Asamblea Legislativa juramentó
a alto juez penal para un quinto periodo de ocho años
ACTUALIZADO EL 20 DE MARZO DE 2017 A LAS 04:57 PM
Escoltado
por los jefes de fracción del PLN y del PASE, Maureen Clarke y Óscar López, el
magistrado Jesús Ramírez ingresó este lunes por quinta ocasión al plenario de
la Asamblea Legislativa, donde los diputados lo juramentaron una vez más
como juez de la Sala III.
Ramírez,
de 74 años, es magistrado penal desde 1985 y se ha presentado a escrutinio
legislativo cuatro veces (1993, 2001, 2009 y 2017). Siempre resultó reelegido a
pesar de que, en 1988, un informe de la Comisión de Narcotráfico del Congreso
recomendó no volverlo a reelegir en ese cargo. En 1993, recibió 37 votos en
contra, uno menos de los necesarios para impedir la continuidad.
En
esta ocasión, no fue convocado a comparecer en la Comisión de Nombramientos, la
cual preside su amigo y coterráneo, el diputado socialcristiano, Jorge
Rodríguez. Aseguró que él se puso a disposición de la Asamblea, pero los
legisladores decidieron no darle audiencia.
La Nación finalmente conversó con el magistrado
Ramírez, quien había rechazado responder consultas durante el proceso de
reelección. Luego, solo las quiso aceptar por escrito.
Esta
es la breve entrevista que dio:
– ¿Cuáles son las
razones suyas para presentarse a un quinto periodo? ¿Cómo se toma las críticas
de diputados del PAC y del Frente Amplio por su intención de alcanzar 40 años
en la magistratura?
–
Bueno, mire las razones por las que yo me volví a proponer a la magistratura es
que considero que la experiencia vivida por tantos años es de suma importancia,
cuando una nueva generación viene entrando. Eso ayuda a consolidar el Poder
Judicial, por eso lo hice.
– Se lanzaron
críticas, recordando su primer periodo (1985-1993), cuando en la Comisión de
Narcotráfico del 88 se mencionó su nombre y, a la vez, criticaron sus pocas
publicaciones, la poca participación en actividades en general. ¿Qué dice usted
ante eso?
–
Yo comencé estudiando, haciendo artículos, pero después me di cuenta que había
sido nombrado para resolver sentencias y no para dictar tratados, ni nada por
el estilo. Me parece que eso está para los que están en las
universidades.
– Y sobre los
cuestionamientos hechos por la Comisión de Narcotráfico del 88...
–
Mire, eso, yo creo que... no vale la pena mencionarlo. Al punto de que uno de
sus miembros más catalogados o más relevantes, en su momento dijo que se habían
equivocado y que pedían perdón (lo que en ese momento dijo el liberacionista
José Miguel Corrales es que el sistema había funcionado para reelegir al
magistrado dos veces, a pesar de un informe negativo de una comisión
legislativa). Yo le contesto a usted que si ese señor dijo eso, yo considero
que se equivocaron todos, que era el que dirigía ese grupo.
– En algún momento la
Corte Plena lo reprendió a usted por haber ejercido supuestas presiones indebidas
contra una jueza.
–
Hizo esa represión y posteriormente se levantó.
– Ahora, ¿debe o no
la Corte Suprema pasarle la estafeta a las nuevas generaciones, a los nuevos
magistrados que han ingresado, incluso a la Sala III, que tal vez traen una
visión más moderna de la justicia penal?
–
Esas nuevas generaciones fueron las que me pidieron que me quedara, porque la
experiencia mía, para ellos, significaba mucho. (...) Nosotros hemos sido
nombrados para dictar sentencias justas, no debe privar ningún otro interés.
– ¿Qué quiere llevar
a cabo desde su puesto en la Sala de Casación Penal?
–
Encarrilar a las nuevas generaciones para que ellas desarrollen todo su
potencial, porque 32 años y posiblemente más años dan una experiencia enorme, y
uno está al servicio de los demás.
– Diputados como doña
Emilia Molina, del Partido Acción Ciudadana (PAC), cuestionaron y dijeron que
usted se duerme en las audiencias...
–
Yo no recuerdo haberme dormido. Los argumentos de doña Emilia, a la que siempre
he respetado muchísimo, no tienen fundamento. Entonces, no vale la pena
contestarlos.
– El fundamento o el
documento en que dice basarse doña Emilia es una carta enviada por una persona
cuyo caso no avanza, precisamente porque dice que usted se duerme. ¿Ha conocido
usted este cuestionamiento?
–
Yo desconozco esto. Ella hace una mezcla que no rima, habla de un recurso de
amparo, que ella presentó. Nosotros vemos casaciones y revisiones, no amparos,
seguro se confundió con la Sala Constitucional.
– Ottón Solís dijo
que no había muestras de que usted tuviera la voluntad de venir a la Comisión
de Nombramientos a ser cuestionado, a responder preguntas, como sí lo han hecho
los 11 magistrados que antes de usted han pedido la reelección.
–
Yo lo que le quiero contestar sobre el particular es que yo presenté un informe
de mis ocho años últimos, e indiqué ahí que estaba a disposición de la Comisión
para concurrir a la audiencia. Si la Comisión decide por mayoría no
concurrirme, yo hago caso al órgano, no a uno o dos diputados.
¿Hubo comunicación
entre usted y el diputado Jorge Rodríguez, del Partido Unidad Social Cristiana
(PUSC), quien preside Nombramientos, en algún momento de este proceso?
–
El diputado Jorge Rodríguez nació en el mismo lugar en que nací yo, pero él
siempre ha sido respetuoso de no tocar... de no tener mucha comunicación
conmigo.
– ¿Por qué razón?
–
Eso es (duda), tendrá que preguntárselo a él.
– ¿Y usted con él?
¿Le habló, le dijo si estaba dispuesto o no a venir, ya en comunicación
personal?
–
Al presentar la solicitud a la Asamblea Legislativa, tuvo que haberse dado
cuenta de que yo tenía deseos de volver.
– ¿Ante tanto
cuestionamiento, no pensó usted "mejor voy, mejor me presento"?
–
Mire, yo considero que como un buen soldado, y por considerar que debo darle
más al país, yo debía mantenerme.
Luego
de juramentado Ramírez para su quinto periodo (2017-2025), diputados de varias
fracciones lo felicitaron. Del PAC solo lo felicitaron Laura Garro, la jefa de
la fracción parlamentaria, y Marvin Atencio. Del Frente Amplio, el legislador
Jorge Arguedas.