Elizabeth Odio, exministra y exjueza de la Corte Penal Internacional: Costa Rica sufre una acelerada pŽrdida de su democracia

1974 - Pa’s

MiŽrcoles, 05 de Diciembre de 2012 04:02

Escrito por Ernesto Ram’rez (eramag2002@yahoo.com)

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Costa Rica sufre una peligrosa pŽrdida de su democracia, advierte exministra Elizabeth Odio. (Foto: Katya Alvarado)

Costa Rica sufre una acelerada y peligrosa pŽrdida de su democracia, enfrenta un grave deterioro en el funcionamiento de sus principales poderes y necesita una r‡pida y profunda Òcirug’aÓ en su sistema pol’tico, alert— la exministra de Justicia y de Ambiente, Elizabeth Odio, durante una entrevista con UNIVERSIDAD.

Tras regresar al pa’s luego de fungir como jueza de la Corte Penal Internacional (CPI)  durante diez a–os, Odio dijo estar alarmada por el clima de violencia que azota al pa’s, del desencanto de la poblaci—n en su sistema democr‡tico, del aumento de la corrupci—n y el descrŽdito de la clase pol’tica. Entre sus planes figura reintegrarse a la actividad acadŽmica en la Universidad de Costa Rica.

A continuaci—n, ofrecemos un extracto de la conversaci—n sostenida con la exministra:

Usted estuvo diez a–os fuera de Costa Rica en la Corte Penal Internacional. ÀCu‡l es el pa’s que encuentra a su regreso?

- Es un pa’s diferente. En estos a–os muchas cosas han cambiado. Lo que advierto, y es lo que m‡s me preocupa, es que ciertas tendencias que ven’an de a–os atr‡s present‡ndose en la organizaci—n social nuestra se han ido acentuando. Me refiero concretamente al ingrediente de violencia que encuentro en las relaciones interpersonales en nuestro pa’s. Es una violencia que se manifiesta en la vida cotidiana, en las cosas que ocurren en las carreteras, en la cantidad de muertos y heridos.

 

ÀEs una violencia que est‡ como incrustada en nuestra sociedad?

 

-  Ven’a ya de a–os atr‡s. Recuerdo que cuando estuve en una ocasi—n a cargo del Ministerio de Justicia elaboramos un programa de prevenci—n del delito que inclu’a como un ingrediente muy importante una serie de elementos educativos que ten’an  que ver con las relaciones familiares y la forma en que se maneja en este pa’s. Hab’a violencia que se manifestaba en las acciones delictivas. El problema es que eso se ha acentuado, es m‡s grave.

 

ÀHa aumentado la ÒcalidadÓ de la violencia?

 

- La calidad de la violencia es muy seria. Si antes los choferes, por ejemplo, se gritaban, ahora se agraden, y se matan. Esto es terriblemente preocupante. Lo que pasa con la violencia intrafamiliar alarma, hay un nivel de agresi—n contra las mujeres, y los ni–os. Es realmente muy preocupante.

 

ÀDo–a Elizabeth, es una sociedad estresada la que encuentra ahora en Costa Rica?

- De un enorme nivel de estrŽs o de tensi—n que se expresa en las formas m‡s primitivas. Lo que acaba de ocurrir en la manifestaci—n de los motociclistas. Todos encontramos que es una barbaridad, porque no nos explicaron, es un problema de la relaci—n del gobierno hacia las personas, porque como no pas— el paquete tributario han subido violent’simamente algunos servicios. Del dinero que nos cobran muy poco va para el Instituto de Seguros y la mayor’a se dirige a la caja œnica del Estado. Esta es una forma indirecta muy violenta, y no estoy segura de si est‡ bien hecho desde el  punto de vista constitucional, de sacarnos el dinero. Est‡ bien que los motociclistas tengan su derecho de protestar. Pero agarran a golpes una buseta del servicio de Heredia, con gente adentro, ni–os incluso. Luego una se–ora se baja del autom—vil y empieza a increpar a los motociclistas. Las dos formas son violent’simas. Igual pas— con la marcha de apoyo a la Caja del Seguro Social.

