Enrique Ulate Chacón inició funciones como juez de la República a sus 23 años.

Su vocación para juzgar y la sensibilidad social para atender las demandas de las personas ciudadanas, es lo que ha guiado al juez Enrique Ulate Chacón, a lo largo de sus 28 años de carrera judicial.

El funcionario judicial fue designado por Corte Plena para recibir el Reconocimiento "Fernando Coto Albán, al buen Juez o Jueza”.

“Para mí es un gran honor recibir el premio. Es un mérito al esfuerzo, la constancia, la responsabilidad, la independencia en la solución de los casos. Las personas que trabajamos en la judicatura, necesariamente debemos tener una vocación para juzgar y mucha sensibilidad social para atender las demandas de las y los ciudadanos costarricenses”, expresó Ulate Chacón.

Para el Juez Enrique Ulate, el Poder Judicial es el baluarte de la democracia costarricense y debe resguardar su independencia judicial, por lo que aboga por la selección transparente y objetiva, de los altos cargos de la magistratura.

“El otorgar un mérito al buen juez o jueza, da luz de esperanza a la población costarricense, pues demuestra que hay muchas personas juzgadoras buenas, que lo damos todo por el Poder Judicial, que salvaguardamos su independencia y transparencia y que damos lo mejor de nosotros al país”, afirmó.

Desde el inicio de su trayectoria como juez agrario ha mantenido la preocupación por la mora judicial,”… por ello siempre me he preocupado por dar mi mayor esfuerzo en resolver con celeridad y calidad los procesos judiciales a mi cargo, dictando buenas sentencias, con criterios de derecho y equidad”.

La atención especial de poblaciones vulnerables ha sido una prioridad en el Tribunal Agrario de Goicoechea, pues la naturaleza de la jurisdicción se caracteriza por recibir poblaciones usuarias indígenas, adulta mayor y mujeres jefas de hogar en muchos de los casos. Igual prioridad le ha merecido su transitar como suplente en la Sala Primera y la Sala Constitucional, donde aportó en temas como la función económica y social de la propiedad, Propiedad Intelectual, seguridad alimentaria y Derecho Comunitario, contratos agroindustriales, empresa zootécnica, entre otros.

Su apoyo más fuerte es su familia. Su esposa Damaris Gamboa Campos y sus tres hijas Ana Gabriela, Nathalie y Brenda han sido importantísimas para alcanzar sus metas “…pues le dan a uno una gran estabilidad y sentido de responsabilidad”.

Un juez de carrera

Enrique Ulate Chacón es Licenciado en Derecho de la Universidad de Costa Rica desde 1990 y Especialista en Derecho Agrario en 1991.

En el 2000-2003 cursó sus estudios de Doctorado en Política y Derecho Agrario en Scuola Superiore di Studi Universitari e Perfezionamento Sant´Anna, de Pisa, Italia y en el 2012 obtuvo la Especialización en Justicia Constitucional, en la Universidad de Pisa.

A sus 23 años fue designado como juez agrario en el Poder Judicial y desde 1997 ejerció funciones de Coordinador en el Tribunal Agrario. También coordinó en diversas ocasiones el Consejo Nacional de la Jurisdicción Agraria.

En el 2003 fue nombrado por la Asamblea Legislativa como Magistrado Suplente de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia y del 2009 al 2017, asumió como Magistrado Suplente de la Sala Constitucional.

El juez Ulate Chacón ha escrito aproximadamente 12 libros y más de 100 artículos. Su obra Tratado de Derecho Procesal Agrario, lo llevó a recibir el Premio de Nacional de Cultura “Aquileo J. Echeverría” y en el 2004, la Corte Plena le otorgó el reconocimiento “Ulises Odio Santos”, por la publicación de obras que representan un gran aporte a la vida jurídica del país.

Actualmente coordina el programa de Doctorado Académico en Derecho de la UCR, en el cual imparte la Cátedra de Investigación Dirigida, orientando a los estudiantes hacia sus respectivas tesis doctorales y la publicación de obras colectivas en temas de Derecho Comparado.

El premio se entregará en la sesión solemne de Inauguración del Año Judicial 2019 y resalta al administrador de Justicia destacado por su mística, honradez, transparencia y dedicación al trabajo y que sus cualidades y logros profesionales contribuyan a enaltecer la labor de la Juez o la Jueza en la sociedad costarricense.