Noble, humilde y sencillo así se recordará al Dr. Luis Paulino Mora Mora. En la gráfica durante la colocación de la primera piedra para la construcción del Edificio de Jicaral-2011.

Un hombre orgulloso de sus raíces puriscaleñas, estudioso, lleno de mística e ideales de cambio y mejora, comprometido con su trabajo y la responsabilidad que siempre demandó su cargo como Presidente de la Corte Suprema de Justicia, así lo recuerdan fuera de las esferas del Poder Judicial, abogados litigantes que son cercanos expectantes y conocedores del quehacer judicial costarricense.
Observatorio Judicial entrevistó a varios abogados y abogada litigantes con el fin de conocer la visión, que desde fuera del Poder Judicial, se tenía del Dr. Luis Paulino Mora y su trayectoria y compromiso con la Administración de Justicia.
Sus aportes se extendieron más allá del quehacer judicial, pues enriqueció con su experiencia y conocimientos las aulas universitarias, sin dejar de lado la huella imborrable en la consolidación de la Jurisdicción Constitucional.
“…en el ejercicio de la función pública Luis Paulino siempre actúo pensando primero en la gente, en el respeto a sus derechos y en la obligación de defender los intereses del país y para ello, el ejercicio del poder debe efectuarse como un servicio a favor de los gobernados y para lo que es exigido conocer y actuar con todo detalle en el desempeño del cargo respectivo y tener entrega total para el desempeño del mismo, sin privilegios especiales y ejercerlo con austeridad, con una ética exigente- sin acomodación, ni tolerancia para actos incorrectos- y entendiendo que es el responsable del debido uso de los bienes del Estado, que deben ser administrados con muy exigente corrección”, expresó José Luis Molina Quesada, expresidente de la Asamblea Legislativa y profesor de la Universidad de Costa Rica.
Molina Quesada indicó que “muchas palabras más se podrían escribir para exhaltar el gran contenido que como persona caracterizó a Luis Paulino, pero deseo hacer referencia a un aspecto que considero característico de su persona: Una vida interior sólidamente formada que exteriorizaba con espontaneidad y se manifestaba con palabras de bondad, compresión, tolerancia y respeto para todos. O sea: reservo en su vida, como persona creyente, un espacio importante para la espiritualidad que expresa una transformación interior que nos permite vivir mejor con nuestros semejantes. Pienso que con la existencia de personas con los atributos que caracterizaron a Luis Paulino y su obra en beneficio del pueblo, de sus instituciones y de nuestra patria, podríamos iniciar un nuevo camino para alcanzar lo que Mannheim denomina democracia militante y otros llaman democracia decente”.
Observatorio Judicial también contactó con Ewald Acuña Blanco, abogado litigante quien destacó “…Sus enseñanzas en las aulas universitarias y la mística que guardaba por el Poder Judicial, en especial por la figura del Juez, se reflejan constante y permanentemente en los votos que redacta en la Sala Constitucional –especialmente referidos a temas de derecho penal sustantivo– donde, en mi criterio, logra dar vida a un principio que recordaba permanentemente: la dignidad del ser humano es la base y fundamento de la Constitución Política; a la Constitución Política le corresponde permear la interpretación y aplicación del derecho penal de fondo y el derecho procesal penal, en síntesis afirmaba que el derecho penal es derecho constitucional aplicado, sin duda su principal legado en el ámbito jurisdiccional”.

Destacaron en Luis Paulino Mora, la evidencia de una vida ejemplar y la herencia de su sapiencia en torno a lo que es justo, bueno y eterno.

Acuña Blanco mencionó importantes aportes a la Justicia Costarricense, brindados por Mora Mora. “…En el ejercicio de la Presidencia de la Corte creó el proyecto de modernización en la administración de justicia, con absoluta convicción y tenacidad admirables, tanto que es recogido y repetido en Iberoamérica y sin duda es su principal legado como Presidente; junto con su discurso “Una silla vacía” que es por antonomasia la expresión de la defensa del principio de independencia del Juez y del Poder Judicial, con celo e hidalguía admirables”.
Para la abogada litigante, Gloria Navas Montero desde los diversos puestos judiciales que desempeño Luis Paulino Mora, “…no se limitó a impartir justicia, sino que se enroló en comisiones, en la propuesta y redacción de proyectos de ley esenciales para el bloque de legalidad imperante, a impartir lecciones en las aulas universitarias, a levantar la Escuela Judicial, a entrenar a los nuevos juzgadores y funcionarios judiciales y a dirigir a la patria desde esas alturas en temas esenciales de legalidad y de constitucionalidad y contribuir así brillantemente, a mantener incólume, moderno y adecuado nuestro ordenamiento jurídico, pilar de la democracia. Luis Paulino defendió las libertades humanas, la dignificación de la mujer, la reivindicación de los sometidos a procesos penales y al sentenciado, a la víctima, al desprotegido, y promovió siempre desde el banquillo de la humildad, el mejoramiento y la eficiencia en torno a una justicia equilibrada y cumplida”.
Navas Montero reconoció su participación activa en la promoción de legislación fundamental para el país y en los últimos tiempos, su decisión por tomar la dirección definida de la defensa de la independencia del Poder Judicial. “Su posición firme, clara y valiente procuró para Costa Rica otro triunfo para nuestra democracia. Un hombre ejemplar, de corazón de oro, un verdadero gigante de la justicia, un defensor del más débil se ha ido y nos ha dejado heridos, desconsolados pero esperanzados con la evidencia de una vida ejemplar y la herencia de su sapiencia en torno a lo que es justo, bueno y eterno”.
El Luis Paulino Mora humano, noble, humilde y sencillo fue el que recordó el Lic. Humberto Fallas Cordero. “No conocía el egoísmo; fue leal y transparente con sus amigos; desprendido de los bienes materiales, no le interesaba el dinero; generoso, se identificaba con aquellos quienes menos tienen. Fue una persona muy afectuosa, prodigaba afecto a sus amigos, a sus subalternos, a sus compañeros y compañeras de trabajo; amaba profundamente a su esposa, a sus hijos y nietos, al igual que a su madre entrañablemente. Era un hombre que transmitía alegría, optimismo, bondad, con un gran sentido del humor, pero que defendía sus tesis con vigor, con energía, y allí demostraba su fuerte personalidad y la convicción profunda por sus ideas pero siempre respetando las tesis de los demás”, detalló.
Fallas Cordero destacó la huella indeleble que dejará el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, “…cuyo rastro lo impregnó sobre todo en la institución más querida para él, el Poder Judicial, logrando colocar a ese poder de la República y al sistema jurídico costarricense en un lugar de privilegio en América Latina. Costa Rica -gracias a la visión y al aporte de Luis Paulino, del grupo colaborador de magistrados y magistradas así como funcionarios, quienes siempre le apoyaron en sus proyectos- es un modelo a imitar por muchos países en el ámbito iberoamericano. Desde muy joven, cuando aún éramos estudiantes en la Universidad de Costa Rica, dio muestras de ser una persona generadora de ideas, creador de proyectos, era un “hacedor de cosas… Su vocación de juez lo llevó a entregarse de lleno a su función pero no sólo eso, lo llevó a sacrificar su salud, a sacrificar su vida, la cual puso al servicio de su amada Institución.”