A veces parece una violencia sin  sentido. Lo que marca esto es que hay un nivel de crispaci—n en la sociedad costarricense.

 

ÀA quŽ atribuye usted este fen—meno? ÀHay frustraci—n en la gente?

-  Creo que hay una gran insatisfacci—n de la gente con las instituciones que no dan respuesta pronta y certera a los problemas. Esta historia de la ingobernabilidadÉ

 

ÀUsted cree que hay ingobernabilidad en Costa Rica, es cierto eso?

 

- No, noÉ Lo que hay es una deficiencia muy seria de las instituciones.

 

ÀEs un pretexto de la clase pol’tica?

 

- Es un pretexto.

 

ÀLo dice el excontralor Alex Sol’s en su libro?

 

- S’. Lo que encuentro es que hay  necesidad de hacer una serie de cambios en todos los poderes. El Estado tiene que ser mucho m‡s eficiente de lo que ha sido. Pero al no ocurrir tales cambios provoca en la gente una gran insatisfacci—n.

 

ÀEs una bomba de tiempo?

 

- S’, es una bomba de tiempo. A esto sœmele que en muchas ocasiones la gente se siente manipulada, usada, porque lo que quiere no es seriamente tomado en cuenta por quienes tienen la obligaci—n de hacerlo.

 

ÀUsted ve mucha exclusi—n de las bases o grupos sociales?

 

- S’, hay mucha exclusi—n de las bases sociales. Hay un documento esencial para entender lo que nos ocurre y son los Informes del Estado de la Naci—n.

 

ÀEl œltimo advierte que Costa Rica est‡ en uno de los niveles m‡s bajos de la ciudadan’a en la credibilidad hacia la democracia?

 

-  As’ es y esto es muy peligroso porque no es un problema de la democracia. Est‡ demostrado que esta, sin ser perfecta, es el mejor sistema de gobierno y el œnico que verdaderamente garantiza los derechos fundamentales de las personas. Es en la democracia en la que podemos verdaderamente acceder a los niveles de gobierno y para obtener respuesta a los problemas. Si esa institucionalidad no funciona, la gente lo primero que dice es que queremos un hombre fuerte - Àpor quŽ no se les ocurre una mujer fuerte? – que venga aqu’ a poner orden. ÁPor Dios! Al contrario, los reg’menes autoritarios agudizan y profundizan los problemas. A esto hay que ponerle mucha atenci—n, por diversas razones. Por ejemplo, que el crecimiento econ—mico de que nos hablan, no signifique una distribuci—n de ingreso equitativa.

 

ÀLa œltima encuesta de hogares lo se–ala?

- Resulta que los que menos ingresos tienen los han visto reducidos, mientras que en el sector m‡s alto, aumentan.

 

Al mismo tiempo hay un deterioro progresivo y acelerado en servicios pœblicos como el Seguro Social. ÀSi le a–adimos la corrupci—n, casos como la trocha?

- En todo este problema hay un gran componente de insatisfacci—n con la corrupci—n que se percibe. Se ha generalizado y ese es el otro elemento, simult‡neamente con la violencia, que yo noto. Siempre ha habido corrupci—n en los diferentes niveles, pœblico y privado. Pero ahora se siente de una manera m‡s violenta. A m’ este asunto de la trocha me parece una vergŸenza, que no haya responsables y que se utilice la figura de la emergencia nacional para que, no sŽ quiŽnes, hagan negocios que est‡n a la vista.

 

ÀEsto coincide con el sentimiento de que el pa’s no tiene rumbo?

 

- As’ es. Y esto es una cosa muy notoria. La gente siente que no se sabe para d—nde vamos. Y no es cuesti—n de hablar de programas de gobierno, sino de fijar prioridades. ÀPor quŽ la insatisfacci—n con los servicios de la Caja? Porque a la Caja no le dan recursos suficientes y cuando tuvo recursos los us— en otras cosas.

