
¿Tiene un juicio por cobros o por herencia? Corte
alista cambios para liberar presa de 600.000 procesos civiles
En tres meses y medio, entra a regir
reforma que introduce juicios orales, crea nuevos tribunales y otorga más
herramientas a jueces; magistrados aseguran que cambio dará más seguridad a
inversionistas
Lunes 25 de junio de 2018
Por: Sofía Chinchilla C.. Hace 4
horas

La Corte ha invertido ¢121 millones en capacitación para todo el
personal de la jurisdicción civil, para que jueces y personal técnico se
adapten a la nueva dinámica de los juicios. Foto: José Cordero.
¿Sabía que el 55% de
los juicios que se acumulan en los tribunales de justicia corresponden a
demandas civiles, como cobros de entidades bancarias, litigios con empresas
inmobiliarias, resoluciones de herencias y disputas entre vecinos?
Es así, con el gran
inconveniente de que estos procesos pueden durar más de una década en
resolverse. Actualmente, hay casi 600.000 juicios pendientes.
Muchos de estos casos
están en la etapa final, la de ejecución de la sentencia, pero los jueces
tienen dificultades para que sus resoluciones se ejecuten.
El próximo 8 de
octubre, con la promesa de cambiar el panorama, entrará a regir una reforma
aprobada por el Congreso a finales de 2015.
De acuerdo con los
magistrados de la Sala I, la máxima instancia en esta materia, la Reforma
Procesal Civil dotará a los jueces de más herramientas para tomar decisiones.
Para empezar, los
juicios serán orales y públicos, con lo cual se esperan reducciones
sustanciales en los tiempos de trámite, hasta de un 50%.
Además, se crean
nuevos tribunales para separar los casos según su nivel de complejidad, y se
eliminan posibilidades de apelación que usualmente derivan en atrasos de años.
Estos son los
principales cambios que experimentarán los juicios civiles a partir de octubre:

Materias que se discuten en juzgados civiles.
Audiencias orales y públicas, sentencias con plazo
Jueces, abogados y
usuarios de la justicia tendrán que acostumbrarse a verse en persona. Hasta
ahora, todos los asuntos se resolvían exclusivamente con documentos que iban y
venían, pero ahora lo más fuerte de las demandas se resolverá en audiencias
orales.
Ese cambio ha
implicado que la Corte habilite salas de juicios en todo el país, pues antes no
existían.
Durante las
audiencias, las partes presentarán sus alegatos y tendrán la posibilidad,
incluso, de hacerse acompañar de peritos que expongan las pruebas.
Estas audiencias
serán públicas, a menos que se declaren privadas por criterio del juez o a
solicitud de alguno de los involucrados.
“Normalmente, la
justicia oral es más cara que la justicia escrita, pero indudablemente es de
mejor calidad, por esa cercanía que genera. Por la habilidad de extraer
información, de tenerlo presente, de evidenciarlo”, magistrado William
Molinari.
"Ahora usted
tiene que escuchar la prueba ahí, verla desarrollarse, una prueba testimonial,
una parte declarando, una prueba pericial. Imagínese un geólogo hablando en el
juicio, estarlo escuchando y que los jueces puedan sacar información de lo que
él dice, y las partes frente al juez. Todo eso es muy interesante”, explicó
William Molinari, magistrado de la Sala I.
La expectativa es que
la oralidad también permita reducir la mora judicial, que acumula 596.370 casos
pendientes. La nueva metodología se aplicará por igual a los juicios nuevos y a
aquellos que ya llevan meses o años de estarse tramitando.
De acuerdo con José
Rodolfo León, juez propietario del Tribunal Segundo Civil en San José,
magistrado suplente y corredactor del nuevo código, se estima que los casos más
sencillos queden resueltos en un año o un año y medio, o inclusive menos, y que
los más complicados pasen de hasta nueve años a unos tres años y medio.
Con el fin de acortar
plazos, a partir de ahora, el dictado de sentencias tendrá plazo: cinco días
después de que finaliza la audiencia para los casos más comunes, y 15 días para
los extraordinarios.
Más herramientas para jueces: medidas cautelares, prueba y ejecución de
la sentencia
El nuevo código
también da nuevas potestades a los juzgadores para que resuelvan mejor y más
rápido.
Se amplía el listado
de medidas cautelares, y se abre la posibilidad de que el juez dicte las que
considere necesarias, con mayor inmediatez.
Por ejemplo, si un
vecino demanda a otro porque le impide abrir una salida para acceder a la
calle, el juzgador puede ordenar que se le abra un paso provisionalmente,
mientras toma la decisión final.
“Es un proceso para
promover que la gente pida las medidas cautelares. Con el proceso viejo eran
las típicas (embargos, anotaciones de demanda), en cambio ahora es mucho más
abierto, más ágil. Es como una invitación: venga, le vamos a amparar con
medidas cautelares”, dijo Molinari.
Durante el desarrollo
de los casos, los jueces también podrán solicitar informes a entes públicos,
como la Universidad de Costa Rica (UCR) o el Lanamme,
con el fin de buscar segundas opiniones sobre temas técnicos.
Para la etapa final,
de ejecución de la sentencia, se prevén mecanismos para que los juzgadores
logren cerrar los casos eficientemente.
"Por ejemplo,
hay ciertas sentencias que tienen contenido patrimonial, que yo las podría
ejecutar aún cuando no estén firmes, o aún cuando se apelen o vayan a casación", explicó
León.
Nuevos tribunales
Con la reforma,
empezará a funcionar una nueva estructura de tribunales civiles de primera
instancia. Se van a dividir en dos: unos tramitarán los procesos sumarios
(abreviados) y otros se encargarán de los juicios ordinarios, que son los más
complejos.
En el segundo tipo,
estarán 12 Tribunales Colegiados de Instancia, los cuales son una figura
jurídica completamente nueva.
Los juzgados, además,
serán más especializados. Hasta ahora, lo usual ha sido que los jueces que
trabajan en juzgados civiles tramiten también casos de materias como las
laborales, contravencionales, de tránsito y familia.
Después del 8 de
octubre, quedarán algunos mixtos, especialmente en zonas con cargas de asuntos
bajas (como Upala, Puriscal y Turrialba), pero la mayoría estarán en
comunidades céntricas y se dedicarán únicamente a casos civiles.
Es el caso de
Heredia, por ejemplo, donde un solo juzgado absorberá todos los casos civiles
que antes se veían en oficinas mixtas en Santo Domingo, San Rafael y San
Joaquín. No obstante, los usuarios que tienen casos activos en esas oficinas
podrán seguir yendo a ellas a consultar sus expedientes.
La Sala I busca la
especialización también a través de la capacitación de sus jueces civiles.
"¿Eso en qué va
a incidir? En una mejor calidad de justicia. Indiscutiblemente, la vamos a
levantar. Y eso además va a incidir en los tiempos. Si usted es especialista,
esperamos que resuelva también de manera más pronta un asunto complejo",
señaló Molinari.
Menos instancias de apelación
La nueva estructura
de tribunales trae consigo cambios en las posibilidades de apelar resoluciones
en casos civiles.
Para empezar,
independientemente del tribunal en que se tramite, cada caso tendrá solo una
instancia de apelación de las sentencias.
En el caso de los
juicios de sumario, los reclamos se podrán plantear al tribunal de apelaciones,
el cual resolverá de manera definitiva. Ocurrirá lo mismo con las apelaciones
sobre resoluciones de trámite.
Por otra parte, las
sentencias de las querellas que se tramiten en los tribunales colegiados se
apelarán directamente ante la Sala I, a través de un recurso de casación más
sencillo que el vigente. Los reclamos de resoluciones sí pasarán a los
tribunales de apelación.
De acuerdo con León, eliminar
la instancia de apelación intermedia de los casos complejos permitirá que se
reduzca su trámite hasta en dos años.
Molinari, además,
explicó que el Código reduce significativamente las posibilidades de apelar
resoluciones, con lo que se espera menos entrabamiento
en los casos.

