NO TE QUEDES INMÓVIL EN LA VEREDA DEL CAMINO…
Luis Paulino Mora Mora
Presidente
Corte Suprema de Justicia
En su artículo "Involucrarse", don Pedro Oller expresa su preocupación por el país, en varios temas y cita la noticia publicada en otro diario "Corte disfrazó de dietas pagos ilegales a jubilados".
El artículo me gusta pues nos llama a la reflexión sobre qué podemos hacer para lograr que el país no se nos vaya de las manos, pero es la cita de Benedetti la que realmente me cautiva: "No te quedes inmóvil, al borde del camino (…), pero si pese a todo no puedes evitarlo (…) y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces, no te quedes conmigo".
Mi filosofía de vida profesional, Don Pedro, ha sido la de servir y ello implica precisamente no vegetar en el puesto, inmóvil e impávido frente a las enormes necesidades que tiene el país en el campo de la justicia. Cualquiera puede disentir del trabajo e ideas que he impulsado y eso es normal, pero sería mezquino quien no vea que en mis 43 años de servicio nunca he estado de brazo cruzado ni lo estaré frente a los retos.
En el tema de los jueces jubilados, nunca existió ningún disfraz. La palabra concluye lo que ni la propia Auditoría fue capaz de sugerir. La palabra "disfraz" da a entender que existe un encubrimiento, algo oscuro, pero todas las discusiones entre la Auditoría y la Administración –todas sobre la interpretación y aplicación de dos normas jurídicas-, constan en documentos públicos, sin ningún ocultamiento y el tema fue tratado por varias instancias, en el último caso, en la propia Corte Plena, en sesiones cuyas actas son públicas. Si se hubiera querido "maquillar" o "tapar" algo", se hubiera actuado de otra manera y no poniendo a disposición del público y la prensa permanentemente las propias actas de cualquier decisión del gobierno judicial, lo que no siempre pasa en el resto de nuestra Administración Pública.
Con lo actuado se pretendió resolver un grave problema, que también ocupó la atención de los medios de información y es la mala calidad profesional con que algunas Universidades preparan a los profesionales en derecho, lo que implicó a que algunos jueces con poca experiencia nombrados para hacer sustituciones no dieran la talla, y cometieran errores que todos lamentamos; esa fue la razón por la que se llamó a jueces cuya experticia estaba suficientemente probada. También hay que aclarar que a cada uno de los jueces jubilados se le pagó por el trabajo efectivamente realizado, ninguna regalía estuvo de por medio y recibieron la misma paga que cualquier juez no jubilado tendría por ejercer la misma responsabilidad. La tesis que nos sirvió a quienes creímos, de buena fe que esa era una solución viable a un grave problema, se sustentó en el principio de igualdad constitucional; qué diferencia –en ese momento se planteó- existe en que sea un magistrado jubilado o un juez? Únicamente el rango, porque la función jurisdiccional es la misma.
e procuró con la contratación de jueces y juezas jubiladas es todo lo contrario a lo que evoca el enfoque periodístico que se le da a la noticia publicada, el fundamento radicaba en la posibilidad de que jueces de probada capacidad se desempeñaran como tales para hacer sustituciones menores de 30 días de jueces que requirieran sustitución. Pensar que profesionales de carrera, especialmente aquellos que requieren alta capacidad técnica, puedan seguir prestando servicios al Estado, es una práctica necesaria de cualquier administración pública que se preocupe por su eficiencia y eficacia. En el caso de la judicatura, reponer un Juez, Fiscal o Defensor que se ha formado y adquirido toda su experiencia en el ejercicio de su cargo a través de los años, no se da simplemente con nombrar otro profesional con título, de la misma forma que un médico cirujano de 25 o 30 años de experiencia no se repone con un novato. Ahora que ya no podemos echar mano a esta solución, para suplir las múltiples necesidades que se plantean de jueces suplentes, no puedo asegurar que la justicia o el país hayan salido favorecidas, sino todo lo contrario. El país pierde y bastante.
Yo también, don Pedro, me pregunto, ¿Qué más puedo hacer por el país?. Todos los días trabajo para procurar que tengamos una mejor administración de justicia. Claro que como humano a veces me equivoco, ¿quién no lo hace? y muchas veces me caigo, pero puedo asegurarle que hago mi mayor esfuerzo por no equivocarme, para lograr que el país resuelva algunos de sus problemas, "para que la bulla no le gane a la razón". Se que existen algunos funcionarios que han traicionado la confianza en ellos depositada, pero no por ello debemos juzgar mal a todos de antemano.
Es lamentable que en este país sea más fácil quedarse de brazos cruzados frente a los problemas, que enfrentarlos y más aún, ser juzgado por quién no tiene a su haber todos los elementos de juicio para dar un acertado veredicto, situación ésta que por cierto aporta poco al país y a la solución de sus problemas, aunque que sí mucho a la satanización diaria de la institucionalidad, hecho éste que sin duda nos pasará la factura pronto y no será necesariamente buena.
Pero es el amor a la patria y a la justicia lo que hace que cada día brille el sol y la esperanza de que con el esfuerzo diario alguna diferencia lograremos hacer en el camino de la vida. Curioso y triste -para contestarle también a don Miguel Angel Agüero en la Machaca- es lo fácil que resulta destruir el honor y la credibilidad de una persona, o de una Institución. Se que él también obra de buena fe, cuando resalta sus preocupaciones y por ello su actuar debe tenerse como un aporte más a los que queremos construir patria, aunque no siempre compartamos el enfoque.

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