Sodas
en centros educativos no podr‡n vender confites, frituras ni gaseosas a menores
de edad
Comida sana gana batalla en Sala IV
Derecho a la salud est‡ por encima de la libertad de comercio, aducen
magistrados
Los due–os de sodas en escuelas y colegios pœblicos no podr‡n vender confites,
frituras ni gaseosas a los estudiantes.
La Sala IV rechaz— la acci—n de inconstitucionalidad que pretend’a traerse
abajo la directriz de eliminar la comida chatarra del menœ que se les vende a
los alumnos y en su lugar sustituirla por frutas, vegetales y bebidas
naturales.
Para los magistrados, el derecho a la salud est‡ por encima de la libertad de
comercio, autonom’a municipal y derecho al trabajo. En contraposici—n a lo que
aducen los concesionarios de sodas.
La Sala se–ala que con la medida establecida por la actual administraci—n, solo
se sigue la recomendaci—n de la Organizaci—n Mundial de la Salud que insta a
los gobiernos a adoptar pol’ticas que apoyen la buena alimentaci—n entre ni–os
y j—venes.
ÒMuy satisfecho de que la Sala reitere su apoyo a las potestades del MEP y de
Salud de regular esta materia. Queda claro, de nuevo, que los derechos de
nuestros ni–os y adolescentes est‡n por encima de toda consideraci—n econ—mica
o mercantilÓ, manifest— Leonardo Garnier, ministro de Educaci—n tras conocer el
fallo.
Esta es la segunda vez que el —rgano constitucional rechaza una querella contra
el nuevo reglamento que regula la comercializaci—n de alimentos en centros
educativos.
Anteriormente, ad portas rechaz— un recurso de amparo presentado por AndrŽs
Avalos, asesor legal de C‡mara de la Industria Alimentaria.
Unos 20 concesionarios de sodas que forman parte de esa C‡mara en esa
oportunidad adujeron que la medida restringe los derechos fundamentales en
materia municipal y comercial, y por ende es una transgresi—n de poderes.
Alegatos que no encontraron eco en los magistrados.
Desde el pasado 8 de febrero entr— en vigor el reglamento que establece los
par‡metros sobre las cantidades m‡ximas de azœcar, sal o grasa que debe tener
cualquier producto alimenticio, preparado, envasado o empaquetado que podr‡ ser
vendido en las sodas.
Desde ese momento, la alimentaci—n en los centros pœblicos ha mejorado, pues
con su entrada en vigencia, las papas tostadas, galletas, gaseosas y confites
fueron expulsados.
En su lugar se abrieron las puertas a las frutas, refrescos naturales y los
s‡ndwiches bajos en grasa.
Para no quedar por fuera de los centros, la industria alimentaria tuvo que
reformar varias l’neas de sus snacks y refrescos.
Dos Pinos, Florida Bebidas, Kraft Foods
y Demasa son algunas de las empresas.
Natasha Cambronero
ncambronero@larepublica.net