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Costa Rica - 9 de Marzo, 2012

 

No te quedes inm—vil en la vereda del caminoÉ
(Parte 1)

En su art’culo ŇInvolucrarseÓ, don Pedro Oller expresa su preocupaci—n por el pa’s, en varios temas y cita la noticia publicada en otro diario ŇCorte disfraz— de dietas pagos ilegales a jubiladosÓ.
El art’culo me gusta pues nos llama a la reflexi—n sobre quŽ podemos hacer para lograr que el pa’s no se nos vaya de las manos, pero es la cita de Benedetti la que realmente me cautiva: ŇNo te quedes inm—vil, al borde del camino (É), pero si pese a todo no puedes evitarlo (É) y te quedas inm—vil al borde del camino y te salvas entonces, no te quedes conmigoÓ.
Mi filosof’a de vida profesional, Don Pedro, ha sido la de servir y ello implica precisamente no vegetar en el puesto, inm—vil e imp‡vido frente a las enormes necesidades que tiene el pa’s en el campo de la justicia. Cualquiera puede disentir del trabajo e ideas que he impulsado y eso es normal, pero ser’a mezquino quien no vea que en mis 43 a–os de servicio nunca he estado de brazo cruzado ni lo estarŽ frente a los retos.
En el tema de los jueces jubilados, nunca existi— ningśn disfraz. La palabra concluye lo que ni la propia Auditor’a fue capaz de sugerir. La palabra ŇdisfrazÓ da a entender que existe un encubrimiento, algo oscuro, pero todas las discusiones entre la Auditor’a y la Administraci—n todas sobre la interpretaci—n y aplicaci—n de dos normas jur’dicas, constan en documentos pśblicos, sin ningśn ocultamiento y el tema fue tratado por varias instancias, en el śltimo caso, en la propia Corte Plena, en sesiones cuyas actas son pśblicas.
Si se hubiera querido ŇmaquillarÓ o ŇtaparÓ algoÓ, se hubiera actuado de otra manera y no poniendo a disposici—n del pśblico y la prensa permanentemente las propias actas de cualquier decisi—n del gobierno judicial, lo que no siempre pasa en el resto de nuestra Administraci—n Pśblica.
Con lo actuado se pretendi— resolver un grave problema, que tambiŽn ocup— la atenci—n de los medios de informaci—n y es la mala calidad profesional con que algunas universidades preparan a los profesionales en derecho, lo que implic— que algunos jueces con poca experiencia nombrados para hacer sustituciones no dieran la talla, y cometieran errores que todos lamentamos; esa fue la raz—n por la que se llam— a jueces cuya experticia estaba suficientemente probada.
TambiŽn hay que aclarar que a cada uno de los jueces jubilados se le pag— por el trabajo efectivamente realizado, ninguna regal’a estuvo de por medio y recibieron la misma paga que cualquier juez no jubilado tendr’a por ejercer la misma responsabilidad.
La tesis que nos sirvi— a quienes cre’mos, de buena fe, que esa era una soluci—n viable a un grave problema, se sustent— en el principio de igualdad constitucional; ŔquŽ diferencia existe en ese momento se plante—, en que sea un magistrado jubilado o un juez? Unicamente el rango, porque la funci—n jurisdiccional es la misma.

Luis Paulino Mora Mora
Presidente
Corte Suprema de Justicia