UNIDAD DE PROTECCIÓN A VÍCTIMAS (UPROV) LLEVÓ FELICIDAD A NIÑOS Y NIÑAS DE INDÍGENAS
Realizaron una fiesta navideña para las y los niños hicieron arreglos a la escuela
Prensa - OIJ
Unidad de Protección a Víctimas (UPROV) llevó felicidad a niños y niñas de indígenas.

El pasado 6 de diciembre anterior un grupo de representantes de la Unidad de Víctimas y Testigos(UPROV) del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), se trasladó hasta una pequeña población indígena en Chirripó de Turrialba, para celebrarle una fiesta navideña a los 25 estudiantes de la escuela Nimarí ubicada a dos horas del centro de ese cantón cartaginés

Como Proyección Social a la comunidad, hace tres años en esta unidad se formó un comité que se ha organizado de tal forma que los más de 60 integrantes de dicha oficina desde mediados de cada año, dan una cuota mensual, realizan rifas y otras actividades para recaudar fondos; así al finalizar el año hacen una donación a un grupo de niños de escasos recursos.

En esta oportunidad una pareja de agentes a quien se le asignó entregar una citación en el sector de Chirripó, descubrió, caminando entre una zona montañosa, la mencionada escuela, evidentemente necesitada de todo tipo de ayuda, tanto en la estructura como en el recurso humano. Hicieron la propuesta al resto del grupo para hacer la donación en este lugar y tuvieron el total apoyo de los compañeros.

La identificación con las y los niños y el lugar fue tan profunda que durante un mes, los agentes se turnaron en grupos para hacerle pequeñas mejoras a la escuela. Así con el dinero recaudado, compraron materiales de construcción y contrataron una persona conocedora en el tema para que los asesorara e iniciar ellos con las mejoras. El vehículo no tiene total acceso a la escuela, de modo que se debe estacionar a un lado del camino para luego recorrer más de un kilómetro entre la montaña caminado, incluso cruzando un largo puente colgante, y resbalosas pendientes para llegar al sitio, trayecto en que los agentes cargaron las bases de concreto para levantar el piso de la escuela, así como pesados sacos de cemento, arena, tarros de pintura, máquina de soldar entre otros.

El esfuerzo valió la pena, pues finalmente lograron levantar el piso hundido en el cual los niños caminaban y construir una gradas para que pudieran llegar al aula sin pasar por el barro, soldaron y pintaron el Play y les construyeron dos marcos para jugar fútbol, que es la pasión de los niños y niñas de la zona, también taparon las goteras y les donaron una biblioteca con libros, entre otros.

De la escuelita

Esta escuelita tiene una población de 25 alumnos, 13 de primaria, 12 en Kinder y está bajo la dirección de la única maestra, Kristel Vargas Segura, vecina de una población cercana, quien para poder acceder al lugar debe utilizar un cuadraciclo., “La situación en estas zonas es muy difícil, pero pese a las carencias y a que los niños deben recorrer largos y peligrosos trayectos para llegar al centro educativo, en su mayoría son muy responsables…” argumentó la maestra. Actualmente seis niños cursan el primer grado, cuatro segundo, dos tercero y sólo una niña se graduó de sexto; además hay cinco en materno infantil y 7 en kinder.
Niños y niñas de la zona participaron de juegos tradicionales con el personal de la UPROV.

Para finiquitar la obra, surgió la iniciativa de que cada agente de la UPROV tuviera un niño asignado al cual le comprara un regalo y se les invitó a la mencionada fiesta para hacer la repartición, a la cual acudieron puntuales pese a que muchos caminaron hasta tres horas para llegar. La carita de asombró y a la vez de timidez de los niños y niñas era evidente, al ver llegar aquel grupo de hombres y mujeres, que en el momento dejaron salir el niño que llevan dentro, para compartir esa hermosa mañana de juegos con ellos.

Un agente se vistió de “Rock”, la mascota del OIJ, otro se puso un traje de la vaquita feliz y una de las agentes de Chica Fresita, todo para compartir con las y los niños. También llevaron una especialista en pintar caritas y aunque en un inicio a los niños les asustó la idea, luego todos hacían fila para que les pintaran el rostro con mágicas figuras, para ellos nunca vistas.

El agente Luis Rodríguez, quien fue uno de los organizadores del evento, mostró su satisfacción al ver la felicidad de los niños, indicó que para el grupo esto significa demasiado, pues sienten que es una manera de agradecerle a Dios lo que a ellos les da compartiendo con los que menos tienen. Finalmente los niños jugaron, reventaron la piñata y comieron hasta el cansancio.-

Licda. Ana Lucía Vásquez Rivera
Lic. Sergio Bonilla Bastos
Licda. Andrea Marín Mena
Licda. Teresita Arana Cabalceta
Licda. Marcela Fernández Chinchilla
Licda. Melania Chacón Chaves
Licda. Sandra Castro Mora
Lic. César González Granados
Montaje: Licda. Karen Quirós Fumero
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