1 de
noviembre de 2018
Así piensa el nuevo magistrado: Sala IV debe autocontenerse e
intervenir ‘en situaciones estrictamente indispensables’
Sofía Chinchilla C.. Hace 11 horas
El abogado litigante Jorge Araya
García, nuevo magistrado de Sala IV, es crítico del “activismo judicial
desenfrenado”.
Araya asumirá su puesto en la Corte
Suprema de Justicia con la certeza de que la Sala IV debe autocontenerse para
no invadir el ámbito de acción de los poderes Legislativo y Ejecutivo, e
intervenir solo en casos de extrema necesidad.
También considera que ya es hora de
hablar de reformas a la jurisdicción constitucional y de encontrar mecanismos
para que la ciudadanía vea a la Sala como un órgano eficiente, que mejore su
capacidad de respuesta y cuyas sentencias sirvan como un instrumento de educación
a la población.
El siguiente es un extracto de la
entrevista que Araya concedió a La Nación después de que 38
votos de la Asamblea Legislativa definieran su nombramiento por los próximos
ocho años.
¿Cómo recibe su designación como
magistrado de la Sala Constitucional?
Plenamente consciente de la
responsabilidad que conlleva en momentos particularmente difíciles para el
Poder Judicial y con enormes desafíos para la justicia constitucional
costarricense, de tal manera que tomo esta decisión de la Asamblea Legislativa
con una gran responsabilidad y consciente de que mi compromiso es únicamente
con la defensa de la Constitución, sus principios y sus valores.
En la audiencia ante la Comisión de
Nombramientos, a finales de 2015, usted exponía que uno de los grandes retos de
la Sala IV es el de no invadir los ámbitos de acción de los otros poderes de la
República, el Legislativo y el Ejecutivo. ¿Considera que ese tema, en este
contexto y con los temas que se discuten en la agenda pública, toma más relevancia?
Indudablemente. A nivel mundial se
está hablando dentro del ámbito del derecho constitucional comparado sobre el
desafío que significa ese activismo judicial desenfrenado, de tal manera que se
requiere de parte de la justicia constitucional costarricense muchísima mesura
y un autocontrol, a efecto de que la intervención del órgano que se encarga de
la defensa constitucional sea en situaciones y condiciones estrictamente
indispensables, tal como lo establece la Constitución, el derecho de la
Constitución y la Ley de la Jurisdicción Constitucional.
Como magistrado suplente tiene
conocimiento sobre el funcionamiento del Poder Judicial, pero también se
desempeña en el ámbito privado. ¿Qué aporte cree que le puede hacer a la Sala
esa perspectiva?
Bueno, por mi formación constitucional
tengo un perfifl de juez constitucional en el ámbito
teórico. Como usted lo pudo apreciar, soy doctor en Derecho constitucional,
especialista en Derecho Constitucional y en Ciencias Políticas. Adicionalmente,
soy un comunicador y me parece que va a ser un elemento muy interesante para la
Sala Constitucional, que exista una persona que pueda, de alguna manera,
comunicar adecuadamente las decisiones constitucionales tan trascendentales que
toma este órgano.
Usted llega en un momento de intensa
discusión pública, con temas sensibles. ¿Cómo se siente de llegar justo ahora a
un puesto de tanto escrutinio público?
Por esas cosas de la vida y de Dios,
llego en el momento de mi madurez personal, profesional y académica, muy
consciente de la responsabilidad que los diputados han depositado en mí y la
manera de retribuir ese gesto de confianza es con una defensa absoluta del
derecho de la Constitución, de esos valores y esos principios que son sagrados
para la institucionalidad democrática.
Mencionaba antes que su formación como
comunicador va a ser muy valiosa para mejorar la comunicación del quehacer de
la Sala. ¿Cómo podría mejorar, y cómo puede contribuir usted a ese objetivo?
Es que las sentencias de la Sala son un
instrumento de educación y de comunicación, de tal manera que contribuiré en la
medida de mis posibilidades con todos mis compañeros que ya tienen una
experiencia importante a que esas resoluciones importantes se conviertan en ese
instrumento que venga a portar una luz dentro de algunos claroscuros que tiene
el ámbito público y privado del Estado costarricense.
Como parte del momento particular en
el que llega a asumir su magistratura, hay dos temas en el centro de la
discusión pública: la consulta de constitucionalidad de la reforma fiscal y las
pensiones de lujo. ¿Cuál es su perspectiva, en un momento en que la Sala asume
esos temas medulares?
Como le decía, es una enorme
responsabilidad. Lo voy a hacer como he hecho todo en mi vida, con la seriedad,
la profundidad y el compromiso patriótico que este mandato requiere.
La audiencia en la que usted expuso
sus prioridades ante los diputados fue hace tres años. Desde entonces, ¿usted
cree que algo haya cambiado, hay algo que sea de muchísima urgencia para la
Sala Constitucional?
Yo creo que los desafíos de la
justicia constitucional de América Latina son los mismos que tiene la justicia
constitucional costarricense. Me refiero a que tenemos que hacer un esfuerzo en
el tema de ver cómo le entramos a esta sobrecarga de trabajo, para poder
disminuir sensiblemente la capacidad de respuesta del órgano.
También tenemos que revisar todo el
esquema de la ejecución de las sentencias de la Sala, de tal manera que
necesitamos verificar, con mayor precisión, si todo lo que la Sala está
resolviendo, finalmente, está siendo acatado por los órganos recurridos y por
las instancias que han sido recurridas en esos diversos procesos.
Y, por supuesto, tenemos que pensar y
tomarnos muy en serio todos los esquemas de reforma a los modelos de justicia
constitucional que vengan a enriquecerla. De tal manera que uno de los grandes
desafíos es, también, postergar las reformas necesarias a nivel de la justicia
constitucional costarricense.
¿En qué sentido?
Bueno, creo que la Ley de la Jurisdicción
Constitucional es una normativa de 1989, y ya requiere de algunos ajustes que
parecen importantes, y debemos de aprovechar el momento de hacer una revisión
de todos aquellos proyectos de ley que han estado haciendo fila en la corriente
legislativa, para ver, de esos, cuáles podríamos rescatar para afianzar y
fortalecer aún más la justicia constitucional que, como usted bien sabe, se
convierte en el gran instrumento de la defensa de la decisión política
fundamental más trascendente para un Estado y una sociedad, como lo es su
Constitución Política.
¿ A través de cuáles cambios puntuales podría ocurrir eso?
Lo primero que tenemos que ver es los
espacios y las dinámicas que tenga el Parlamento costarricense, porque todo
tendría que pasar por ahí. También algunos mecanismos de la Sala Constitucional
que nosotros podemos ir haciendo a nivel interno, como una reglamentación a lo
interno de la Sala, que nos permita ser muchísimo más eficientes en la toma de
decisiones y en las diferentes etapas preclusivas que tiene el proceso
constitucional a lo interno de la Sala.
Colaboró la periodista Silvia Artavia.