Logo La Naci—n en Internet

EL PAêS

JUEVES 7 DE JUNIO DEL 2012

Sala Primera confirma suspensi—n de tres a–os para profesional

Notario debe pagar ¢5 millones por no detectar a falso cliente

Estafador puso a responder finca que no le pertenec’a y notario dio fe pœblica

V’ctima perdi— dinero que prest— a cambio de una garant’a hipotecaria

<p>Your browser does not support iframes.</p>

David Delgado C.david.delgado@nacion.com 12:00 a.m.07/06/2012

Miguel Badilla Bola–os tiene 83 a–os y es un excombatiente de la batalla de 1955 en la hacienda Santa Rosa, pero desde hace siete a–os libra otra lucha en estrados judiciales, parar recuperar los ahorros de su vida.

El 10 de noviembre pasado, la Sala Primera dispuso que el notario Rafael çngel Barahona Melgar debe pagarle a Badilla ¢5 millones porque el profesional no verific— la identidad de un falso cliente que estaf— al anciano.

Sin embargo, seis meses despuŽs el notario no hab’a depositado ese monto, por lo que el pensionado de guerra present— el martes pasado un proceso de ejecuci—n de sentencia para que le paguen el dinero.

El caso se remonta al 15 de julio del 2005 cuando Badilla se present— a la oficina del notario, en Heredia, para que lo asesorara.

El excombatiente prest— los ¢4 millones que ten’a ahorrados a un tercero desconocido, quien le ofreci— una valiosa finca en Moravia (San JosŽ) como garant’a hipotecaria.

Sin embargo, el notario no detect— que ese tercero hab’a suplantado la identidad del due–o leg’timo de la propiedad, lo que provoc— que Badilla perdiera los ¢4 millones, m‡s los intereses que pretend’a ganar.

Los magistrados de la Sala confirmaron, adem‡s, la suspensi—n de Barahona por tres a–os en el ejercicio del notariado, segœn consta en la sentencia N.¡ 1381-F-S1-2011.

No obstante, en registros de la Direcci—n Nacional de Notariado, Barahona aparece como activo pues aœn no se ejecut— la sanci—n.

Para la Sala, Òel notario no cumpli— con su deber de identificar, cuidadosamente y sin lugar a dudas, al compareciente que asum’a la condici—n de deudor y otorgaba hipoteca en garant’a sobre un bien suyo, pudiendo y debiendo haber evitado la suplantaci—n de la identidadÓ.

El notario œnicamente solicit— la cŽdula de identidad al tercero, por lo que los magistrados dijeron que con un documento adicional Òpudo evitar ser sorprendido con la suplantaci—n de la persona, lo que era deber suyo hacer, dado su car‡cter de fedatario pœblico, asesor de las partes y contralor de la legalidad al momento de confeccionar la escrituraÓ.

Al ser consultado por La Naci—n, Rafael çngel Barahona asegur— que Žl tambiŽn fue v’ctima del estafador, por lo que promovi— una causa penal contra el sospechoso, quien se determin— es de apellido Dur‡n, la cual ya est‡ lista para elevarse a juicio.

El notario sostuvo que en 38 a–os de ejercer el notariado, por primera vez fue sorprendido con una cŽdula falsa.

Por otra parte, aleg— que el Estado debe facilitar un lector de c—digos de cŽdulas a los notarios para que tengan acceso al padr—n del Registro Civil, con el fin de corroborar las identidades de sus clientes, por lo que para Žl hay una negligencia del Estado.

El abogado asegur— que tiene los medios econ—micos para pagarle a Badilla los ¢5 millones que le orden— la Sala Primera, pero lo har‡ solo si quiere.