Miércoles 28 de noviembre de 2018

Nacionales

“Justicia es cara y debe tener calidad”

Magistrada Patricia Solano:

 

Patricia Solano, recientemente designada por los diputados como la nueva magistrada propietaria en la Sala Penal, admite que decidió salir de su zona de confort para regresar a servir al Poder Judicial, lugar que califica como el amor de su vida.

 

Solano ya disfrutaba de su jubilación y, con 29 de años de labor, esta especialista en Derecho Penal que carga además con un récord personal de sentencias, donde sobresalen algunas famosas como la del caso del extinto Banco Anglo, dice que desde la Sala III asume la magistratura como una gran responsabilidad y honor.

 

Reconoce que la administración de justicia es un servicio costoso y por tanto debe tener la mayor calidad posible. No cree que sea necesario reformar la elección de altos jueces, pues opina que la diferencia la hacen las personas. Se considera una mujer amante de las plantas, creyente en Dios y animalista.

 

El siguiente es un extracto de la conversación que mantuvo en Grupo Extra con Iary Gómez, gerente general, y Paola Hernández, directora de DIARIO EXTRA. 

 

Usted llega en uno de los momentos de tensa calma en la Corte, ¿cómo toma su designación y por qué deseó ser magistrada?

 

- Tomo la designación como un gran honor, un privilegio y responsabilidad. Para un abogado, no hay honor más grande que llegar a la magistratura. El Poder Judicial es donde descansa la democracia, que es el pilar fundamental, entonces este cargo es un gran honor. Cuando inicié a trabajar en el Poder Judicial, nunca creí que llegaría a ese puesto. La gente dice que se tienen varios amores, mi gran amor, fuera de mis hijos y mi familia, ha sido el Poder Judicial.

 

¿Por qué, teniendo ya su pensión, decide regresar?

- Siempre trabajé con una gran responsabilidad en los cargos de jueza, sabiendo que los ojos estaban sobre mí. Como juez de juicio, siempre tuve esa cercanía con la gente y eso siempre me dio una gran responsabilidad de que lo que las personas esperan de un tribunal cuando se someten a ser juzgados es una resolución con justicia. Habiendo hecho una pausa en mi jubilación, decidí salir del estado de confort en que me pude haber quedado, para ir a servir en lo que yo sé. Yo conozco la estructura institucional, conozco las materias, tengo experticia en las diferentes áreas y podría contribuir también desde el área administrativa. Ahora, desde la magistratura, hay una gran responsabilidad que descansa sobre mis hombros y que asumo para seguir sirviendo como lo hice por 29 años, es una responsabilidad de servicio.

 

En su juramentación en el Congreso, habló usted del costo de la justicia, ¿cómo analiza este tema?

- Parte de mi aspiración para volver es que solo teniendo poder usted puede ejecutar, pese a que siempre, en algunos momentos y en diferentes materias, tanto informal y formalmente, hice recomendaciones, por ejemplo, con el costo que tiene que ver con la justicia. La justicia es cara en todo el mundo, la justicia es un servicio caro y, si lo es, entonces debe ser de calidad y la optimización de los recursos públicos es una obligación de todos.

 

¿Cómo vislumbra la crisis de la Corte?

- Cuando usted ha atravesado toda una vida profesional desde la judicatura y siempre ha estado sometida al escrutinio popular, usted se acostumbra a estar en el ojo del huracán, sabiendo que las decisiones que se toman pueden ser cuestionadas. La Corte ha admitido la crisis, pero desde lo interno de la institución hay mucha esperanza y un gran deseo de que la crítica que se ha hecho sea para construir y hacer un mejor Poder Judicial.

 

Precisamente la Sala III es una de las más cuestionadas en esa crisis…

- Uno, desde afuera, se entera de lo que sucede. Lo que puedo decir es que hay mucha esperanza. En la Sala III, los magistrados somos sobre todo jueces y cuando uno toda su vida ha sido juez, es un estilo de vida de reserva, de poca exposición. Es como un apostolado, siempre vi la judicatura como una misión, yo soy una persona muy creyente y creo que Dios lo pone a uno. Llego a Sala III con un bagaje de casi 30 años de servicio a lo interno de la institución, sé que el personal está muy contento, porque siempre sentí que era una persona querida, y soy muy hablantina y tuve siempre buena relación con los conserjes, con los guardas, con los ujieres, le dan a uno un soporte importante y sin ellos no se puede hacer el trabajo. Es un gran compromiso, sé que se tienen muchas expectativas de lo que yo pueda hacer, desde donde Dios me puso, porque es Él quien me puso ahí.

 

¿Por qué eligió la judicatura?

- Si me hubiera dedicado a litigar, probablemente hubiera hecho mucho dinero, porque al litigar se gana diferente que dentro de la administración de justicia, eso me permitió vivir de forma tranquila y ordenada, pero que usted no se hace rico. Yo trabajé en toda Costa Rica haciendo “turismo judicial”, entonces es una visión muy distinta y eso te sensibiliza, es imposible no hacerlo. Comencé a trabajar en Puntarenas todavía dando de mamar a mi hija, luego regresé y trabajé en San Ramón, luego en Cañas, donde estuve casi un año con tres chiquitos pequeños. Y, a pesar de ese esfuerzo extra, al ser madre y trabajar, siempre producía más que otros jueces. 

