San José, Costa Rica  |  Edición: Viernes 17 de abril del 2015



SUCESOS


Reclamo a sala IV le salva vida


Niegan medicina para mejor latido


Una molestia en su hombro izquierdo, fue la señal que alertó a Édgar López de que su corazón tenía problemas para latir bien. Aún recuerda aquella mañana del 2008 cuando el doctor le dijo que el solo un 30% de este músculo le funcionaba con normalidad. Aunque hasta entonces no sentía graves síntomas, si comprendió el porqué de aquel cansancio y fatiga. 

Me asusté y me tomó por sorpresa la noticia, yo que comía sano y estaba acostumbrado hacer ejercicio, jamás pensé que esto me pasaría”, explicó mientras conversaba con DIARIO EXTRA ayer por  la mañana en su casa en Villas de Ayarco, en el cantón de La Unión de Cartago.

En el ir y venir de hospital, tratamientos y médicos cinco años después del diagnóstico empezó un nuevo calvario, en el Hospital Calderón Guardia le dijeron que no le darían más de dos  pastillas que le ayudaban a “desbloquear” el problema de corazón. Cansado de esperar una solución al problema y sin posibilidades económicas de un tratamiento privado acudió a la Sala IV.

Fue así como junto a su esposa, familia y “con la ayuda de Dios” continuó su lucha para seguir viviendo.  “También me habían dicho que tenía el corazón grande y dos fugas, por eso recurrí al derecho de salud que como ciudadano tengo”, para alegría de todos en ocho días la Sala obligó a que le dieran el tratamiento.

 

CATETERISMO...LARGA ESPERA

 En los últimos años, el cateterismo cardiaco se ha convertido en la técnica idónea para estudiar y tratar ciertos males del corazón y las venas, incluso se puede incluso determinar si se necesita una cirugía cardiaca. Dadas estas razones, el doctor le dijo a don Edgar que le realizaría un cateterismo para que tuviera una mejor  calidad de vida,  “me dijo que tenía que esperar aunque era urgente, porque estaban sacando una larga lista de espera de años anteriores”, afirmó.

Con una paciencia de “santo” y en medio de la celebración de sus 50 años, todos en casa insistían en ir de nuevo a la Sala Constitucional, ya que la fecha para el cateterismo no llegaba. En ese ir y venir pasaron doce meses. Sin embargo, cuando se disponían a presentar el recurso,  llegó la noticia que entraría al quirófano.

Fue un milagro, mi historia se repite en la de muchos otros. La Caja debería poner fin a estas situaciones que vivimos muchos asegurados que no podemos pagar un servicio privado, pero que sí colaboramos con las cuotas mensuales a la institución cada mes”, concluyó don Édgar, quien trabajo en Correos de Costa Rica, como asistente postal.

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