Diario Extra

 

Viernes 25 de Abril del 2014

 

NACIONALES

ÒMe interesa mucho lo que le pasa a la gente de a pieÓ

Gilberth Armijo, presidente de la Sala IV

Desde este a–o la Sala IV tiene nueva cabeza, se trata de Gilberth Armijo, quien es magistrado desde el 2002, cuando tom— el lugar de Rodolfo Piza Escalante (q.d.D.g.), sin embargo ejerci— seis a–os antes como suplente.

Por: Carlos Castro Gamboa

ccastro@diarioextra.com

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El magistrado Gilberth Armijo, presidente de la Sala IV, visit— DIARIO EXTRA y comparti— con la gerente general Iary G—mez y la subdirectora Paola Hern‡ndez.

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La Sala Constitucional es quiz‡s uno de los entes de justicia m‡s se–alados y alabados por la poblaci—n, pues en sus manos tiene muchos casos de interŽs nacional por resolver que a fin de cuentas benefician a algunos y a otros no tanto.

Desde este a–o la Sala IV tiene nueva cabeza, se trata de Gilberth Armijo, quien es magistrado desde el 2002, cuando tom— el lugar de Rodolfo Piza Escalante (q.d.D.g.), sin embargo ejerci— seis a–os antes como suplente.

Armijo visit— DIARIO EXTRA para conversar sobre sus proyectos y principales aciertos en su poco tiempo como presidente de dicha dependencia judicial.

Tiene poco tiempo como presidente de la Sala, pero ha tenido mucha injerencia en lo que se ha hecho en este tiempo. ÀC—mo empezaron sus labores?

- Ya ven’a desempe–ando la presidencia de forma interina, entonces hay cosas que hab’a podido hacer y otras que no. Lo primero que hice fue convocar a una reuni—n con los compa–eros porque me gusta m‡s trabajar en equipo. Creo que las cosas salen mejor cuando son sometidas a un an‡lisis m‡s profundo y podemos tomar decisiones en conjunto.

Una vez sentado en el puesto, ÀquŽ es lo que m‡s le preocupa?

- La principal preocupaci—n en este momento es c—mo devolver a la Sala el lugar que le corresponde y lo que hemos implementado con las acciones de inconstitucionalidad, que serv’an en muchas ocasiones para frenar un caso y no dejar que avanzara, es definir l’neas muy claras de quŽ se admite y quŽ no, y dejarlas el m’nimo tiempo posible esperando resolverse.

ÀC—mo se encuentra la Sala actualmente?

- En este momento est‡ pr‡cticamente al d’a, va resolviendo lo que le entra en los œltimos dos d’as en acciones en especial. Tenemos un promedio de voto de 25 acciones por d’a.

Ingresan muchos casos diarios por resolver, Àc—mo priorizar?

- La Sala primero ve los h‡beas corpus, luego los de salud y despuŽs los dem‡s, de hecho tenemos las estad’sticas m‡s bajas desde 1990 hasta la fecha. Desde que asum’ la Sala en el 2013 al 2014 vamos al circulante que tenemos desde el 90; la idea es seguir con la pol’tica de puertas abiertas en la Sala, darle la raz—n a la persona que la tiene, y aquellas que son materia de otra ’ndole mandarlas a la v’a que corresponda.

Por todo lo que tienen que resolver ustedes muchas veces son se–alados. ÀC—mo tomar los se–alamientos y la presi—n?

- Hay mucha gente interesada en meterle mano a la Sala, nos acusan de ingobernabilidad porque entramos a analizar temas importantes para el gobierno de turno, por ejemplo el plan fiscal, pero hay costumbre que cuando es un tema muy candente que puede traer consecuencias van directo a la Sala para que se pronuncie y desde luego cuando lo hacemos ellos dicen que es culpa de la Sala. El problema que tenemos es que desde el momento en que ingresan lo vamos a resolver jur’dicamente desde el punto de vista constitucional o por derechos humanos y no pol’ticamente. Esto se eliminar’a si no hubiera consulta facultativa de los se–ores diputados.

