EL PAêS
Jairo Villegas S.y Ferlin Fuentes jvillegas@nacion.com 12:00 a.m. 02/08/2012
Los
colegiales de sŽtimo, octavo y noveno a–os recibir‡n clases de educaci—n para la sexualidad y afectividad, a partir del
otro a–o, solo si sus padres lo aprueban.
Esta
fue la decisi—n de la mayor’a de magistrados de la Sala IV en una apretada
votaci—n ayer, que qued— 4 a 3, sobre la obligatoriedad de llevar ese curso.
Ana
Virginia Calzada, presidenta de ese alto tribunal, indic— que ser‡ como recibir
Religi—n.
En
ese caso, los padres que profesan una creencia diferente a la cat—lica, piden
por escrito que sus hijos sean excluidos de ese curso.
ÒComo
el tema de sexualidad afecta principios religiosos, se desarrolla un tema de
objeci—n de conciencia. Por tratarse de temas que pueden implicar una violaci—n
a la escogencia religiosa de las personas, los padres deben ser consultadosÓ,
afirm— Calzada.
Los
recursos fueron declarados con lugar por los magistrados Luis Paulino Mora,
Gilberth Armijo, Fernando Cruz y Fernando Castillo. En contra votaron Ernesto
Jinesta, Calzada y Paul Rueda.
Incluso,
estos dos œltimos jueces propusieron que el menor de edad pueda asistir a esas
lecciones aunque sus padres no quieran.
Lo
que s’ rechaz— la Sala Constitucional es que el Ministerio de Educaci—n Pœblica
(MEP) tenga que consultar a todos los progenitores al momento de elaborar un
programa de estudio, como tambiŽn lo pidieron los padres, confirm— la
magistrada Calzada.
Riesgo.
Leonardo Garnier, ministro de
Educaci—n, ve un peligro en el fallo pues cree que abre un portillo para que
los padres excusen a sus hijos de asistir a una materia b‡sica por motivos
religiosos.
ÒAlguien
podr’a decir en Ciencias que no quiere que el hijo vaya al cap’tulo de
evoluci—n o a la teor’a del big bang (trata de explicar el origen del universo) porque
choca con la creencia religiosa, o que en Estudios Sociales, la parte de la
historia contradice lo que Žl entiende en un texto religiosoÓ, apunt— Garnier.
A la
vez, el jerarca de Educaci—n inst— a los padres de familia a que permitan que
sus hijos lleven el curso de sexualidad y afectividad.
Garnier
insisti— en que no es un programa centrado en la parte genital y reproductiva,
sino que tiene Žnfasis en manejo de afectos y dignidad propia.
Por
su parte, Juan Luis Calvo, presidente de la Alianza EvangŽlica, dijo estar
Òparcialmente satisfechoÓ con la decisi—n de la Sala Constitucional.
Calvo
insiste en que debe abrirse un di‡logo para que la ense–anza sobre sexualidad y
afectividad no quede por la libre.
ÒSe
necesita que todos los sectores de la sociedad civil involucrados en esta
materia participemos para dar una verdadera educaci—n de la sexualidad, pero
dentro de lo malo, que la Sala se haya pronunciado en ese sentido es lo mejorÓ,
asegur— el dirigente evangŽlico.
Grupos evangŽlicos promovieron entre padres de
familia la presentaci—n de recursos de amparo. La Sala vot— ayer 1.500, pero
resta ver alrededor de 5.000 m‡s.