Almacenaje en la nube: ¿Ahorrar recursos o ceder nuestros datos? |
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El almacenaje gratuito en la nube fue tendencia a inicios del milenio, y hoy es algo tan común que probablemente ni siquiera sepamos que lo estamos usando. ¿Qué tan seguro es ese almacenaje en realidad? |
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César González Granados En varios lugares del mundo, existen enormes centros de datos, con tamaños superiores a un estadio, en donde cientos de servidores de la más novedosa tecnología almacenan los datos de millones de usuarios. Dichos datos no solamente se almacenan una única vez: como medida de seguridad, cada servidor tiene diversas copias en otros servidores en otras partes del mundo, que se activan cuando los piratas informáticos intentan vulnerar la seguridad de las empresas dueñas de ese hardware. De esa manera, compañías como Google o Microsoft pueden ofrecer programas y aplicaciones en donde el contenido que generemos en ellas queda almacenado en esos servidores, y no en nuestras computadoras o teléfonos. Eso permite que podamos acceder a estos contenidos desde cualquier dispositivo en cualquier momento, sin necesidad de andar cargando copias de esos archivos, como hacía la generación de los 90. Pero no solamente se trata de creación de contenidos: aplicaciones enteras corren en estos servidores, y solamente requieren de una conexión a internet competente para que nuestros dispositivos las utilicen. Esto ahorra espacio, capacidad de procesamiento, consumo de memoria, y vuelve la tecnología más versátil. Como no es verdaderamente importante que el usuario sepa dónde están físicamente estos servidores, se le denominó “nube” a este tipo de almacenamiento y servicios. Pero ¿Qué tan seguro es almacenar fotografías, documentos, claves o diseños en estos servidores, de los cuales apenas si estamos conscientes de su existencia? Pues todo depende del tipo de servicio que estemos suscribiendo, y de la letra menuda de esos servicios. Por ejemplo, Google fotos es un servicio que permite a los dueños de una cuenta google guardar las fotografías que se tomen con el celular en la nube. De esta manera , el usuario de google fotos se asegura de que, de pasarle algo a su celular, los recuerdos y fotografías que haya tomado con el dispositivo no se pierdan con él. El usuario puede configurar el servicio para que sea automático, o subir manualmente sólo las fotos que le interesen. De acuerdo con las normas de uso de este servicio, el usuario tiene un límite de almacenamiento, pero puede comprar más si así lo requiere. Google no puede apoderarse de las fotografías de los usuarios y utilizarlas para fines comerciales, o venderlas o utilizarlas en publicidad sin permiso. Sin embargo, sí puede utilizar esas fotografías para mejorar su software de reconocimiento facial, o para guardar y analizar datos referentes a ubicación y preferencias de consumo. Otros servicios, como Outlook de Microsoft, permiten ahorrar espacio en los dispositivos, pues almacenar los correos electrónicos y sus adjuntos en la memoria de los dispositivos no es un requisito indispensable: un resguardo de los mismos se encuentra en la nube, lo que garantiza que la información no se pierda. La ventaja de este tipo de servicios es que las empresas que los ofrecen son las encargadas de preocuparse del almacenamiento, el desempeño, la seguridad y las mejoras. Los alcances sobre lo que se almacena en la nube dependerán en última instancia del contrato de servicios, y de que el usuario final lea a conciencia qué es lo que está autorizando al suscribirlos. |