A pesar de tanta cr’tica hay muchas cosas positivas.

- Tenemos uno de los pocos sistemas de AmŽrica Latina donde la gente de a pie puede acudir directamente al tribunal. A veces nos acusan que cambiamos de criterio y es cierto, pero a partir del 2000 los periodistas se presentaban ante cualquier funcionario pœblico y no pasaba nada, llegaban a la Sala y resolv’amos que no hab’a ninguna excusa para entregar informaci—n que es importante para que el elector en ese momento tome una decisi—n. Desde el 2002 hay una jurisprudencia reiterada en relaci—n con el acceso de la prensa y los medios de comunicaci—n, pero eso de las ayudas que nos quieren hacer a veces uno no sabe si lo quieren ayudar o no.

ÀRequiere algunos cambios el proceder de la Sala IV?

- Si revisamos la estad’stica de la Sala dir’amos que no ocupamos de ninguna reingenier’a, hablando cuantitativamente. A nosotros nos ingresan entre 14 mil y 20 mil casos al a–o, pero resolvemos la misma cantidad en el a–o. ÀC—mo logramos eso? Hemos adaptado el criterio de una empresa privada para poder funcionar, por ejemplo un supermercado no puede funcionar si no sabe exactamente al minuto cu‡nto se vendi— ese d’a, cu‡nto tiene de ganancia, cu‡nto tiene que reponerse para que estŽ produciendo. Los magistrados y el personal de apoyo tenemos que trabajar horas extra para sacar esto. Adem‡s la Sala funciona 24 horas, hay un magistrado que est‡ de guardia, es decir todo lo que entra despuŽs de las 4:30 p.m. le toca, esto implica s‡bados y domingos.

ÀC—mo mejorar el proceder de la Sala y tener mayor calidad para los usuarios? ÀHay propuestas?

- Una de las propuestas es la creaci—n de tribunales que vean amparos y h‡beas corpus a nivel nacional. Si hubiera que hacer una reforma obligatoria a la Sala, yo eliminar’a la consulta y acabamos con el cuento de la ingobernabilidad y que cada uno asuma su responsabilidad, sin echarle la culpa a la Sala, pero eso es una decisi—n pol’tica muy dif’cil porque cuando usted est‡ en el gobierno despotrica contra la consulta, pero cuando se vuelve oposici—n dice que no se puede quitar. La otra es la creaci—n de tribunales constitucionales, que no me parece mal, permite garantizarle a la gente que pueda seguir con la misma situaci—n de ahora sin ninguna formalidad al presentar un recurso de amparo, ser’a como llevar tribunales a provincias y as’ tener mayor acceso a la justicia, aunque ahora se puede hacer de forma digital.

ÀCu‡n importante es la Sala IV? ÀLa poblaci—n le da el valor real?

- La gente no logra dimensionar bien lo que significa tener una opci—n de justicia como la Sala. Ustedes (periodistas) mejor que nadie lo pueden entender porque durante a–os han tenido que ir a tocar puertas, siempre est‡n cerradas y las respuestas pueden ser m‡s o menos inteligentes, pero al fin y al cabo la puerta sigue cerrada y no hab’a un mecanismo r‡pido para que alguien les diera una respuesta. Cuando nosotros hablamos del acceso a la informaci—n en Costa Rica es gracias a la Sala, si no existiera eso, no se hubiera dado y todav’a estar’an tocando puertas. Desde el punto de vista pol’tico la Sala es una v‡lvula de escape para las tensiones de nuestra sociedad. Nuestro ciudadano sabe que ante un conflicto muy fuerte puede ir ante un tribunal constitucional que le puede dar la raz—n o no, pero est‡ esta alternativa. Vea en Venezuela, no queda m‡s que ir a las calles.