La clase media baja es la que ha estado siendo m‡s golpeada por estos fen—menos. Adem‡s, ahora est‡ metido el tema del narcotr‡fico, estamos muy infiltrados por el narco.  En Europa o’ decir, con respecto a Costa Rica, que era un pa’s donde se lavaba dinero. Al volver vi enormes  apartamentos que est‡n  desocupados, como en Croacia, o la misma Panam‡, en Sarajevo y me dicen que en los pa’ses del B‡ltico y en otras de las repœblicas de la ex-Uni—n SoviŽtica. Hay much’simo dinero que proviene del crimen organizado internacional y que no es s—lo tr‡fico de drogas, hay de armas y de otro flagelo que es el tr‡fico de personas. Sin embargo, he visto iniciativas como la de la Agenda Nacional que son importantes. Se trata de personas muy serias que est‡n preocupadas por el pa’s y quieren proponer soluciones. Soluciones las hay.

 

Las encuestas indican que la credibilidad de la gente en los pol’ticos es m’nima. A como est‡n las cosas, el Partido Liberaci—n ganar’a por tercera vez consecutiva las elecciones. ÀY no hay oposici—n?

- Otra instituci—n que entr— en crisis son los partidos pol’ticos y se refleja en todos los grupos que tienen aspiraciones a participar en el pr—ximo torneo electoral. En las leyes electorales y las de los partidos pol’ticos hay que cambiar muchas cosas. Un elemento que contribuye mucho a la corrupci—n es la famosa deuda pol’tica, el pago adelantado. Eso hay que cambiarlo y mejorarlo, as’ como la forma en que elegimos diputados. No es posible que sigamos votando por esas listas cerradas en donde uno no sabe por quiŽn est‡ votando.

 

 

ÀEsa es la vieja forma de hacer pol’tica?

 

- Es la vieja forma de hacer pol’tica, del dedo, de los amigos, de las imposiciones, este va aqu’ porque soy el que manda y lo pongo de primero o de segundo o quinto. Si nosotros no vamos hacia una instituci—n como la que tienen los reg’menes parlamentarios en donde se eligen los representantes por distritos y uno vota por la gente que conoce estamos perdidos. Estamos perdiendo la democracia, eso es lo peor, estamos perdiendo democracia aceleradamente.

 

Esos problemas vienen suscit‡ndose desde hace al menos 20 a–os, adem‡s de la presencia de corrientes de tipo neoliberal, que han cambiado la forma de ser del pa’s. ÀCree que hay que hacer una cirug’a profunda al sistema pol’tico?

 

- Hay que hacer una cirug’a profunda al sistema que abarca los tres poderes.

 

ÀAl margen de lo ocurrido con don Fernando Cruz, es obvio que hay grandes problemas en el sistema judicial de Costa Rica?

 

- Hay graves problemas. He sabido de c—mo intervienen los intereses pol’ticos para que se elijan jueces superiores, magistrados, suplentes. Hay cosas que deben ser cambiadas en el Poder Judicial, sin lugar a dudas. Lo mismo en el Poder  Legislativo, en la forma de elegir diputados, en el famoso reglamento, que por puros intereses politiqueros, tenemos una Asamblea Legislativa secuestrada.

 

ÀSon vericuetos legales para obstaculizar?

 

- Para secuestrar. Le voy a poner un ejemplo, la ley de las investigaciones cient’ficas. En este pa’s tenemos paralizada la investigaci—n cient’fica porque la ley que est‡ lista para ser aprobada en la Asamblea Legislativa, consensuada, no se aprueba porque hay dos diputados que tienen unos intereses muy subalternos para los intereses nacionales que no la dejan pasar.

 

ÀEstas situaciones convierten a Costa Rica en un pa’s empantanado?

 

- No ingobernable, sino en un pa’s que est‡ siendo mal gobernado desde los tres poderes.

 

ÀY con  una clase pol’tica desacreditada que se suma?

-          Por eso es que a m’ me alienta mucho que gente como la de la Agenda Nacional estŽ haciendo propuestas y estoy segura de que en ese grupo puede haber personas que perfectamente pueden proponer sus nombres para la presidencia de la repœblica y que pueda conformarse un movimiento pol’tico ya sea a travŽs de los partidos actuales o nuevos. Necesitamos que los partidos se depuren, que gente nueva llegue a estos, que los mecanismos que tienen para elegir sus candidatos tambiŽn se depuren.

 

ÀHay ausencia de liderazgos nuevos fuertes, por lo menos en los sectores de oposici—n. Esto parece serio?

