Lic. César González Granados
Periodista y gestor de redes sociales

Si usted suele buscar cosas en Google con cierta regularidad, le podría interesar hacer el siguiente experimento: busque la misma palabra en dos computadoras distintas. Asegúrese de que una de las computadoras tenga activada su cuenta google. Se dará cuenta porque su foto saldrá en la esquina superior derecha.

Si usted efectivamente utiliza con regularidad el buscador, se dará cuenta que los resultados de la búsqueda no son necesariamente los mismos.

¿Por qué? Todo tiene que ver con la manera en como Google hace dinero.

Lo que sucede es lo siguiente: Cuando usted utiliza su cuenta google de manera activa (es la misma cuenta de gmail) todas sus búsquedas y visualizaciones son analizadas automáticamente por Google.

Los algoritmos matemáticos contenidos en el buscador son capaces de identificar qué cosas suele usted buscar con mayor regularidad, y se depuran cada vez más. Cuando usted realice su próxima búsqueda, los resultados de la misma presentarán primero aquellos resultados que mejor se adapten a sus gustos y preferencias. Así, si un arquitecto busca “casas en la playa”, sus resultados tendrán que ver con galerías, estructuras, tendencias. En cambio, si un vacacionista que suele buscar clubes de viajes o tiempos compartidos escribe “casas en la playa” en el buscador, sus resultados mostrarán alquileres.

¿Por qué se empeña Google en conocer nuestras preferencias? Para aumentar la efectividad de la publicidad que nos enseñan, tanto en el buscador como en Youtube, o en las redes sociales.

Google le asegura a los anunciantes que su anuncio le llegará a la mayor cantidad de gente interesada en el consumo del producto, volviendo los anuncios en Internet mucho más efectivos que en otros medios. Al menos esa es la premisa.

También los datos obtenidos del uso de sus cuentas y sus búsquedas son utilizados para analizar las tendencias del mercado y se constituyen en partes de enormes y minuciosos estudios de mercadeo y consumo, en los que muchas empresas están interesadas.

Todo es medido y todo considerado: Los correos en Gmail, las listas y promociones en las que usted pone a responder su cuenta de correo, lo que usted busque y vea en Google Plus, lo que usted busca ver en Youtube... todo. Incluso lo que usted busca y compra en el Android Market, pues el sistema operativo Android le pertenece a la gran G.

¿Qué tan exactos son esos algoritmos?

Hay enfoques encontrados al respecto. Muchos especialistas visualizan un futuro en el cual cuando usted entre a una tienda, su teléfono celular enviará sus datos depurados a la computadora del comercio con tan solo entrar. Así, el personal de la zapatería sabrá si usted prefiere botas sobre zapatos bajos, el dependiente de la tienda de música sabrá cuál disco ofrecerle, el de la librería le comentará sobre las novedades de sus autores preferidos sin que usted tenga que explicárselo. Le saludarán por su nombre sin que usted se presente. Y sabrán si usted utiliza crédito o prefiere pagar en efectivo.

Por otro lado están quiienes afirman que los gustos y preferencias del ser humano evolucionan y son muy complejos, y que estos algoritmos lo que lograrán al final será aburrirnos de encontrar el mismo tipo de cosas, e impulsarnos a buscar lo nuevo.

Todavía faltan unos pocos años para saber quién tiene la razón; lo cierto del caso es que Google lleva la batuta en convertir el celular en una billetera virtual, en depurar los segmentos de mercado, en identificar los gustos y preferencias de los usuarios, y con mucho éxito.

Todas las páginas y redes sociales que intentan ganar dinero, estudian el modelo de la gran G. Twitter, por ejemplo, optó por mostrar tweets patrocinados y anuncios gráficos por los cuales cobra. Facebook por su parte, pronto completará su estrategia para monetizar la red social: sus posteos podrían llegar a una mayor cantidad de gente si usted paga por ellos. Su influencia en dicha red crecerá mucho más si usted se suscribe a un programa de mercadeo. Pero necesariamente, eso significa limitar el alcance que sus publicaciones habían gozado hasta la fecha. No todos sus seguidores recibirán sus comentarios, sólo aquellos con los que usted se relacione más de manera virtual. ¿Tendrá éxito el modelo de Facebook, que pretende convertir a todos los usuarios en potenciales anunciantes, o el limitar el alcance de los posteos en esa red será el principio del fin de esa red social?
Todo dependerá de la reacción del usuario ante estos depurados algoritmos del dinero.