HOMENAJE DEL PODER JUDICIAL EN EL BICENTENARIO MORISTA | ||
01 de Octubre de 2014 | ||
La Ley No. 9165, Declaración del 2014 como Bicentenario del Libertador Juan Rafael Mora Porras, promulgada en setiembre de 2013 y publicada en La Gaceta del 29 de octubre de ese mismo año, declara de interés público la celebración que hoy nos reúne. Asimismo, dispone que los poderes públicos, las instituciones y los poderes del Estado se unirán al bicentenario y organizarán actividades para las personas usuarias de sus servicios. Insta a todas las personas, a los medios de comunicación social, las organizaciones de la sociedad civil, las empresas privadas, entre otros, a unirse activamente a las celebraciones patrias. Esta es la primera vez en los 193 años de vida independiente del país que se celebra el bicentenario de un héroe nacional y capitán general, conocido como el Defensor de la Libertad. El ejemplo del Libertador Juan Rafael Mora Porras, conocido como don Juanito, nació en San José, el 8 de febrero de 1814, en el seno de una de las familias fundadoras de esta ciudad. Ejerció el cargo de Presidente de Costa Rica en cuatro ocasiones consecutivas (de 1849 a1859). Fue casado con la hija de un Jefe de Estado, Inés Aguilar Cueto, unión de la cual nacieron siete hijos. Alternó la carrera política con la vida empresarial, ya que ocupó importantes cargos públicos como el de Alcalde de San José y realizó actividades de comercio, bienes raíces, cultivo de café y caña de azúcar. Fue Vicepresidente de la República, declarado como Benemérito de la Patria por el Congreso Constitucional mediante Decreto del 25 de junio de 1850. Se le reconoce el mérito de ejercer el liderazgo del país durante la Campaña Nacional de 1856-1857, durante la cual dirigió con éxito el ataque contra los filibusteros encabezados por William Walker. Por ese motivo, fue declarado “héroe y libertador nacional” por la Asamblea Legislativa de Costa Rica, el 16 de setiembre de 2010. Se constata su valor y entrega a la Patria cuando delegó la presidencia al vicepresidente y acompañó a las tropas del ejército costarricense en varias batallas: la de Santa Rosa, de Sardinal, la primera batalla de Rivas. Sufrió del brote de la cólera que mató a 10.000 personas, que en esa época era casi la décima parte de la población. Entre sus logros principales se encuentran: obtener el reconocimiento de España a la existencia del país como nación independiente (1 de mayo de 1850); la mejora de la carretera entre Cartago y Puntarenas, el fortalecimiento de la actividad cafetalera, la inauguración del sistema de alumbrado público en 1851, la construcción del edificio de la Universidad de Santo Tomás –que luego se convertiría en la Universidad de Costa Rica-, y la construcción de la Fábrica Nacional de Licores. También se le reconoce por el levantamiento del primer plano de la ciudad de San José y la composición de la música del himno nacional durante su gobierno; la creación de la diócesis de Costa Rica, la firma del tratado limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua conocido como Cañas-Jerez en 1858, el fortalecimiento de un banco nacional de capital mixto y la promoción del desarrollo de Guanacaste. A pesar de haber sido reelegido en 1859 para un tercer período, el 14 de agosto de ese mismo año fue derrocado por los comandantes de los cuarteles de San José, quienes lo expulsaron del país. Don Juanito se estableció entonces en El Salvador. Cuando regresó a Costa Rica con el fin de recobrar el poder, el entonces Presidente, José María Montealegre Fernández, envío una fuerza militar que logró vencer a los moristas en combate. Don Juanito fue apresado y un consejo de guerra lo condenó a muerte. Fue fusilado en Puntarenas, junto a su cuñado el General José María Cañas, quien también combatió en y sus restos descansan en el Cementerio General de San José. Murió el 30 de setiembre de 1860, en Puntarenas, a la edad de 46 años. Objetivos de la celebración Los propósitos del Bicentenario Morista son cuatro. Primero, que cada costarricense conozca al Presidente Mora para dignificarlo como Libertador y Héroe Nacional. Segundo, que, en perspectiva de futuro, cada alumno de escuela, colegio