Diario Extra

Opini—n

Seguridad, democracia y justicia

*Marvin Carvajal PŽrez

Lo novedoso en el enfoque del programa es que contempla ‡reas directamente relacionadas con la seguridad, pero tradicionalmente olvidadas por algunas pol’ticas pœblicas como violencia intrafamiliar, protecci—n de v’ctimas y testigos, justicia restaurativa, acceso a la justicia de las personas y grupos vulnerabilizados y m‡s.

 

El crecimiento y tecnificaci—n de las organizaciones criminales, que golpean la paz de nuestros pueblos obliga a fortalecer la institucionalidad y a dotar al Estado de mejores herramientas para la prevenci—n y combate de la delincuencia. La respuesta esperada de una sociedad democr‡tica debe ser firme y decidida, pero absolutamente respetuosa de las normas y principios constitucionales que la gu’an. As’, en el marco de la Estrategia de Seguridad para CentroamŽrica y MŽxico, los Estados del istmo, con el apoyo de la Uni—n Europea y de la Agencia Espa–ola de Cooperaci—n Internacional para el Desarrollo; recientemente iniciaron la ejecuci—n del Plan Maestro de Capacitaci—n Regional DB1. Con la participaci—n del Sistema de Integraci—n para CentroamŽrica, el Centro de Capacitaci—n Judicial para CentroamŽrica y el Caribe y la Conferencia de Ministros de Justicia de los Pa’ses Iberoamericanos (COMJIB); este proyecto busca fortalecer el accionar de los poderes judiciales de la regi—n para el logro de sociedades m‡s seguras y comprometidas con el Estado de Derecho.

 

La idea que orienta esta iniciativa tiene como base contribuir a la disminuci—n de la violencia social, mediante el incremento de la efectividad de las diversas instancias estatales que participan en la protecci—n de las personas y sus intereses, en especial de los poderes judiciales, y as’ propiciar la formaci—n de las juezas y jueces de la regi—n en temas de gran impacto frente al fen—meno de la seguridad social. Este Plan Maestro comprende procesos de formaci—n en temas como la delincuencia organizada, las nuevas formas de criminalidad: trata de personas, delitos inform‡ticos, delitos ambientales; las maras y pandillas, el fortalecimiento del proceso penal, el manejo de la prueba y la materia Penal Juvenil.

 

Lo novedoso en el enfoque del programa es que contempla ‡reas directamente relacionadas con la seguridad, pero tradicionalmente olvidadas por algunas pol’ticas pœblicas como violencia intrafamiliar, protecci—n de v’ctimas y testigos, justicia restaurativa, acceso a la justicia de las personas y grupos vulnerabilizados y m‡s. Son 22 acciones formativas, cada una comprender‡ cursos presenciales regionales destinados a la formaci—n de formadores, cursos presenciales nacionales y cursos virtuales nacionales y centroamericanos. Frente a los Estados donantes que hoy en d’a enfrentan una coyuntura fiscal desfavorable y que han debido hacer grandes sacrificios para superarla, queremos asegurar que los recursos dispuestos para una iniciativa como esta, sean usados de la forma m‡s eficiente y efectiva.

 

La uni—n de esfuerzos ser‡ esencial para alcanzar los ambiciosos objetivos que persigue el Plan Maestro. El SICA, el Centro y la COMJIB participan, cada uno en su respectivo marco de funciones, con el fin de asegurar que la formaci—n que reciban los jueces y las juezas del istmo sea de gran calidad y que impacte, de forma evidente, en un mejor desempe–o de la Administraci—n de Justicia, y en el robustecimiento de la institucionalidad regional.

 

La reciente designaci—n del se–or Fernando Ferraro Castro, como Secretario General de la COMJIB, abre una oportunidad hist—rica para que Costa Rica se consolide como l’der regional en materia de justicia. Adem‡s de los mŽritos personales del nuevo Secretario General, esta decisi—n tiene como antecedente un reconocimiento del papel decisivo de Costa Rica en los procesos de modernizaci—n de la justicia en IberoamŽrica. Este acercamiento, favorecer‡ el desarrollo de proyectos regionales de importancia estratŽgica para el fortalecimiento del sector justicia. El anhelo leg’timo y a–ejo de los pueblos centroamericanos en procura de la paz social y el desarrollo econ—mico y cultural, solo podr‡ ser alcanzado si se potencia el papel de las instituciones democr‡ticas como garantes de la seguridad. En ese contexto, una inversi—n destinada a mejorar la calidad de la justicia, es el camino id—neo para alcanzar tales objetivos.

 

*Director del Centro de Capacitaci—n Judicial para CentroamŽrica y el Caribe