Hulda Miranda P. hulda.miranda@nacion.com
12:00
a.m. 19/02/2013
Flor
Montes y Nancy Hern‡ndez trabajaron cerca de don Luis Paulino Mora desde hace
m‡s de dos dŽcadas.

Mora coleccionaba
tortugas que le regalaban. Le gustaba Òel paso firmeÓ de estos animales.
Las
dos lo acompa–aron en 1986 durante su gesti—n como ministro de Justicia.
Actualmente,
Montes era su secretaria y Hern‡ndez, la jefa de del despacho de la
Presidencia.
Ayer,
ambas recordaron a Mora como un enamorado de su trabajo, que era el primero en llegar
a la oficina y el œltimo en salir.
ÒEra
quien apagaba la luzÓ, record— Montes.
ÒEra
un excelente jefe, una persona extraordinaria. S’ me hab’a comentado que
pensaba retirarse en setiembre, pero yo lo ve’a en un conflicto con eso porque
Žl quer’a terminar algunos proyectosÓ, expres— , por su parte, Hern‡ndez.
Òƒl
era un visionario y quer’a dejar la base de lo que ser’a el Poder Judicial para
los pr—ximos 20 a–os, quer’a trabajar en la reforma constitucionalÓ, agreg— la
funcionaria judicial.
Ambas
recordaron que, como ministro, Mora utilizaba su tiempo libre los fines de
semana para visitar las c‡rceles.
ÒA
veces se llevaba a los hijos porque quer’a pasar tiempo con ellosÓ, record—
Hern‡ndez.
El
presidente de la Corte, fallecido el domingo, era padre de cinco hijos y ten’a
cinco nietos.
Alejandro
Mora, uno de sus descendientes, record— que una de las cosas que daba m‡s
felicidad a su padre era pasar tiempo con su familia.
Agreg—
que al jerarca del Poder Judicial le molestaba que pelearan entre ellos. ÒComo
era juez, siempre escuchaba a las dos partes, era muy conciliadorÓ, narr— el
joven.