y universidad estudie las virtudes, los ideales y el legado histórico del Padre de la Patria. Tercero, que cada cantón tenga un espacio, plaza o vía pública nombrado en honor del Constructor de la República. Y cuarto, que Costa Rica proyecte en el exterior su latinoamericanidad personificada en los actos y el pensamiento moristas. Se trata de una oportunidad de exaltar las hazañas de un costarricense que hizo numerosas contribuciones al país, que dio ejemplo de ser un ciudadano comprometido y que estuvo dispuesto al sacrificio de su vida por sus ideales. Deseo reconocer la labor de la Comisión Nacional nombrada por el Consejo de Gobierno, para dirigir las celebraciones del Bicentenario Morista, integrada por personas distinguidas de nuestra comunidad: la Dra. Mara Eugenia Bozzoli, Sr. John Cravens, Sr. Mauricio Ortiz, Sr. Marcelo Prieto, Dr. Juan Durn Luzio, Sr. Luis Emilio Jiménez y el Sr. Armando Vargas Araya Todas y todos podemos Como don Juanito, todas y todos podemos ser heroínas y héroes de la Patria. Resulta indispensable reconocer nuestro deber de retribuirle algo de lo mucho que de ella hemos recibido y, especialmente, agradecer el privilegio de vivir en una nación de paz y democracia, caracterizada por el respeto a los derechos humanos. Independientemente de las circunstancias que atraviesa el país y de las condiciones personales que nos hayan correspondido, podemos ayudar a construir un futuro mejor, no sólo para nosotras y nosotros mismos, sino para las futuras generaciones. El ejemplo de Juan Rafael Mora nos inspira a ser mejores ciudadanas y ciudadanos. Nos motiva a luchar por el desarrollo humano, la igualdad de oportunidades para todas las personas, al respeto y pleno ejercicio de nuestros derechos inalienables, la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad como anhelo máximo. La responsabilidad ciudadana exige que nos esforcemos en servir a la Patria, que evidenciemos una conducta conducente al bienestar común y no fundamentada en el egoísmo, el individualismo y el desmedido afán de bienestar material. Estamos hoy frente a una época que nos enfrenta a muchos retos. En el ámbito de la función pública, son numerosas las limitaciones y batallas. Sin embargo, ello no constituye una justificación válida para incumplir el sagrado deber de honrar la memoria de nuestros antepasados, quienes lucharon con valentía por construir una nación que nos inspira orgullo, e imitar su ejemplo. Las fechas, en las que se conmemoran hazañas y hechos del pasado, no tienen como fin primordial escuchar discursos y cantar himnos. Lo esencial es, -siempre-, que estos actos cívicos propicien la reflexión y, después de esa reflexión, nos permitan actuar con la valentía, la visión y la solidaridad de quienes, como don Juan Rafael, no temieron enfrentar los problemas, pelear las batallas y dedicar sus talentos a un fin altruista que contribuyó al bien común. Ante las amenazas que hoy acechan a la sociedad costarricense: pobreza, violencia, desigualdad, desintegración social, narcotráfico, corrupción y crimen organizado, tenemos la opción de seguir el ejemplo de lucha incansable de don Juanito, quien incluso ofrendó su vida en la lucha por sus ideales. Cierre Insto a que quienes laboramos en el Poder Judicial, hagamos todo lo que está a nuestro alcance por fortalecer la institución, mejorar la prestación de los servicios, ofrecer un trato respetuoso y humano a las personas usuarias, brindar un servicio público de calidad y, como lo hizo don Juanito, luchar contra las diversas fuerzas que pretendan socavar la justicia, debilitar la democracia, propiciar la corrupción, disminuir los derechos y atacar los cimientos sobre los cuales se construyó esta Nación. Como afirmó don Juanito: "Los pueblos que no defienden lo suyo, terminan siendo inquilinos en su propio país". Si existe voluntad y valor, todas y todos podemos cumplir un papel protagónico en la definición y desarrollo de nuestro futuro común. “Marchemos siempre unidos, adelante con fe y constancia en el porvenir” Muchas gracias. |
Lic. Eduardo Castellón Ruiz
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
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