Todos
de pie, el honorable Juez preside |
Escrito
por Msc. Manuel Rojas L—pez |
MiŽrcoles
30 de Mayo de 2012 00:00 |
Juez
de Juicio Tribunal
II Circuito Judicial Zona
Atl‡ntica Miembro
de Acojud En
una reciente visita a Inglaterra, tuve la oportunidad de estar en el edificio
de la Corte Suprema de Justicia en Londres. Solo entrar a aquel antiqu’simo y
fr’o edificio produjo en mi la sensaci—n de estar en una especie de iglesia,
cuyo altar era aquel elevado estrado de la sala de juicios en la que lleguŽ a
encontrarme. La audiencia comenz— y al llamado de atenci—n de un funcionario
judicial, los que est‡bamos en la sala fuimos obligados a ponernos en pie
dado que el honorable Juez, as’ se anunci—, ingres— al sal—n y se sent— en el
"altar". Hasta que el Juez tom— asiento, los dem‡s pudimos hacer lo
mismo. En
ese momento, algo pas— por mi mente. A partir de ah’, tengo que confesarlo,
no pude poner mayor atenci—n a la audiencia que se celebraba. La frase
"preside el honorable Juez", cuyo nombre no recuerdo, no
sal’a de mi pensamiento. El Diccionario de la Real Academia Espa–ola define
como "honorable" a aquel que es digno de ser honrado o acatado. A
su vez, la persona honrada es quien actśa con integridad y rectitud de
‡nimo. EncontrŽ una profundidad incre’ble en aquella frase, pero lo que m‡s
me llam— la atenci—n fue lo que posteriormente supe. Este
honorable Juez, me dijo alguien, es conocido por su integridad y honradez al
servicio del pa’s. Su presencia genera respeto no solo por sus decisiones
judiciales, sino tambiŽn por su calidad de ser humano. As’
entonces, era necesario ponerse en pie cuando alguien como aquel
personaje ingres— a la sala de juicios. Cu‡n importante es, pensŽ, respetar y
honrar a la autoridad, y cuando esta autoridad va de la mano de la
probidad y el decoro de quien la ejerce, es sencillamente placentero
reconocer, con cualquiera que sea el gesto, a aquella honorable persona. Y es
que la honorabilidad debe mostrarse en la totalidad de la vida personal. El
Juez o Jueza es honorable porque sobre sus espaldas recae una funci—n divina,
la de aplicar justicia. Su pulcritud debe extenderse desde sus palabras,
hasta la forma en que se dirige a diario, mostr‡ndose como el ejemplo a
seguir. As’ es, aquel Juez tuvo que haber pasado por un largo recorrido para
llegar hasta donde est‡. Las aulas universitarias le han dado la
"informaci—n" que requiri— para su cargo, pero en su interior lleva
la "formaci—n" que le reviste de su honestidad. Claro,
por ello es un persona de confianza, pero no de esos que confunden esta
palabra con libertinaje para hacer lo que se le venga en gana. Su puntualidad
no admite impuntualidad en otros. La investidura que tiene le da
autoridad, pero lo que Žl es en s’ mismo, le da la categor’a a la
autoridad. Intachable desde sus zapatillas hasta su peinado, muestra
por fuera lo que los dem‡s saben que Žl es por dentro. Su
responsabilidad con el trabajo habla de su responsabilidad para con la vida y
por eso sus palabras tienen eco en muchas personas a su alrededor. No por
casualidad est‡ ah’. De hecho, no es porque tiene este o aquel apellido.
Tampoco fue elegido porque era el m‡s antiguo en el trabajo, śnico par‡metro
de elecci—n. Est‡ en su puesto por mŽrito personal. Tampoco result— electo en
una votaci—n por su condici—n de "a m‡s no haber". Nadie
lo puso ah’, m‡s que su propio esfuerzo y su idoneidad para el cargo, ni la
pol’tica, ni la prensa, ni la trayectoria prominente de su familia en puestos
similares, ni porque se le deb’a un favor. Este es el trasfondo de la
necesidad de ponerse en pie para reconocer no s—lo una autoridad delegada a
un Juez, sino tambiŽn a un ser humano ejemplar. Es bueno haber estado
en aquella sala de juicios en Londres. Bueno es tambiŽn saber que, como Juez en
Costa Rica, puedo ser todo lo que supe de aquel hombre, y que quienes sean y
vayan a ejercer como jueces, sean tambiŽn personas con gran probidad y
decoro, como requisito indispensable para ejercer tan digno cargo.
"Todos de pie, el honorable Juez preside". |
Author of this
article: Msc. Manuel Rojas L—pez