EL PAêS
VIERNES 16 DE NOVIEMBRE DEL 2012
Irene Vizca’no ivizcaino@nacion.com 12:00
a.m.
16/11/2012
Los
presos que est‡n en la c‡rcel de San Sebasti‡n, en San JosŽ, tendr‡n un espacio
para fumar.
Esta
fue la orden que dio la Sala Constitucional a las autoridades de Adaptaci—n
Social y del propio centro de reclusi—n, mediante el voto 15388, divulgado ayer
por la oficina de prensa del Poder Judicial.
Los
privados de libertad acudieron a la Sala para reclamar que no les permiten
fumar en los pabellones, as’ como por la prohibici—n a la venta de cigarros en
la pulper’a del centro penal.
Adem‡s,
se quejaron porque desde el 1.¡ de octubre no se permit’a el ingreso de
cigarrillos.
El
Ministerio de Justicia, encargada de las c‡rceles, gir— esas directrices en acatamiento
de la Ley General de Control de Tabaco y sus Efectos Nocivos en la Salud,
vigente desde marzo.
Dicha
normativa limita el fumado en centros de trabajo e instituciones pœblicas.
Cambio
de plan. Los magistrados, sin
embargo, acogieron en forma parcial el recurso planteado por los reos y
ordenaron Òtomar de forma inmediata las medidas necesarias a fin de habilitar
un espacio abierto en el cual los privados de libertad puedan consumir tabacoÓ.
Ante
el mandato, Reinaldo Villalobos, subdirector de Adaptaci—n Social, explic— que
esperan conocer la resoluci—n completa para girar las instrucciones.
Villalobos
confirm— que semanas atr‡s se aplicaron una serie de restricciones para el
consumo de tabaco en esta prisi—n.
La
intenci—n, dijo, era convertir ese penal en un espacio libre de humo y ofrecer
a los reos programas y talleres para dejar esta adicci—n, siguiendo
recomendaciones del Ministerio de Salud y del Instituto sobre Alcoholismo y
Farmacodependencia (IAFA).
Ahora,
deber‡n cambiar las disposiciones para acatar la sentencia de la Sala
Constitucional.
ÒHabr‡
que estimar los espacios necesarios para los privados de libertad que fumen, en
un ambiente que no haga da–o a los dem‡sÓ, dijo Villalobos.
La
c‡rcel de San Sebasti‡n, en este momento, es uno de los cuatro centros penales
m‡s hacinados del pa’s, con un 79,5% de sobrepoblaci—n.