Dinamización de la economía
Molinari explicó que
uno de los efectos principales que se esperan como efecto de la implementación
de la reforma es la dinamización de la economía, a partir de la generación de
confianza en los inversionistas.
Actualmente, el
proyecto calificador Doing Business le da mala nota a
Costa Rica en aspectos legales que inciden en el clima de negocios. Por
ejemplo, en el ámbito de cumplimiento de contratos, donde el país ocupa el
lugar 129 de 190.
“Un inversionista
investiga cómo funciona el sistema jurídico nuestro, y si funciona el sistema
judicial, porque si va a tener un problema serio, por ejemplo
de carácter patrimonial, tiene que ver cómo se resuelve eso, si el sistema
jurídico es sólido y si el sistema judicial en realidad le va a resolver eso
pronto y de buena manera”, manifestó Molinari.
Millonaria inversión
A la Corte le quedan
cuatro meses para prepararse. La sensación a lo interno es que están "casi
listos".
El Poder Judicial
tiene dos años y medio de estar invirtiendo en infraestructura, recursos
tecnológicos y plazas, así como en la implementación del expediente electrónico
y en capacitación de jueces y personal técnico. Solo a ese último rubro se han
destinado ¢121 millones, de acuerdo con Nacira Valverde, directora de
Planificación del Poder Judicial.
La Corte estima que durante el 2018, los gastos de operación de la
jurisdicción civil, con el nuevo modelo, alcanzarán los ¢10.000 millones.
Según explicó Luis
Guillermo Rivas, magistrado presidente, el costo de la Reforma debe entenderse
como una especie de curva: mayor de lo normal al inicio, pero con tendencia a
estabilizarse e incluso a generar ahorros a largo plazo.
"Cuando se
introducen audiencias y se introduce oralidad y se le reduce el número de
fases, también se reduce el número de personal. El número de personas
auxiliares del juez es menor. En algún momento, aquí habrá una reducción de
personal respecto al nuevo proceso", aseguró Rivas.