 

¿Qué debilidades señalaría al sistema judicial?

- Sí hay debilidades dentro de la institución, por ejemplo, en cosas muy puntuales que solo estando ahí se conocen, como el sistema operativo que es sumamente lento, se tarda hasta media hora para poder introducir una sentencia y todo eso atrasa. Esto es parte de una deficiencia del país, la CCSS está administrada por médicos, la Corte por abogados, no es lo mismo. Hay un principio que dice que la justicia debe ser limpia y quien es juzgado debe tener la certeza de un tribunal imparcial, que va a escuchar y tomar una decisión, ese es el pilar sobre el que descansa la justicia. 

 

¿Cómo se puede agilizar una justicia pronta y de calidad?

- Hay temas que son esenciales y por eso hablaba de los programas, como el de flagrancia, es un programa caro, pero en el cual hay que centrarse, porque siendo un procedimiento, no una jurisdicción, se puede optimizar más para que produzca más y combatir la mora judicial.

 

¿Qué habría que mejorar al programa de flagrancia?

- En unas partes, el horario (no está 24 horas), en otras las materias, pero, como en todas partes, pese a las dificultades y directrices que haya, la diferencia la hacen las personas y eso requiere que se sea celoso con la selección del personal y esa ha sido una deficiencia del Poder Judicial de siempre. Creo que hay que profesionalizar la selección de personal. Por ejemplo, en el personal de apoyo, se da que falta un escribiente, un auxiliar judicial, y alguien dice “yo conozco a fulanito” y lo traen, y no ha pasado por un tamizaje del departamento de personal para saber quién es y cómo la trajimos, y esto ocurre mucho.

 

Una de las críticas al sistema de justicia es la gran carga administrativa que tienen hoy los magistrados, ¿qué opina al respecto?

- La Constitución le da a Corte Plena la administración del Poder Judicial y se ha convertido en un aparato tan grande que el tiempo jurisdiccional se ve minimizado. Tiene que haber un cambio de estructura, por ejemplo, que la Sala Constitucional debería estar fuera del Poder Judicial, porque es un tribunal especializado, y quitarle así la labor administrativa, eso daría más eficiencia. Yo también soy partidaria de que el Ministerio Público y la Defensa Pública deben estar aparte del Poder Judicial, esto no quiere decir que no sean importantes, al contrario, porque un buen fiscal, un buen defensor, obliga al juez; si son flojos o malos, usted no tiene que esforzarse. Si la Ley Orgánica del Ministerio Público establece que las decisiones del Fiscal General no tienen revisión de Corte Plena, entonces podríamos hablar de cambios administrativos distintos, en el tanto que podría ser más barato para el Estado, y cuando yo les hablo de que la justicia es cara, podría haber herramientas para optimizar y agilizar la justicia y que además los tribunales pueda dar una respuesta más rápida y de calidad, porque si es rápida y es mala, es mejor que dure más y sea buena.

 

¿Qué piensa de las críticas por el monto general que recibe la cúpula de la Corte?

- La parte administrativa parece que tomó más fuerza que la jurisdiccional, entonces en este momento hay sectores administrativos que tienen una posición superior a los que administran justicia, es decir los jueces. A mayor responsabilidad mayor ingreso, cuando yo estudiaba se decía que los mejores eran los que podían ser jueces, en ese tiempo no había carrera judicial, uno iba donde los magistrados, lo conocían como estudiante y le daban la opción de ingresar como interino a la judicatura. Así ingresé yo.

 

 ¿Debe cambiar el sistema de elección de magistrados?

- La elección de magistrados es una elección política en todo el mundo, no de politiquería, sino de balance de poderes. Puede ser uno u otro sistema, siempre la diferencia la hace la persona. Ustedes saben que han pasado magistrados que han hecho trabajos excepcionales viniendo del ámbito político. ¿Qué hizo la diferencia? La persona, que cuando llegó se puso la toga e hizo lo que hace un juez. Entonces, la diferencia es la persona, con independencia del sistema.

 

En su momento, el exdiputado Óscar López criticó su candidatura a la Corte alegando que usted disfrutaba de una pensión de lujo…

- Don Óscar López cuestionó que, siendo yo una pensionada de lujo, aspirara a la magistratura. Yo nunca estimé que se trate de una pensión de lujo, porque en términos netos le puede sonar a la gente mucho dinero, pero cuando se le aplica los rebajos que indica la ley judicial, más renta y otras cargas sociales, el neto es muy parecido a las pensiones más altas de la Caja, con la diferencia de haber cotizado durante toda la vida diferente, porque no es lo mismo cotizar un 4% que un 11% y ahora el 13%. Entonces no se trataba de una pensión de lujo, y además la Ley Orgánica permite a funcionarios y jueces volver a reintegrarse. Y le decía que yo no quería volver para mejorar mi pensión, si hubiera querido eso no me hubiera jubilado, no es un asunto de dinero mi motivación.

 

 

Extradirecto

 

Magistratura: honor y responsabilidad

Poder Judicial: el amor de mi vida

Crisis: Costa Rica

Reforma al nombramiento de magistrados: no necesariamente 

Remuneraciones: deben revisarse

Sala III: un reto

Idoneidad: no negociable

Judicatura: una gran responsabilidad

Administración de justicia: sostiene la democracia

Patricia Solano: una servidora pública que trata de hacer lo mejor