Jueces con más años de trabajo judicial afirman que aún pueden aportar

POR Hulda Miranda P. / hulda.miranda@nacion.com - Actualizado el 6 de octubre de 2014 a: 12:00 a.m.

Ambos cumplieron ya los 70 años y las cinco décadas de trabajo en el Poder Judicial.

Jesús Ramírez, magistrado de la Sala Tercera, y Orlando Aguirre, de la Sala Segunda, sostienen que seguirán en la institución porque pueden aportar mucho más, pese a que tienen el derecho a jubilarse aprobado.

En el caso de Ramírez, el monto de su jubilación fue calculada por el Consejo Superior en ¢7,7 en el 2012.

Para Aguirre, en el 2005 se estimó en ¢2,7 millones.

Ambos montos deben ser actualizados con base en el salario de los dos últimos años laborados, al momento de retirarse, según lo estipula la ley.

Sin embargo, cuándo será esa fecha es incierto, pues ninguno tiene prisa por establecerla.

“Yo he sido reelegido en cuatro oportunidades y todavía me faltan dos años para completar el último periodo. Desde que era muy joven he trabajado aquí; soy un amante del Poder Judicial, de tratar de que funcione, de dar lo mejor. La experiencia es muy importante”, expresó Ramírez.

Su compañero Aguirre manifestó similar criterio:

“La función jurisdiccional es lo que he hecho siempre y en lo que me siento realizado. Estoy cumpliendo una designación que me hizo la Asamblea Legislativa y estaré aquí mientras tenga ánimos de laborar”.

Ramírez inició su labor en el Poder Judicial en 1962 como conserje en un juzgado civil josefino.

Aguirre empezó como citador y conductor de reos.

¿Riesgo? Ramírez indicó que la decisión de su salida no está en función de si se aplican o no cambios al Fondo de Pensiones y Jubilaciones del Poder Judicial.

“Siempre he puesto primero mi pasión por la justicia y lo demás en segundo plano. Hay que ver hasta que quede plasmada la reforma, cómo se interpreta”, manifestó.

Aguirre se mostró más reservado: “Es muy difícil tomar una decisión sobre situaciones que están por venir. No sé cuáles van a ser las reformas (...). De acuerdo con esas modificaciones, uno podría tomar alguna decisión”.

Los magistrados coincidieron en que su resistencia a jubilarse no considera la pérdida de privilegios –como vehículo y pasaporte diplomático– o del poder que se tiene como magistrado.

“No viajo. He permanecido aquí en los últimos años. El vehículo lo uso lo menos posible, es el que menos kilometraje tiene, permanece en la Corte”, dijo Ramírez.

Sobre el poder del cargo, señaló que “cuando uno toma la decisión (de irse) tiene que saber que va a desarrollar una función desligada del Poder Judicial”.

Por su parte, Aguirre afirmó que viaja poco y que el carro lo utiliza para cuestiones oficiales. “Tengo mi carro particular”, señaló.

“Dicen que las personas que dejan estos cargos pasan al estado llano; en realidad, yo tampoco soy una persona de ostentación (...). Aquí o fuera de la magistratura, seguiría siendo el mismo”.

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