Ejemplo público
Conocí a don Celso Gamboa Asch cuando iniciaba su carrera
como abogado. Fue siempre puntual, y si algún trabajo tenía lo hacía de
inmediato, nunca dejó nada para el día siguiente y su oficina siempre estaba
ordenada y limpia. A pesar de que trabajé muchos años con él, nunca supe quién
la limpiaba. Con los clientes siempre fue leal y sincero y nunca creó falsas
expectativas.
Cuando fue juez quinto civil, si a las 4 de la tarde
alguien presentaba un juicio hipotecario o prendario, de inmediato era anotado
en el libro de entradas y debía quedar resuelto, ya que don Celso a las 5 de la
mañana del día siguiente lo firmaría y de inmediato se le entregaba al
notificador del despacho. Don Celso trabajó en San José, Limón, Liberia y Nicoya, entre otros lugares y hasta la fecha nunca he oído
a alguien que se exprese mal de él.
Si los funcionarios judiciales de ahora tuvieran una
tercera parte de la eficiencia de don Celso, este país sería mejor.
Carlos Esquivel Esquivel