 

- Dir’a que a nivel nacional requerimos de gentes honestas, cuya credibilidad haga que las personas vuelvan a sentir confianza y optimismo. Porque la honestidad en la clase pol’tica es un requisito esencial.

 

Si uno mira las encuestas, todo parece indicar que el partido m‡s grande que hay en el pa’s, que es el abstencionismo, sigue creciendo. ÀC—mo legitima o no esto al partido pol’tico que llegue al poder?

- Esto deslegitima profundamente.  Por eso, en los meses que faltan para las pr—ximas elecciones tenemos que hacer un gran esfuerzo y contribuir en todos los niveles a que eso no ocurra.

 

Pero se ve tambiŽn interŽs en aplicar amarras por parte de la clase pol’tica. ÀLo sucedido con el magistrado Cruz no es una muestra de esto?

 

- Esto no puede ser. Lo de Fernando Cruz, por ejemplo,  fue un antes y un ahora. En el momento en que 38 diputados, siguiendo obviamente instrucciones de sus respectivos grupos pol’ticos, deciden que no van a votar por su reelecci—n, en primer lugar estaban aplicando err—neamente las disposiciones que contempla la Constituci—n Pol’tica.  En segundo lugar, se atreven a decir cosas en ese momento como dar un aviso para que pongan las barbas en remojo. Eso no puede ser.

 

ÀEso es como un disparo al sistema judicial?

 

- Eso es una barbaridad.

 

ÀEso la motiv— a ir a la marcha?

 

- Tengo muchos a–os de andar en marchas en este pa’s. He marchado por la paz, por el presupuesto universitario, marchŽ contra  ALCOA, siendo estudiante marchŽ contra las dictaduras en el continente, etc. Pero es la primera vez que marcho desde un poder para decirle a otro poder Òconmigo no se meta de esta manera. Usted cumpla con lo que tiene que cumplir y yo con lo m’o. Pero as’ no.

 

ÀSe siente que a la clase pol’tica se le ha estado  pasando  la mano?

-          Se sienten impunes y la impunidad es una de las mayores lacras en AmŽrica Latina.

 

 

ÀAlgunos responsabilizan a los hermanos Arias de tratar de concentrar poder?

 

- Apenas estoy llegando y no tengo aœn un conocimiento tan profundo.

 

ÀPero s’ hay una tendencia de los grupos de presi—n por controlar?

- Claro que hay peso de grupos de presi—n que adem‡s son sordos. Este es otro problema que he encontrado. Cada quien defiende lo que cree que le interesa defender y no oye los intereses de otros grupos. Esto me parece muy peligroso. Cuando en una sociedad anteponemos el interŽs individual a la solidaridad colectiva, estamos entrando en un terreno muy peligroso. Hay que recuperar los valores de solidaridad social que nos hicieron como pa’s y que estamos perdiendo.

 

ÀEs necesario un proceso de consulta nacional?

- Dir’a que s’. Hay que ir m‡s all‡ de los partidos pol’ticos, hay que ir a los sindicatos y otras organizaciones sociales y establecer una convergencia nacional sobre los puntos esenciales que como pa’s tenemos que buscar. Pero para eso necesitamos un liderazgo. Le pongo como ejemplo: la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Llega a la presidencia apoyada en una figura tan carism‡tica y popular como Lula da Silva pero al poquito andar lo hace sola, con sus propios medios y recursos  y marca un derrotero en un pa’s tan complejo y grande como Brasil sacando a grandes sectores de la pobreza, agrup‡ndolos en un sector de la clase media muy importante.

Es cierto que los movimientos neoliberales nos han tra’do problemas pero tambiŽn no hemos sabido hacer cosas como las hechas en Brasil y el mismo Chile, donde se ha reforzado la agenda social.

 

Hablando de sistemas de control. ÀQuŽ opina de la Ley Mordaza?

 

- Es un horror. Va sumando puntos en la misma direcci—n. Se pretende con esto que no haya periodismo de investigaci—n, ni libertad de expresi—n. Es muy peligroso.

Aœn estamos a tiempo de hacer cambios, no se puede ser autista.