.
El socialcristiano
tambiŽn le pregunt— al magistrado si no considera que la Corte Plena se debe
refrescar con el nombramiento de personas m‡s j—venes y si no ser’a eso m‡s
justo, para darles oportunidad.
ÒYo creo que los
candidatos a diputados no piensan en que ser’a mejor no elegirse para darle
oportunidad a alguien m‡s joven. La experiencia vale, pero el hecho de que sea
alguien m‡s joven no garantiza nada en materia judicialÓ, dijo Cruz.
TambiŽn apunt—, por
una parte, que la Corte Suprema de los Estados Unidos est‡ integrada, en su
mayor’a, por jueces mayores de 65 a–os y, por otra, que no se trata de darles
oportunidad a los m‡s j—venes, sino a los m‡s capaces, los m‡s preparados y con
mejor curr’culum.