Asegurados claman por atención oportuna y despacho de medicamentos
Recurso de vida o muerte: Sala IV
Caja ofrece priorizar los casos más graves como respuesta inmediata
Resumen
ejecutivo
Un
recurso de amparo se convierte en la última esperanza para
muchas personas, que requieren una intervención médica
que la Caja puede resolver en el tiempo deseado.
Esta es una
realidad para miles de personas que acuden a la vía judicial
para pedir atención, aunque los administrativos de la
institución indican que de los 400 mil asegurados en lista de
espera, ninguno está en riesgo de muerte.
El tiempo de
espera para una cirugía en este momento puede requerir casi
ocho meses, mucho menos que los casi dos años que se debía
esperar en 2011.
Aunque le
detectaron cálculos renales desde 2011, nunca la
operaron.
Para colmo de males, en el Hospital Rafael Ángel
Calderón
Guardia le informaron dos años después, que era difícil
reprogramar su cirugía porque habían perdido su
expediente.
La afectada pidió el anonimato, requiere una
cirugía urgente y su condición se agrava cada día,
según la Clínica del Dolor de Turrialba.
Este es
solo uno de los casos que llegan a la Sala Constitucional como medida
de desesperación por parte de los asegurados.
Hoy, los
recursos de amparo son literalmente de vida o muerte.
No es el
único con una historia de este tipo.
También, un
hombre tiene seis años de esperar por un reemplazo de rodilla,
o bien, una señora mayor con cataras en los ojos deberá
esperar hasta 2016 por la cirugía, en el Hospital San Rafael
de Alajuela.
El cambio de medicamentos y los criterios encontrados
entre los médicos de los hospitales y la Caja se suman a la
lista de problemas.
El médico de un hombre con seis años
de padecer cáncer pidió un tratamiento menos invasivo y
tóxico para mejorar la calidad de vida del paciente.
Sin
embargo, el Comité Central de Farmacoterapia de la Caja dijo
que no avalaba el cambio.
Los niños no escapan a la demora.
La madre de un menor de nueve años recurrió al Tribunal
Constitucional debido a que el Hospital Nacional de Niños
programó una cirugía para el alargamiento de pierna de
su hijo dentro de cuatro años.
Lo anterior significa, que
si el niño hubiera esperado, la operación no tendría
sentido, dado que su hijo ya no estaría en etapa de
crecimiento y la cirugía sería un fracaso, según
el médico.
LA REPÚBLICA consultó a la Caja el
estado de estos casos, el porqué de la demora en la atención
y las razones del rechazo al cambio de medicamentos para algunos
pacientes, pero no hubo respuesta.
Sin embargo, la posición
de la presidenta entrante es crear una manera para identificar los
casos más graves, donde el tiempo es un factor determinante
para tener éxito en la cirugía, dijo María del
Rocío Sáenz, rectora de la Caja.
“No es lo
mismo una cirugía que podría esperar y en el periodo no
se complica, es decir no es progresiva, a una que pone en riesgo la
vida, la calidad de vida y la muerte”, dijo.
La Sala
Constitucional dio hasta este año para que la Caja reduzca las
listas de espera. Sin embargo, los recursos ante el Tribunal no paran
de llegar.
Hoy una persona debe esperar casi ocho meses.
Aunque
parezca mucho, en 2011 era peor pues el plazo era de casi dos años.
A
la fecha al menos 400 mil asegurados se encuentran en listas de
espera tanto para una cirugía, como para un diagnóstico.
Sin
embargo, los pacientes no estarían en riesgo de muerte, según
la Caja.
María
Siu Lanzas
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